Guía definitiva de la coronación de Carlos III: horarios, liturgia, novedades e invitados
Londres acoge este sábado un evento histórico, tras más de 70 años de reinado de Isabel II. Su primogénito será al fin entronizado y concentra la atención del mundo.
La coronación de Carlos III en directo: última hora, invitados y llegadas a la Abadía de Westminster
No ha habido ni papeletas ni barricadas que cambien la Historia. Los ciudadanos de Reino Unido aún avalan la maquinaria de la monarquía, vieja de siglos, y este sábado, 6 de mayo, asisten al movimiento de sus engranajes en su máxima expresión: una coronación, la constatación de que la saga de los elegidos se perpetúa. Dios salvó a la reina Isabel II durante 70 años y ahora reanuda el trabajo con su primogénito, Carlos III, que lleva ya ocho meses en el cargo y, ahora, será finalmente entronizado.
Será en una ceremonia más breve de lo habitual, reducida, en la abadía de Westminster, donde el nuevo monarca será ungido con aceite consagrado en Jerusalén, a la vista de sus 2.000 invitados y, en la distancia, la del mundo entero. En la calle, fiesta para un rey que no desata pasiones, que llega mayor, eclipsado por la sombra de su progenitora, que tiene el reto mayúsculo de incorporar a la corona al siglo que lleva ya 23 años corriendo, modernizar y adelgazar el sistema, y hacerlo además con un sello propio, distintivo.
Los desafíos empiezan a la puerta del lugar que ha acogido desde hace casi mil años los actos más importantes de los soberanos, desde Guillermo el Conquistador, en 1066. La consagración real número 40 no sólo será la formalización del papel de Carlos, la transferencia oficial final del título y los poderes, sino la de Camilla, su segunda esposa, la mujer que no estaba previsto que lo acompañara en el momento de recibir la corona, pero que se ha acabado imponiendo en el respeto de los británicos. Será la nueva reina consorte, por expreso deseo de la que fue su suegra.
Horarios y recorrido de la coronación
Noche tras noche, en las últimas semanas Londres ha ensayado y preparado lo que se va a ver este sábado, combinando boato con seguridad y accesibilidad para un evento al que se espera que asistan tanto locales como visitantes. Que Isabel no es Carlos pero una coronación así no la han visto dos generaciones de súbditos, por lo menos.
Los ciudadanos que quieran presenciar el cortejo podrán empezar a acceder a las zonas acotadas, por orden de llegada, desde las 06:00 hora local (una hora más en Madrid). Se calcula que a esa hora también empezarán a reunirse los miembros de las Fuerzas Armadas que participarán en la procesión. Un aliciente para entretener la espera. Si tienes la suerte de estar en Londres para esta ocasión, el Gobierno británico ha editado esta guía online para conocer cómo moverte en la zona de los eventos. Dadas las restricciones de aforo evidentes en las calles londinenses cercanas a los puntos clave de la coronación, se han instalado por todo el país pantallas para poder seguir la ceremonia: Hyde Park, Green Park o St. James Park serán los tres principales focos en Londres. De hecho, se ha anunciado que una vez el aforo este completo, se derivará a estas zonas a los ciudadanos que quieran disfrutar de la coronación.
Como ya ocurrió con el funeral de la reina, se espera que todo vaya a golpe de reloj (británico y, por tanto, puntual): la coronación comenzará a las 10:20 horas de Londres (nuestras 11 y 20), con un cortejo desde el Palacio de Buckingham conocido como "procesión del rey". En ese desfile, Carlos y Camilla viajarán en la carroza del Jubileo de Diamante -la que conmemoró para conmemorar el 60º aniversario del reinado de Isabel, hace más de 10 años- y miles de personas les aguardarán en el recorrido que realizarán, con final en y la abadía de Westminster. Es más corto que el de 1953: atravesarán The Mall, uno de los paseos más emblemáticos de Londres; girarán en la plaza de Trafalgar para seguir su camino hacia Whitehall y llegar a Westminster. El mismo sitio donde en el mes de septiembre se despidió a Isabel II. Fue también el espacio en el que se celebró la boda de la soberana fallecida con el príncipe Felipe en 1947 y donde la propia reina fue coronada.
