Una grave acusación deja a 5 millones de personas sin ayuda alimentaria
"Otro golpe a civiles inocentes que sufren innecesariamente debido al reciente conflicto en el norte de Etiopía"
La crisis humanitaria que protagoniza el hambre en África se ha perpetuado durante décadas por culpa de, entre otras muchas razones, los conflictos armados, la sequía y el cambio climático, la inestabilidad política o la falta de infraestructuras adecuadas.
En los países de África más afectados por el hambre -en la región del Sahel, el Cuerno de África y el África subsahariana- millones de personas viven en la pobreza extrema y no tienen acceso a alimentos, agua potable y atención médica básica. Es por eso que oenegés y organismos internacionales trabajan para abordar la crisis a través de programas de desarrollo a largo plazo o el envío de ayuda humanitaria que, como ha ocurrido en Etiopía, se ha suspendido hasta aclarar lo que ha ocurrido en el robo de ayuda alimentaria destinada a 5 millones de personas en la región de Tigray para venderla en el mercado negro.
Como respuesta, tanto el Programa Mundial de Alimentos como la Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos (USAID) decidieron parar "hasta nuevo aviso" sus programas de envío de ayudas a este rincón del planeta. "Estados Unidos es el mayor donante humanitario a Etiopía y seguimos comprometidos con el pueblo etíope. Sin embargo, recientemente, USAID descubrió que la ayuda alimentaria, destinada a la gente de Tigray, que sufría condiciones de hambruna, estaba siendo desviada y vendida en el mercado local", precisaba en un comunicado.
"Este desvío ha asestado otro golpe a civiles inocentes que sufren innecesariamente debido al reciente conflicto en el norte de Etiopía, donde millones de personas sufren una grave inseguridad alimentaria. Si bien la ayuda alimentaria a la región de Tigray está en pausa, continuarán otros tipos de asistencia vital", apunta la USAID en el texto hecho público.
Investigación en marcha
El jefe de la administración interina recientemente creada en la región del norte de Etiopía, Getachew Reda, ha asegurado después de esta paralización en el envío de ayuda humanitaria que hay una investigación en marcha para esclarecer las denuncias. "Ante la gravedad del problema y las crecientes pruebas sobre el terreno, hemos abierto una investigación de alto nivel para garantizar que todos los culpables rinden cuentas, al margen de su historial o estatus", ha manifestado en su cuenta de Twitter.
Getachew ha señalado que durante las últimas semanas ha mantenido contactos con diplomáticos, organizaciones internacionales y líderes comunitarios para abordar "el desvío de ayuda", en el marco del proceso de paz entre el Gobierno y el Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF). "Me gustaría pedir a las agencias humanitarias que continúen entregando su ayuda multisectorial para salvar la vida de los más vulnerables en Tigray", ha recalcado.
El conflicto en Tigray estalló en noviembre de 2020 tras un ataque del Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF) contra la principal base del Ejército etíope, situada en Mekelle, tras lo que el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, ordenó una ofensiva contra el grupo tras meses de tensiones a nivel político y administrativo, incluida la negativa del TPLF a la hora de reconocer un aplazamiento electoral y su decisión de celebrar comicios regionales al margen de Adís Abeba.
El TPLF acusó a Abiy de azuzar las tensiones desde su llegada al poder en abril de 2018, cuando se convirtió en el primer oromo en acceder al cargo. Hasta entonces, el TPLF había sido la fuerza dominante dentro de la coalición que gobernó Etiopía desde 1991, el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (EPRDF), sustentada en las etnias. El grupo se opuso a las reformas de Abiy, que consideró como un intento de socavar su influencia.