El éxito del F35 'mata' a la leyenda del cielo
Así ha jubilado el caza de Lockheed Martin a los icónicos aviones de combate F18, como los que adquirió España en su día.
Si hubo un salto evidente de calidad en materia de aviones de combate, ese puesto le corresponde a la auténtica leyenda del cielo, los cazas F-18 modelo Super Hornet. Países como España los convirtieron en la piedra angular de su Ejército del Aire en el pasado, antes de la llegada del emblema europeo que supusieron los Eurofighter Typhoon.
Sin embargo, el fabricante Lockheed Martin está acaparando toda la atención en materia de contratos armamentísticos con los cazas de quinta generación F35. El alza viene empujada por los rearmes de la guerra de Ucrania y los movimientos que se realizan en los países del continente asiático, pero también europeos.
Esta nueva tendencia se traduce en el reciente anuncio de Boeing de que pone fin a la producción de los Super Hornet con un horizonte fijado en el año 2025. Un ejercicio que coincidirá con la entrega de los últimos cazas encargados por la Armada estadounidense.
¿Por qué el F35 jubila al F18?
El F35 se trata de la obra de ingeniería aeronáutica de la compañía estadounidense Lockheed Martin -fabricante de buena parte de modelos de las series F-, que arrancó marcada por un largo proceso de experimentación y desarrollo. Hasta que el prototipo X-35 fue presentado oficialmente y se impuso en el programa para relevar los F-18, hubo retrasos y serios aumentos de costes.
No obstante, ha quedado patente que este es el auténtico referente del combate aéreo y solo pueden rivalizar con él su némesis rusa (Shukoi Su-57), el J-20 chino o el Eurofighter europeo. Por eso es el caza más caro del mundo y los planes de EE.UU. con ellos suponen el mayor desembolso para un programa de Defensa, con un ingente número de 2.443 aviones encargados que requerirá un desembolso de 323.000 millones.
¿Por qué pagar tanto? Se trata de un caza de peso medio y monomotor que ha logrado aglutinar con éxito la mayor parte de innovaciones que se han conseguido en este tipo de aeronaves en las últimas décadas. Más allá de incorporar la motorización de aviones de despegue vertical en la que Lockheed cojeaba, destacó por su tecnología stealth, duradera y de sencillo mantenimiento; su tobera de empuje vectorial y una una aviónica integrada para combinar la información externa e interna. Esto le permitió aumentar la alerta situacional del piloto, mejorar la identificación y uso de armamento y transmitir la información con velocidad a otros aviones o centros de control y mando.