La procesión terminará antes de las 11 de la mañana, hora en la que según la agenda oficial dará comienzo el acto religioso de la coronación en sí. El rey entrará por la gran puerta oeste de la abadía de Westminster y desfilará por la nave hasta llegar al espacio central, donde se encuentra el altar. Estará precedido por la procesión de líderes, representantes religiosos y miembros de los países de la Commonwealth, que irán acompañados por los gobernadores y los primeros ministros. Rishi Sunak, el actual premier conservador del Reino Unido, será uno de los protagonistas durante el servicio religioso.
La ceremonia estará a cargo del arzobispo de Canterbury y tendrá como banda sonora 12 piezas musicales inéditas, encargadas especialmente para la ocasión, entre ellas un Himno de la Coronación del compositor Andrew Lloyd Webber. También hay arreglos de Patrick Doyle y se escuchará música ortodoxa griega, un guiño en memoria de Felipe de Edimburgo, padre del monarca, fallecido en 2021. Durante todo el evento, además, se llevarán a cabo rituales con siglos de antigüedad como la unción con aceite consagrado y la entrega del orbe real.
La ceremonia constará de hasta cinco etapas y en la parte final los nuevos reyes tomarán la comunión, antes de salir de la abadía sobre la 13:00 hora local (14:00 hora peninsular española), por lo que se cree que el evento durará aproximadamente dos horas. Entonces, los ya reafirmados monarcas realizarán el mismo recorrido que les llevó a Westminster en el sentido inverso, hasta el palacio de Buckingham, ahora en otra carroza, la Gold State.
Ya en Buckingham, alrededor de las 14:00 hora local (15:00 hora peninsular española), los reyes y otros miembros de la familia real saludarán desde el balcón del palacio, una de las imágenes más esperadas. Recibirán vítores y presenciarán un desfile aéreo final antes de retirarse al interior. Ese desfile o "sobrevuelo" -en el que participarán miembros del Ejército británico- durará aproximadamente seis minutos. Los monarcas disfrutarán también y para finalizar de una exhibición de la escuadrilla británica Red Arrows. Todo estará acabado hacia las dos y media de la tarde de Londres.
Al tratarse de un evento con enorme relevancia mundial, los medios británicos darán el todo por el todo en esta cobertura. Las principales cadenas británicas (BBC, ITV y Sky) harán emisiones especiales, a partir de las 11 (horario inglés), que también se podrán ver desde sus canales de YouTube. Las informaciones previas se cubrirán igualmente en directo desde las seis de la mañana.
En España, las cadenas de televisión seguirán una cobertura en directo de lo que ocurra en Londres con corresponsales desde la propia capital y la pública, Televisión Española, ya ha anunciado un programa especial desde la capital británica que comenzará a las 11.00 de la mañana. También podrás seguir la ceremonia en el minuto a minuto de El HuffPost.
Las fases de la liturgia
Estaremos a 6 de mayo de 2023, pero lo que se verá en la abadía será un ritual milenario, inspirado en las coronaciones de los viejos reyes francos, que se remonta a tiempos del rey Edgar en el siglo X, reformado apenas con el paso de los años. El rey entrará en la abadía a las 11 horas, revestido del Manto del Estado, y precedido por el clero y otros dignatarios que portarán los citados elementos de la regalía en medio del canto del Salmo 112. Allí tomará asiento en la Silla del Estado, junto al arzobispo de Canterbury, Justin Welby, primado de la Iglesia de Inglaterra, que oficiará la ceremonia, y otros prelados y altos representantes de la nación como el lord Canciller. Empezarán, entonces, los cinco estadios del ritual:
1.- El reconocimiento: Carlos, conocido durante 70 años como príncipe de Gales, será presentado al pueblo, una tradición que se llevará a cabo junto a la silla del rey Eduardo (700 años de antigüedad lleva a cuestas), y que ha tenido que ser restaurada para convertirse en una de las protagonistas de los fastos. El arzobispo de Canterbury dará el primer discurso de la mañana, al que seguirán el de la dama de Jarretera y la dama del Cardo -las órdenes de caballería de mayor prestigio de Inglaterra y Escocia-. A continuación, los congregados gritarán el archiconocido God Save the King (Dios salve al rey, en español).
