Harvard se enamora del aceite de oliva por el último gran descubrimiento en salud
Un estudio en el que han participado más de 90.000 personas ha revelado importantísimos avances respecto a la reducción de experimentar graves enfermedades a lo largo de la vida.
Si por algo se caracterizan los países mediterráneos, es por la presencia de determinados alimentos en su dieta, que la convierten en una de las más potentes y saludables del mundo. Pero de entre todos ellos, sin duda alguna, uno de los productos más utilizados es el aceite de oliva.
Su infinidad de aspectos positivos lo convierten en un alimento imprescindible en la dieta de cualquier ciudadano, y no solo mediterráneo. En este sentido, y para comprobar cuáles eran estos efectos positivos, así como su importancia a la hora de minimizar riesgos de padecer enfermedades importantes, la Universidad de Harvard lleva, desde 1990 realizando un estudio, en el que participan 92.383 adultos, y que ha sacado a la luz cuáles son los beneficios de ingerir determinadas cantidades de aceite de oliva diariamente.
Concretamente, el estudio pretende esclarecer y confirmar que una ingesta determinada del oro líquido, puede reducir significativamente el riesgo de muerte relacionado con la demencia. Así, gracias al estudio se ha podido constatar que consumir aceite de oliva en determinadas cantidades previene enfermedades cardiovasculares, cáncer, obesidad e incluso la depresión.
Dicho estudio fue publicado en la revista científica Jama Network Open, y tras analizar datos de más de 60.000 pacientes desde 1990, se descubrió que ninguno de ellos experimentó un deterioro cognitivo que indicara la aparición de demencia.
Para ello, y desde el inicio del seguimiento, en el año 1990, durante los siguientes 28 años (hasta 2018), todos los participantes tenían que completar un cuestionario acerca de su estilo de vida, así como historial médico cada dos años, además de informar qué tipo de alimentos solían consumir, cada cuatro años.
Uno de los productos acerca de los que se les preguntó fue el aceite de oliva, en base al cual, tenían que explicar cuánto consumían, con qué frecuencia y en qué momento. Para ello, se tomaron muestras de sangre de 296 participantes y el llamado Genotipado APOE.
Por el contrario, a otros participantes que no proporcionaron una muestra de sangre durante los períodos de estudio 1989-1990 y 1993-1995, se les recolectaron muestras de saliva entre 2002 y 2004.
Por otro lado, se analizaron las muertes relacionadas con la demencia durante los años de duración del estudio, un período en el que fallecieron 7.451 participantes. Por último, y gracias a los análisis realizados, los investigadores comprobaron cómo los aumentos en el consumo de aceite de oliva se asociaban con tasas de mortalidad por demencia más bajas .
Cómo se llevó a cabo el estudio
Así, se establecieron varios grupos, en los que cada uno tenía que consumir una determinada cantidad de aceite de oliva para comprobar cómo les afectaba a sus organismos y su predisposición a la hora de padecer determinadas enfermedades:
- Grupo uno (grupo de referencia): ningún consumo de aceite de oliva o menos de una vez al mes
- Grupo dos: hasta cuatro gramos y medio de aceite de oliva al día
- Grupo tres: de cuatro y medio a siete gramos por día
- Grupo cuatro: más de siete gramos por día
Además, el estudio tuvo en cuenta factores como el estilo de vida, el tabaquismo, la actividad física o los antecedentes familiares de demencia.
Así, se llegó a la conclusión de que una cucharada de siete gramos o más al día, reduce de forma considerable (en un 28%) el riesgo de morir a causa de demencia, por lo que una de las principales conclusiones que se extrajo fue que aquellas personas que consumían de forma diaria mayor cantidad de aceite de oliva, tenían muchas menos probabilidad de padecer estas enfermedades.
Además, también se extrajo que los participantes que consumían más de siete gramos de aceite de oliva al día presentaban mejores hábitos de vida: mayor calidad en su dieta o menor consumo de alcohol, además de ser personas mucho más predispuestas a hacer actividad física y a no fumar.
Al mismo tiempo, se detectó que los países mediterráneos tienen tasas relativamente bajas de demencia, principalmente España, Grecia e Italia, algo que también estaba relacionado con que fuesen los países que más cantidad de aceite de oliva consumen anualmente.
Pero, y por qué el aceite de oliva es tan sano para nuestro cuerpo y cerebro? La respuesta la encontramos en el ácido oleico, que se trata de un ácido graso monosinsaturado que se encuentra en grandes cantidades en el aceite de oliva. Este, combinado con antioxidantes como la vitamina E y sustancias vegetales secundarias, permite que el aceite de oliva proteja eficazmente contra los procesos inflamatorios del cuerpo.