Grecia declara el estado de emergencia por la muerte de toneladas de peces
Grecia declara el estado de emergencia en Volos tras la muerte de toneladas de peces, afectando gravemente al ecosistema y la economía local.
Las autoridades de Volos, una ciudad portuaria en el centro de Grecia, han declarado el estado de emergencia tras la aparición de más de medio centenar de toneladas de peces muertos en sus costas. Este desastre ecológico ha conmocionado a los residentes y visitantes de la urbe de 150.000 habitantes, generando una crisis tanto ambiental como económica.
Según informa el medio JN, el fenómeno ha indignado a pescadores y propietarios de empresas turísticas, quienes ya han visto sus negocios afectados por la perturbación del ecosistema local. La Cámara de Comercio de Magnesia, región cuya capital es Volos, ha calificado la situación como un “desastre ecológico y económico sin precedentes”. En las últimas 24 horas, las autoridades locales han recogido del mar más de 57 toneladas de peces muertos, según el portal news2471.
Este desastre está estrechamente vinculado a las severas inundaciones que sufrió la región en septiembre de 2023. Las fuertes precipitaciones desbordaron el cercano lago de Karla, de unas 2.500 hectáreas, inundando unas 20.000 hectáreas de cultivos a su alrededor. Dimitris Klaudatos, profesor del Departamento de Agricultura, Ictiología y Medio Ambiente Acuático de la Universidad de Tesalia, explica que muchos peces de agua dulce del lago ingresaron en estas zonas inundadas debido al desvío de cauces fluviales o la ruptura de embalses.
Para alejar el agua, el gobierno regional de Tesalia decidió abrir la compuerta de la presa del arroyo Xiria, lo que permitió que los peces fueran arrastrados de las zonas inundadas hasta el mar, donde murieron por falta de oxígeno o en contacto con el agua salada. Según Klaudatos, ya desde mayo se podían detectar algunos peces muertos, pero a medida que disminuían las zonas inundadas, aumentaba el volumen de peces arrastrados hasta el mar.
El gobernador de la región de Tesalia, Dimitris Kuretas, ha recordado que la única solución el año pasado para evitar nuevas inundaciones era abrir esta compuerta, ya que los fenómenos extremos habían destruido una estación de bombeo y acequias. Ahora, con la estación reparada, el agua de las zonas inundadas se transferirá a un embalse, lo que permitirá el cierre de la compuerta y pondrá fin al fenómeno.
A pesar de las medidas adoptadas, Klaudatos considera que este desastre podría haber sido evitado o al menos mitigado si se hubiera solicitado a tiempo una investigación científica sobre el volumen de peces trasladados a las zonas inundadas. Además, toda esta agua y la inmensa cantidad de peces muertos supone “más estrés” para el ecosistema acuático del golfo Pagasético, donde ya se habían detectado ciertos “desequilibrios” en su cadena alimenticia tras las inundaciones.
Los arroyos y ríos desbordados arrastraron todo tipo de objetos domésticos y sustancias contaminantes que terminaron en el mar. “Estamos hablando de un golfo semicerrado que tiene una capacidad limitada de renovar su agua a través de un pequeño canal de tan solo unos 5 kilómetros que lo une con el mar abierto”, señala Klaudatos. Con todo, estima que el daño producido no es “irreparable”. “Si el ecosistema hubiese necesitado, por ejemplo, un año para recuperarse tras las inundaciones, ahora necesitará un poco más”, indica1.
Este martes, la fiscalía de Volos ordenó una investigación preliminar para examinar la calidad del agua salada en el golfo y esclarecer la causa exacta de la muerte de los peces que aparecieron en esta zona marítima. Según algunos medios locales, muchos de estos animales habrían muerto ya antes de llegar al mar, debido a que el drenaje de las aguas redujo el oxígeno disponible en las zonas inundadas1.