2.- El juramento: En esta fase, Welby reconocerá las múltiples religiones existentes en el Reino Unido (algo que gustará de seguro a Carlos, enorme defensor de la diversidad y conocedor de los credos de su país) y pedirá al rey que confirme que respetará la ley de la Iglesia de Inglaterra durante su reinado. Además, tendrá que declararse como un protestante fiel. Asumirá ante la Biblia, pues, las leyes de la Iglesia de Inglaterra de la que él es jefe y cabeza visible. A continuación, se iniciará el rito de la comunión, que quedará interrumpida -sigue leyendo, que todo tiene su explicación- para procederse a la parte más sacra de toda la ceremonia que es la unción.
3.- La unción: Es el momento más sagrado de la coronación, el corazón del proceso. Llegados a ese punto, Carlos se quitará la túnica ceremonial que portaba y se quedará apenas una túnica blanca, signo de pureza, que se cubrirá con la Supertúnica, el manto y la estola reales bordados en oro. De seguido, se sentará en la silla de San Eduardo para ser ungido; bajo ella estará ubicada la piedra de Scone o piedra del destino, utilizada en las coronaciones de los antiguos reyes de Escocia.
El arzobispo de Canterbury untará el aceite sobre el monarca, tomando forma de cruz en la cabeza, el pecho y las manos, y recitando una jaculatoria que recuerda la unción del rey Salomón en la Biblia. El proceso se hará con un óleo muy especial, llegado desde Jerusalén, producido con aceitunas crecidas en el Monte de los Olivos, consagrado para la ocasión. Es un instante tan precioso dentro del ceremonial que ni siquiera podrá verse: habrá una pantalla o biombo que ocultará el proceso, el momento exacto en el que, se supone, la comunión entre Dios y su elegido queda sellada. Tan sagrado que no puede ser visto por ojos indebidos, ni fotografiado ni grabado.
Una vez ungido, Carlos se arrodillará, el arzobispo concluirá los ritos de unción, y él revestirá un nuevo manto para que distintos dignatarios y personas elegidas procedan a hacerle la entrega de todos los objetos rituales del proceso.
4.- La investidura: Llega aquí el único momento en el que el rey portará la corona de San Eduardo, convirtiéndose en el séptimo monarca de la historia en utilizarla. Se le presentarán objetos enjoyados claves en el proceso, como el orbe del soberano, el anillo de coronación, el cetro del soberano con cruz y el cetro del soberano con paloma. Después de que el arzobispo le haya colocado la corona, las campanas de la abadía sonarán durante dos minutos, así como las trompetas, y se dispararán salvas en todo el Reino Unido. Habemus rey.
5.- La entronización: El punto final del proceso es la entronización, cuando el rey ascenderá al sillón que marca su poder. Según la tradición, miembros de la realeza tendrían que rendir homenaje arrodillándose ante Carlos III, jurando lealtad y besando su mano derecha. En esta ocasión, el príncipe Guillermo -su hijo mayor, ahora príncipe de Gales y siguiente en la línea de sucesión- será el único que se arrodillará.
