Finlandia levanta una valla con Rusia ante las amenazas híbridas que practica Moscú
Cubrirá entre 130 y 260 kilómetros de la frontera más extensa de entre todos los países miembros de la Unión Europea: unos 1.340 kilómetros.
Finlandia es el miembro más joven de la OTAN. Ha sido una adhesión acelerada -solicitó formalmente su ingreso en 2022, junto a Suecia-, pero clave para garantizar su protección, sobre todo con la constante amenaza de Rusia, con el que comparte la frontera más extensa de entre todos los países de la Unión Europea: unos 1.340 kilómetros.
Sanna Marin ya no es ni la primera ministra de Finlandia ni tampoco la líder de los socialdemócratas finés, pero mucho antes de perder las elecciones y abandonar su puesto logró que los diferentes partidos del arco parlamentario apoyasen de forma unánime la construcción de un valla en la frontera con Rusia.
Si bien la construcción de esta valla llevará varios años, los trabajos se iniciaron en marzo, poco después de la adhesión a la OTAN. Comenzará en la localidad de Pelkola en la ciudad de Imatra, cerca de un puesto de control a orillas del río Wuoxi, hasta completar entre 130 y 260 kilómetros en dirección norte.
¿Por qué se construye este nuevo muro?
El Gobierno de la socialdemócrata Sanna Marin justificaba la necesidad de levantar la cerca para hacer frente a "las amenazas híbridas" de Rusia, un término bélico que implica la combinación de tácticas militares, económicas o diplomáticas para minar la estabilidad y la seguridad de un Estado o una región.
En concreto se refiere a la posibilidad de controlar el posible aumento de los cruces ilegales a través de la frontera que tiene Finlandia con Rusia. "Lo que más les preocupa a los finlandeses es que igual que está haciendo Bielorrusia en sus fronteras con Letonia, Polonia o Lituanía, es que Rusia pueda utilizar la emigración masiva para tratar de colocar en una situación complicada a Finlandia. Es decir, que recibiera a muchos solicitantes de asilo de Oriente Próximo o países africanos con la intención de mandarlos a la frontera", apunta el periodista Carlos Torralba en el pódcast Hoy en El País.
"Además, es más que nada un símbolo de como la relación con Rusia se ha deteriorado y no espera que mejore a corto plazo", explica el periodista del diario El País. "De hecho, un claro ejemplo es que el cruce de raya de Jooseppi antes de la guerra tenía unos 300 cruces diarios y ahora la media no llega ni a diez personas. Algún día no cruzaba absoultamente nadie", apunta.
A finales de septiembre, Finlandia aprobó el cierre de las fronteras a los turistas rusos, en plena escalada migratoria derivada de la movilización parcial anunciada días antes por el presidente Vladimir Putin, sumándose así a las restricciones en ese sentido que ya adoptaron antes los países bálticos y Polonia.