Francia reúne en París una conferencia sobre Líbano, sin Irán ni Israel

Francia reúne en París una conferencia sobre Líbano, sin Irán ni Israel

Más de 70 países y organizaciones internacionales buscan una solución pacífica al conflicto que vive el país por la confrontación entre Israel e Hizbulá y, sobre todo, de una ayuda humanitaria de urgencia.

Una niña libanesa, a las puertas de un centro temporal de acogida desalojado por la policía en el barrio de Hamra de Beirut, el 21 de octubre de 2024.Yara Nardi / REUTERS

Irán e Israel serán los grandes ausentes de la conferencia que este jueves reunirá en París a más de 70 países y organizaciones internacionales en busca de una solución pacífica al conflicto que vive Líbano por la confrontación entre Israel e Hizbulá y, sobre todo, de una ayuda humanitaria de urgencia.

Fuentes diplomáticas francesas indicaron que la presencia de Irán e Israel en la mesa habría cambiado el espíritu de una reunión que persigue objetivos concretos.

La búsqueda de un alto el fuego en el sur del país que siente las bases de una resolución política del conflicto, la ayuda humanitaria y el refuerzo de las instituciones libanesas son los tres objetivos que París se ha marcado en la conferencia, donde no esperan grandes resoluciones pero sí anuncios concretos de donaciones.

El presidente francés, Emmanuel Macron, abrirá la reunión con una intervención que dará paso a un plenario en el que, en un primer momento, intervendrán el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y el jefe del Gobierno libanés, Najib Mikati, que este miércoles por la tarde será recibido en el Elíseo.

Equipos de emergencia rescatan un cuerpo bajo los escombros de un edificio cerca del hospital Rafik Hariri, el pasado 22 de octubre, en Líbano.Yara Nardi / REUTERS

Expectativas bajas en lo político

París tiene expectativas bajas en lo referente a la resolución política del conflicto. La ausencia de Irán e Israel, pero también del secretario de Estado de EEUU, Anthony Blinken, "por cuestiones de agenda", según París, así lo hacen presagiar, pero el Elíseo asegura que el contacto con Washington "es permanente".

Sin embargo, fuentes francesas se conforman con restablecer la resolución 1701 de la ONU, dictada en 2006, y no a intentar ir más lejos, como apunta el negociador de Joe Biden, Amos Hochstein.

Recuerdan que Macron y el propio Biden pidieron un alto el fuego inmediato de 21 días a finales de septiembre, durante la Asamblea General de la ONU, y consideran que ese llamamiento es todavía válido, pese a que la Casa Blanca ya no es tan tajante sobre el asunto.

Ese llamamiento, insiste el Elíseo, pasa por el fin de los lanzamientos de misiles de Hizbulá sobre el norte de Israel pero también por el final de las operaciones militares israelíes en el sur del Líbano.

Francia tiene más esperanzas de que la conferencia de París sirva para recaudar los 400 millones de euros que la ONU ha cifrado como demanda de ayuda urgente al país, blanco de bombardeos de Israel desde varias semanas en su lucha contra la milicia chií Hizbulá.

El conflicto, recuerda la presidencia francesa, ha causado ya más muertos que la invasión de 2006 y los desplazados, más de 800.000, están generando tensión en una sociedad que ya tiene graves problemas.

Macron anunciará la contribución francesa y varios países del Golfo Pérsico, que también estarán en la conferencia, han asegurado que también pondrán dinero encima de la mesa.

Además de ayuda humanitaria urgente, sobre todo para el sur del país, la zona más afectada por los bombardeos israelíes, se esperan contribuciones para apuntalar a las fuerzas armadas libanesas y a sus fuerzas de seguridad, que se consideran claves en la reconstrucción del país cuando callen las armas.

París espera donaciones tanto para el equipamiento de material del Ejército regular libanés como en acciones de formación, al tiempo que considera imprescindible reforzar las instituciones de un país que desde hace dos años no tiene presidente.

Es la cuarta vez en los últimos cuatro años que París acoge una conferencia sobre Líbano, aunque las tres anteriores estuvieron centradas en las consecuencias de la explosión que tuvo lugar en el puerto de Beirut, que en 2020 causó 235 muertos y 6.500 heridos y dejó sin hogar a 300.000 personas por el derumbe de 77.000 edificios.