Francia aprueba la ley de inmigración con el voto de ultraderecha: claves de una restrictiva norma
La votación de la controvertida medida amenazó con generar una crisis política en el seno del Gobierno del presidente Macron. El ministro de Sanidad ha dimitido.
La Asamblea Nacional francesa aprobó este martes, por 268 votos a favor (los del bloque macronista, los conservadores de LR y la ultraderecha del RN) y 186 en contra, básicamente de la coalición izquierdista Nupes, una discutida y resctrictiva ley de inmigración en una votación que amenazó con generar una crisis política en el Gobierno del presidente Emmanuel Macron. De momento, ya ha dimitido el ministro de Sanidad, Aurélien Rousseau.
El golpe de efecto de la jornada llegó cuando la líder ultraderechista Marine Le Pen anunció que su partido apoyaría el texto y trató de apropiarse de su aprobación, al proclamar "una victoria ideológica". El ministro de Interior, Gérald Darmanin, denunció la final de la sesión que esas declaraciones solo eran "un golpe político", ya que finalmente cede en su política de no aceptar más inmigrantes de fuera de la Unión Europea.
La controvertida norma es producto de un acuerdo alcanzado hoy en una comisión mixta Asamblea-Senado, en la que había una clara mayoría de la derecha, y que endurece la propuesta inicial y se parece mucho a la que había aprobado inicialmente la Cámara Alta, de mayoría conservadora, por un cómodo margen de 214 votos a favor y 114 en contra.
Claves de la nueva ley de inmigración de Francia
El texto aprobado en la Asamblea Nacional francesa limita el objetivo del Gobierno de regularizar a los inmigrantes indocumentados a 10.000 trabajadores anuales de sectores que no encuentran mano de obra, como son el de la construcción o la hostelería.
Además, extiende a cinco años desde los actuales seis meses, el período de espera a que los inmigrantes legales extracomunitarios pueden solicitar ayudas para la vivienda o de carácter familiar. También se suprime el derecho automático al trabajo para los solicitantes de asilo. Otro elemento es que se endurecen las condiciones de acceso al trabajo para los estudiantes extranjeros.
Adicionalmente, se establece el objetivo de crear cuotas de inmigrantes anuales, se crea el delito de residencia ilegal en suelo francés, penado inicialmente con fuertes multas, y se prevé la retirada de la nacionalidad a los binacionales que cometan ciertos delitos.
En cambio, se prohíbe el ingreso de menores de edad en centros de detención administrativa para inmigrantes indocumentados y se aumentan las penas para los traficantes de inmigrantes. Se trata de "el texto más regresivo" en las últimas décadas, lamentaron en una declaración conjunta varias decenas de ONG que trabajan con inmigrantes o de defensa de los derechos humanos.
Conato de rebelión en el Gobierno de Macron
El texto es "imperfecto", pero "permite la regularización de trabajadores sin papeles" en sectores económicos en tensión, señaló el ministro de Interior, Gérald Darmanin, ante el pleno de la Asamblea antes de la votación, donde recordó a los diputados macronistas que, si mantenían la disciplina de voto, la aprobación sería independiente del respaldo de la ultraderecha y también criticó a la ultraderecha por aceptar un acuerdo que antes rechazaba con el objetivo de tender "una trampa política".
El acuerdo ha disgustado al ala izquierda del macronismo, y tres de los ministros que representan a esa tendencia (los de Sanidad, Enseñanza Superior y Vivienda) amenazaron con dimitir si el proyecto de ley era aprobado. Los tres se reunieron con los titulares de Cultura e Industria, y con el presidente de la Comisión de Leyes de la Asamblea, de cara a una posible dimisión conjunta. Aurélien Rousseau, el de Sanidad, finalmente ha dado el paso, informa AFP.
Macron convocó una reunión de urgencia en el Elíseo con la primera ministra, Élisabeth Borne, y con los presidentes de los partidos que integran su bloque, así como con los jefes de grupo parlamentario de esas formaciones. En esa reunión se acordó no retirar el texto alcanzado pero, en cambio, se abrió la posibilidad de una segunda lectura si el proyecto de ley salía adelante gracias a la ultraderecha del RN.
Tras ese encuentro, Borne acudió a la Asamblea para reunirse con los diputados del grupo macronista (Renacimiento) para urgirles en la importancia de la disciplina de voto, después de que algunos destacados miembros del grupo habían anunciado que votarían en contra. "Se trata de una maniobra grosera del RN, no caigamos en su trampa", dijo Borne en esa reunión, citada por algunos de los diputados asistentes.
Normalmente, el bloque macronista y los conservadores del LR ya son suficientes para lograr una mayoría absoluta, y Borne y Macron buscaban que los votos de la ultraderecha no fueran decisivos en caso de deserciones entre sus filas.
El líder histórico del izquierdista La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, denunció que no hay "una urgencia" migratoria para aprobar este texto y recordó que Francia necesitará inmigrantes para compensar el envejecimiento de su población.