Incursiones en Gaza, discusiones en Bruselas: la guerra, a la espera de la gran ofensiva israelí
Israel avanza en su campaña contra Gaza y avisa de nuevas "redadas" previas a la gran ofensiva. La comunidad internacional se toma su tiempo y España pone fecha a su oferta de conferencia de paz.
"Preparando el terreno" para la gran invasión. Israel sigue contando las horas (quizás los días y hasta semanas) para dar el paso definitivo y lanzar su esperada operación terrestre sobre Gaza, mientras se mueve, cada vez con mayor soltura dentro del terreno gazatí en unas "incursiones" que comienzan a ser recurrentes.
Al mismo tiempo, en Bruselas no hay acuerdo aún ni en qué pedir. El Consejo Europeo arrancaba tenso y el guion se está cumpliendo a rajatabla. La discusión no está en los hechos ya pasados —la condena a los atentados de Hamás o el derecho de Israel a defenderse— sino en el mensaje de paz a transmitir como gran actor internacional que es la UE.
Se partía de un texto base que dejaba caer la posibilidad de pedir "pausas humanitarias", pero a medida que avanzan las horas la cuestión se encona. Para algunos países como Italia o República Checa, plantear un 'alto el fuego' o una 'pausa humanitaria' (a priori, una figura más acotada en tiempo y espacio) en favor de la población gazatí supondría una merma en el derecho de Israel a su legítima defensa dentro del Derecho Internacional Humanitario. Por ello, dentro del secretismo que rodea a la cita de jefes de Estado y de Gobierno, comienza a sonar la opción de pedir sencillamente 'pausas', sin apellido.
España busca otra fórmula en dos dimensiones. A corto plazo, un alto el fuego para asegurar el suministro básico de bienes para la población a través del Paso de Rafah, que sigue abierto bajo mínimos. A largo plazo, una agenda diplomática del máximo nivel. Pedro Sánchez ha puesto este jueves letra a la propuesta española: una conferencia de paz a celebrar en seis meses para juntar en la mesa a la parte israelí y palestina. El intento de recuperar aquella 'Conferencia de Madrid' de 1991 más de tres décadas después con la oferta de volver a ser anfitriones.
Pero hoy seis meses es un horizonte absolutamente lejano. Tanto como la petición hecha por el titular de Exteriores, José Manuel Albares, de hablar de paz "cuando acabe la violencia". No sólo no acaba, sino que multiplica sus caminos en un conflicto sin solución a la vista.
De momento, la ofensiva israelí sobre la Franja se mantiene en una ambigua "primera fase" de las tres que forman el plan de Tel Aviv. Ante las dudas de la sociedad y también del ejército, el mismísimo Netanyahu tuvo que salir por televisión para aclarar que es su Gobierno, y no otros, quien marca "el momento" de la operación. En su discurso, el primer ministro hablaba de "preparación" para la invasión terrestre y esa preparación se ha hecho evidente a lo largo del jueves.
A primera hora, fuerzas armadas israelíes han realizado una "incursión" en territorio gazatí. Una maniobra rápida, de apenas un par de horas, para golpear instalaciones claves de Hamás. Una "redada", así la denomina el ejército, "para preparar el terreno para el futuro". No será la última.
Tampoco la primera, como ha apuntado uno de los portavoces militares de Tel Aviv, Richard Hecht, recordando que hace días Israel ya realizó "incursiones localizadas" para intentar liberar a rehenes de Hamás. Mirando al futuro se ha limitado a apuntar que "probablemente habrá más", en línea con el mensaje que dio a entender 24 horas antes Benjamin Netanyahu.
Mientras, la guerra sigue sobre la Franja. Las bombas no cesan y tampoco el reguero de víctimas, muchas de ellas civiles. El último balance ofrecido por el lado palestino cifra en más de 7.000 los muertos, entre ellos al menos 50 de los secuestrados por Hamás, según afirma este grupo considerado terrorista por Israel y la UE. La cuenta de heridos se dispara hasta muchos miles, que se amontonan en los hospitales y centros de salud que apenas tienen con qué atenderles.