Europa inicia el curso político con el reto inmediato de forjar el equipo de comisarios

Europa inicia el curso político con el reto inmediato de forjar el equipo de comisarios

Ya están asegurados los puestos de Ursula Von der Leyen al frente de la CE, Antonio Costa en el Consejo y Kaja Kallas como jefa de la diplomacia, pero quedan 26 altos cargos por nombrar. Vienen días de exámenes, negociaciones y votaciones. 

Ursula von der Leyen, el 31 de mayo de 2022, atiende a la prensa tras una cumbre europea extraordinaria sobre Ucrania, en Bruselas.Nicolas Economou / NurPhoto via Getty Images

Vuelta al cole también en las instituciones europeas. La Unión entra en un curso político que da arranque a la décima legislatura, marcada por los resultados de las elecciones europeas del pasado 9 de junio, en las que se impuso el bloque del Partido Popular Europeo y que dieron paso, en uno de cada cuatro escaños de la Eurocámara, a diputados de ultraderecha

Repartidos los asientos, entregadas las actas y formalizados los grupos en el Parlamento (ocho esta vez, uno más por la escisión de la derecha radical), se fueron decidiendo los top jobs, los altos cargos comunitarios. Desde julio, es sabido que la conservadora alemana Ursula von del Leyen repite cargo por cinco años más como presidenta de la Comisión Europea (CE), un puesto para el que fue ratificada en julio por el hemiciclo, por 401 votos sobre 707 emitidos. Entonces, se llegó también al acuerdo de que el socialista portugués Antonio Costa sea el presidente del Consejo Europeo y que la estonia Kaja Kallas se convierta en la jefa de la Política Exterior de los Veintisiete. 

Ahora queda el resto, 26 puestos en el equipo de Von der Leyen, comisarios de cada uno de los estados miembros que se dedicarán cada uno a su materia y que tienen el reto de hacer equipo. Cada uno con sus intereses nacionales, con sus ideologías y su tacticismo político, con sus favoritismos de bloque geográfico o económico, que deben dejar a un lado por el bien de todos los europeos, 448,4 millones de personas. 

Hasta el viernes, los Estados han tenido de plazo para presentar sus candidatos. Y no se lo han puesto fácil a Von der Leyen. Más allá de perfiles y conocimientos, se ha planteado un primer problema: esta Comisión, tal y como se ha planteado, no sería paritaria. Hay un mandato del Parlamento que pide a los países propuestas iguales, pero no se han escuchado. 

Fue un ruego que hizo también a germana, quería calidad e igualdad, pero se han presentado 19 hombres y ocho mujeres, contando con que Bulgaria ha sido el único miembro que ha enviado una propuesta doble, hombre y mujer, por equilibrar. Es lo que se pedía: dos nombres o, al menos, más candidatas mujeres. En el caso de España, sí se ha apostado por una mujer, la hasta ahora vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera. La CE cuenta con 13 mujeres y 14 hombres en su configuración actual.

El nuevo colegio de comisarios y sus correspondientes carteras, con su nombre y sus competencias, se presentarán a los líderes de los grupos políticos de la Eurocámara el 11 de septiembre, por lo que el tiempo para hacer cambios se está agotando. En Bruselas el debate está abierto. ¿Irá Von der Leyen a rechazar algún nombre? No lo ha hecho por ahora, cuando ya se está entrevistando personalmente con los propuestos por los países, tratando de limar los problemas que pueda haber de cara a esa votación de los europarlamentarios y buscando sintonía en un gabinete forzosamente heterogéneo, de sensibilidades y prioridades diversas. 

Medios como Euractiv y POLITICO avanzan que la presidenta de la CE va a ir adelante con todo. Espera que el rechazo, si llega, proceda de Estrasburgo y se responsabilice por ello al país que ha dado la cara por cada candidato, pese a la petición de igualdad. Ya pasó en 2019, en la última elección de comisarios, cuando se echaron para atrás los propuestos por Francia, Rumanía y Hungría. Es verdad que entonces el problema no fue de listas iguales, sino de conocimientos e informes personales de los concurrentes. 

Eso no evita que la falta de mujeres en la lista le vaya a traer dolores de cabeza a Von der Leyen. Se espera que los grupos más progresistas de cuantos la apoyaron en su nombramiento, el de Socialistas y Demócratas y el de Los Verdes, hagan ruido en la Cámara por esta lista, que nos retrotrae a tiempos pasados y que decepciona por la falta de compromiso de los países con la paridad. 

Y más que ruido: en esta legislatura, la presidenta de la CE no cuenta con la solidez de apoyos de cinco años atrás, porque han adelgazado los grupos de centroizquierda que le daban apoyo (socialdemócratas y liberales) y se va a expensas de cerrar mayorías con más grupos o, al menos, parte de esos grupos. Eso explica su acercamiento a los ecologistas y el más que coqueteo con parte del Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), liderado por la primera ministra italiana Giorgia Meloni, que se tratan de hacer pasar por ultras buenos. Sus 24 escaños de Hermanos de Italia son de lo más codiciado. 

Otra razón de Von der Leyen para no pedir nuevos nombres, dicen ambos digitales, es que quiere abstenerse de pedir a las capitales que presenten otros nombres femeninos adicionales, "ya que esto podría hacer correr el riesgo de que algunas de ellas sean quemadas a nivel político", cuando nadie sabe aún en qué quedarán las votaciones. 