El rey ya será rey y, entonces, vendrá el momento de la reina. La ceremonia para Camilla es mucho más humilde y rápida: recibirá el anillo de reina consorte, un orbe y dos cetros (el de la cruz y el de la paloma) y no tendrá que prestar juramento. En su caso, recibirá la corona de la reina María de Teck, realizada para la entronización de la reina junto con Jorge V en junio de 1911. Aunque las reinas suelen encargar coronas nuevas para su gran día, Camilla se ha decantado por una opción "más sostenible", tal y como anunció palacio. No habrá un nueva, sólo retoques, rediseñará algunos elementos decorativos de la joya, añadiéndole grandes diamantes, que eran los favoritos de la reina Isabel, un día su crítica y al final, su valedora.
Una vez la pareja ya coronada, se retomará el rito de la Comunión antes interrumpido -lo tienen que hacer juntos, por eso se pausa- y al fin completado, concluyendo el ceremonial con los monarcas tomando la Comunión y recibiendo las bendiciones mientras se canta el Gloria in excelsis Deo. Los reyes descenderán de sus tronos y entrarán a la capilla de San Eduardo, tras el altar mayor, donde Carlos III se quitará la corona de San Eduardo para ponerse la llamada corona del Estado Imperial, que lucirá durante todo el desfile de regreso a Buckingham y con la que saludará a los ciudadanos desde el balcón. Esta es la joya que se suele utilizar para las ceremonias de apertura del Parlamento y fue creada para la coronación de la reina Victoria, en junio de 1838.
Los invitados
Más de 2.000 invitados serán partícipes de este acto de primerísima mano: jefes de Estado y de Gobierno, miembros de las familias reales europeas y mundiales, representantes religiosos, ciudadanos británicos, representantes de la Commonwealth... Todos ellos llegarán entre una y dos horas antes de la coronación a la abadía, en un proceso medido al milímetro en cuando a seguridad y protocolo, que recuerda el desplegado en septiembre ante el funeral de Isabel II.
Son muchos, 2.200, pero aún así la prensa británica no ha dejado de publicar queja sobre queja. Todo el mundo quiere estar, pero el espacio y el dinero son los que son. Es verdad que en 1953, cuando el ascenso al trono de Isabel, fueron invitadas 8.200, pero las condiciones eran otras, desde el boato antiguo al número de monarquías del planeta. A ello se suma el deseo de Carlos de que en su coronación prime también el merecimiento, estar por valer y no por etiquetas. Por eso hay hasta Premios Nobel.
En cuanto a los royals británicos, sólo se ha llamado a participar a los descendientes del propio rey Carlos, de Isabel II, de Jorge VI y de Jorge V. Pero hay miembros de la famliia real británica que no acudirán, como la duquesa de Sussex, Meghan Markle. No obstante, según diarios locales como The Telegraph, se espera que la gran mayoría de ellos estén presentes durante el gran día de Carlos III, incluidos primos y nietos del monarca.
Las familias reales europeas sólo podrán mandar a dos personas cada una. La representación española, por ejemplo, vendrá de la mano de los reyes Felipe y Letizia. También se espera a numerosos miembros de la familia de la nueva reina, entre quienes se ha incluido a su exesposo, Andrew Parker-Bowles, a los siete últimos primeros ministros y a numerosos jefes de estado que nunca antes habían sido invitados a estas ceremonias. Está confirmada la presencia del presidente francés, Emmanuel Macron, el brasileño, Lula da Silva, y la de la mujer del presidente estadounidense, Jill Biden. En total, representantes internacionales de 203 países, de los que alrededor de 100 son sus jefes de Estado.
Las tradiciones rotas por Carlos III
En su empeño por dar un nuevo aire a la monarquía británica, el rey ha roto con algunas tradiciones que han sido fundamentales en las coronaciones hasta ahora. Por ejemplo, no era habitual que monarcas o representantes de otras casas reales asistieran a la ceremonia en la Abadía de Westminster, algo que cambiará este sábado con la presencia de, entre otros, los reyes Felipe y Letizia.
