Francia se harta de las exigencias chinas en sus museos: "Reescriben la historia y borran los pueblos"
Un grupo de investigadores ha denunciado la injerencia china en determinadas exposiciones y obras, cuyos nombres han sido modificados por imposición del gigante asiático.
Durante el año 2024, Francia y China celebran el año del turismo franco-chino, que coincide además con el 60 aniversario desde que comenzaron las relaciones diplomáticas entre ambos países, aunque parece que han surgido algunas polémicas debido a la postura que la República Popular China está tomando en determinados aspectos.
Uno de los puntos fundamentales en este año se centra en el intercambio de personas entre ambos países con el objetivo de fomentar y compartir las culturas de un país a otro, especialmente otorgando facilidades y comodidades para incentivar el turismo entre países.
A simple vista, y sobre el papel, suena como una decisión muy positiva que incentive el intercambio cultural, pero parece que la idea no está funcionando como se esperaba, al menos en dos museos franceses: el Quai Branly y el Guimet.
Tal y como han denunciado varios investigadores en el medio Le Monde, han detectado cierta pasividad por parte de algunos museos en lo que consideran "injerencias" de China respecto a las denominaciones de determinadas obras expuestas en estos museos, especialmente en Guimet, donde se recoge la mayor colección en Europa de artefactos de Dunhuang, una ciudad al noroeste de China, muy conocida por la Ruta de la Seda.
Pero no solo de esta región, sino que tanto el museo Guimet como en el Quai Branly se cuentan con numerosas piezas y obras pertenecientes a territorios que a día de hoy se encuentran inmersos en pugnas geopolíticas por su control e identidad, como puede ser el Tíbet.
"Mundo del Himalaya" o "Región autónoma de Xizang"
De hecho, es en esta dirección en la que va dirigida la crítica de los expertos franceses, ya que en las exposiciones, a partir de ahora, a los objetos tibetanos se les ha cambiado el nombre "Tíbet" por "región autónoma de Xizang", en lo que según consideran los investigadores, se trata de un intento del borrado y la reescritura de la historia e identidad de pueblos que han sido anexionados por la República Popular China, pese a que históricamente no lo han sido.
Con esta denominación, se confirma, desde el punto de vista de los denunciantes, el deseo de las autoridades chinas de que el Tíbet, territorio ocupado por China desde la década de 1950, forme parte del gigante asiático, ya que todo esto forma parte de una ley aprobada en el año 2023 en Pekín, y que pretende borrar de los mapas y del imaginario colectivo la identidad tibetana. Todo esto, siempre en palabras de los investigadores franceses.
Pero estos objetos no son los únicos que han cambiado su nombre, ya que en el Museo Guimet, todas las referencias al Tíbet han sido sustituidas por el "Mundo del Himalaya".