Carlos III también ha decidido dar un papel menos relevante a la nobleza británica, que tendrá mucha menos representación que en las coronaciones anteriores. En su lugar, el nuevo rey a incluido a más mujeres y personas de minorías étnicas para representar a la sociedad actual. Además, los nobles que asistan a la ceremonia tendrán que dejar en casa las capas de armiño y terciopelo rojo y las coronas que se lucían hasta ahora en las coronaciones.
Estas prendas se heredan de generación en generación y son una manera de certificar el estatus y el rango de las familias de la aristocracia británica y, para Carlos III, lucirlas es una tradición anticuada. Según publica The Telegraph, Buckingham sí permitirá que los nobles que formen parte de la cámara de diputados vistan las capas que se utilizan en la apertura del parlamento, más discretas que las otras.
La vestimenta de Carlos III también marcará un antes y un después con otras coronaciones, ya que se espera que no vista el tradicional traje que han lucido otros reyes antes que él y que se decante por un uniforme militar.
El nuevo monarca también ha decidido dar un papel más relevante a algunos miembros de la familia real, cuando tradicionalmente eran meros observadores. El príncipe Guillermo, heredero al trono, será la única persona que jure lealtad a Carlos III, al contrario que en anteriores coronaciones, cuando todos los nobles y el clero se arrodillaban uno tras otro ante el rey. Además, el príncipe Jorge, el hijo mayor de los príncipes de Gales y segundo en la línea de sucesión, ejercerá de paje real.
Diferencias fundamentales con la coronación de Isabel II
La coronación de Carlos III mantendrá la pompa que caracteriza a la monarquía británica pero será más sencilla que la de su madre. De entrada, el número de invitados se reducirá de las más de 8.000 que asistieron a la entronización de Isabel II a unas 2.000. “No sé cómo consiguieron meter a tantas personas en la abadía”, rememoraba la princesa Ana hace unos días en una entrevista sobre la ceremonia de la antigua monarca. Además, la ceremonia será más corta ya que en lugar de más de tres horas se limitará a un servicio religioso de aproximadamente una hora.
En el acto de este sábado habrá otra diferencia fundamental respecto a la coronación de Isabel II: se coronará a una consorte. Camilla Parker-Bowles será la primera en hacerlo desde 1937, cuando fueron coronados el rey Jorge VI y la reina Isabel, la reina madre, ya que el duque de Edimburgo no fue coronado rey cuando Isabel II subió al trono. “A menos que se decida lo contrario, una reina consorte es coronada junto al rey, en una ceremonia similar pero más sencilla. Si el nuevo soberano es una reina, su consorte no será coronado o ungido en la ceremonia de coronación”, explica Buckingham sobre el protocolo.
Una vez coronados, los nuevos reyes volverán al palacio en una procesión a bordo del Carruaje de Estado, más conocido como la carroza dorada que, para algunos británicos, es un símbolo de ostentación. Sin embargo este vehículo permanecerá en un segundo plano al contrario de lo que sucedió hace setenta años ya que Carlos III ha decidido que no se utilice para desplazarse desde Buckingham a la Abadía de Westminster a primera hora de la mañana. En su lugar, se utilizará el Carruaje del Jubileo de Diamante, elaborado en 2012 para conmemorar los sesenta años de reinado de Isabel II.
Por primera vez, en una coronación se escucharán un canto en lengua galesa y un gospel, todo con el objetivo de representar la diversidad del país.
Los símbolos de la coronación
La tradición es fundamental para el sustento de la casa real británica y los símbolos tienen un papel clave. La coronación no será una excepción y se verá todo el despliegue de joyas y objetos que se han utilizado en la entronización de todos los monarcas británicos desde hace siglos. Los más evidentes son las coronas que utilizará Carlos III, dos diferentes para cada momento de la ceremonia. Primero la de San Eduardo, con la que será coronado y considerada la pieza de joyería más valiosa de la monarquía británica y una de las más antiguas, ya que data de 1661. Para abandonar la abadía y saludar desde el balcón de Buckingham lucirá la corona imperial, creada en 1838 para la coronación de la reina Victoria y que se suele utilizar para la apertura del parlamento.
La reina Camilla también lucirá una corona y finalmente se ha decantado por la corona de la reina María, la bisabuela de Carlos III, evitando elegir otras joyas con diamantes salpicados por el pasado colonial de la monarquía británica. Se trata de una pieza creada en 1911 para la coronación de Jorge V que se modificará para incluir varios diamantes del joyero personal de Isabel II a modo de homenaje.
Carlos III también portará dos cetros uno llamado cetro con la cruz, que representa el poder del soberano, y otro conocido como La vara de la equidad y la misericordia. No faltará el orbe del soberano, que data del siglo XVII y que simboliza la cristiandad. Tanto el nuevo monarca como la consorte recibirán dos anillos a modo de emblema de la dignidad real.
También jugará un papel fundamental la silla en la que se sentará Carlos III en el momento de la unción, conocida como Silla de la Coronación. Se trata de un trono de madera mandado construir por el rey Eduardo I en 1300 y que desde entonces se ha utilizado en todas las coronaciones.
De la receta oficial al emoji
Los británicos saben desplegar toda su pompa como nadie y por eso la coronación se lleva ‘calentando’ desde hace meses con todo tipo de detalles. Buckingham elaboró en febrero una lista de reproducción con lo más relevante de la música británica en Spotify para celebrar el evento. Desde Los Beatles a Coldplay, pasando por Ellie Goulding, Harry Styles, Pet Shop Boys, Spice Girls,The Who, Tom Jones o Ed Sheeran. Eso sí, son muchos los que han echado en falta la presencia de una figura trascendental para la música británica: Elton John. El autor de Goodbye Yellow Brick Road siempre ha sido una figura muy cercana a la realeza británica. De hecho, mantuvo una estrecha relación con Diana de Gales y compuso Candle in the Wind, la canción del funeral de la fallecida princesa.
Además de playlist, Buckingham también desveló hace un mes el emoji oficial de la coronación que se asociará a todos los hashtags que tengan que ver con la ceremonia del sábado y con otros eventos del fin de semana. Se trata de una corona inspirada en la corona de San Eduardo, que se utilizará para coronar a Carlos III. No es la primera vez que la casa real británica utiliza un emoji para una celebración, ya que durante el Jubileo de Platino de Isabel II lanzaron un emoji de un corgi, la raza favorita de la antigua monarca, con una corona similar a la de esta ocasión.
La coronación de Carlos III tiene hasta una receta oficial, que se servirá en todas las comidas organizadas en Reino Unido durante el fin de semana. Se trata de una quiche elegida personalmente por los nuevos reyes y el chef real, Mark Flanagan. En concreto, se trata de una quiche con diferentes verduras, queso y una crujiente masa que se recomienda comer con ensalada o patadas cocidas. Carlos y Camilla la eligieron por su versatilidad, ya que se puede servir fría o caliente, y porque los ingredientes para elaborarla no son demasiado caros.
La fiesta no termina el sábado
El 6 de mayo será el gran día de Carlos III pero para celebrar su coronación, Reino Unido se prepara de un intenso fin de semana de festejos y el lunes 8 se ha declarado festivo para conmemorar la cita. El domingo por la tarde se celebrará un concierto en el castillo de Windsor que será otro de los platos fuertes de los fastos.
A pesar de que en un primer momento el monarca sufrió el rechazo de varios artistas, el rey ha conseguido contar para la velada con estrellas como Katy Perry, Lionel Richie, Take That, Paloma Faith o el tenor Andrea Bocelli. El concierto estará conducido por Hugh Bonneville, protagonista de Downton Abbey y de las cintas de Paddington, y contará con la presencia de pesos pesados de Hollywood como Tom Cruise o Joan Collins. Además, habrá un gran coro para representar la diversidad musical de todo el Reino Unido y espectáculos de danza.