Tiene un tetris interesante por delante la representante del Partido Popular Europeo: Si bien la tarea será adaptar las carteras a las ambiciones de los gobiernos nacionales, también tendrá que tratar de satisfacer a las familias políticas, a pesar de que su grupo es el que más Gobiernos tiene ahora mismo bajo control.  dominio de los comisarios designados por el PPE en el nuevo ejecutivo de la UE.

Para que el nuevo equipo del ejecutivo de la UE preste juramento, el Parlamento Europeo debe dar su aprobación, para lo cual los eurodiputados examinan de cerca el conocimiento de los comisarios designados sobre el área política del que serán responsables. En teoría, se supone que no distinguen los colores ni los orígenes, a diferencia de los Ejecutivos que los designan. Suelen tenerse en cuenta los deseos de los estados miembros más grandes de la UE y de sus partidarios, pero la asignación de carteras queda a discreción de Von der Leyen, en última instancia. 

Ya está elaborando las carpetas de cada uno de los comisarios y evaluando, además, cuáles de ellos tendrán además el papel de vicepresidentes ejecutivos, lo que multiplica su poder y su influencia. Es muy posible que Ribera se quede con una de ellas, dada la importancia de la transición verde en las políticas por venir en este periodo. En cinco años, dice Von der Leyen, debe diseñarse el futuro de Europa durante 50 más y la posible cartera de la española será troncal en ese diseño. También le sirven esas vicepresidencias para contentar a quienes se hayan quedado un poco enfadados por el camino, al no quedarse con los altos cargos. En la mente de todos, Italia, que no avaló los top jobs justo por eso y espera un caramelito ahora. 

Por ahora se sabe que habría 12 nuevos nombres sobre 26, nueve con experiencia comunitaria, siete trabajados en lo ambiental, lo energético o lo agrícola y cinco especializados en política exterior y defensa. Von der Leyen anunció que esta vez se crearán nuevas carteras, sobre Defensa, Vivienda y para el Mediterráneo, por la necesidad que tiene de atender estos flancos. Puede que en su diseño acabe influyendo el informe que el 5 de septiembre debe presentar ante el Parlamento Europeo el que fuera primer ministro de Italia, Mario Draghi, a quien se le había encargado una radiografía sobre la competitividad de la UE, con propuestas de acción. "Se espera que influya en la estructura de las futuras carteras económicas del ejecutivo de la UE", dice Euractiv.

Euractiv también entiende que el exprimer ministro italiano Mario Draghi participará en la conferencia de presidentes del Parlamento Europeo el 5 de septiembre, donde se espera que presente su esperado informe sobre competitividad , que se espera que influya en la estructura de las futuras carteras económicas del ejecutivo de la UE.

Fuentes comunitarias además recuerdan que, a diferencia de sus antecesores, la germana es muy personalista, muy presidencialista, tiene en su cabeza el plan para la legislatura y necesita que quienes estén con ella se adapten a ello, con un mínimo común importante. Los retos son grandes: de la competitividad a la defensa y la ayuda a Ucrania, pasando por el Pacto Verde, la digitalización,  la ampliación al este, la inmigración, la vivienda, el ascenso de los radicalismos y los populismos y los malabares para lograr mayoría en el Europarlamento. 

Vista general del plenario del Europarlamento en Estrasburgo, el 9 de mayo de 2023, mientras interviene el canciller alemán Olaf Scholz.PHILIPP VON DITFURTH / PICTURE ALLIANCE VIA GETTY IMAGES

El proceso y los plazos

Es poco probable que la lista de 26 aspirantes a comisarios pase limpia, con todos sus candidatos sobreviviendo a la criba del Parlamento. De ser así, el nuevo Ejecutivo de la UE podría asumir el cargo pronto, el 1 de noviembre sería la jura. Sin embargo, si al menos un candidato es rechazado, la fecha se retrasaría hasta el 1 de diciembre y, en el peor de los casos, si surgen más dudas sobre los nombres propuestos, la nueva Comisión tendría que esperar hasta el 1 de enero.

En los procesos de selección más recientes, el Europarlamento ha rechazado habitualmente a dos o tres precomisarios durante el proceso de audiencia. Tocaría a los estados mandar nuevos nombres y empezar el proceso de nuevo con ellos. Esta vez, Von der Leyen ya no es tan inocente y puede ser que los rechazos también le salpiquen un poco, más allá de la clara responsabilidad de cada miembro de mandar a personas que merezcan el cargo. 

Se espera que las audiencias parlamentarias comiencen en la tercera semana de septiembre y tienen tres fases: examinar las declaraciones de interés de los designados para cada comisionado, presentar preguntas escritas y realizar una audiencia conjunta de los comités responsables de las respectivas carteras.

Primero, la comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo examinará las declaraciones personales de las personas propuestos y revisará sus finanzas, en busca de indicios de conflictos de intereses. En 2019, fue ahí donde cayeron los aspirantes de Hungría y Rumanía.

Mientras se analiza toda esa documentación, cada comisión (comité, en la denominación comunitaria) correspondiente a las carteras de los nuevos propuestos preparará una serie de preguntas escritas. Las respuestas marcarán el camino a más preguntas, las más jugosas, las que que formularán los eurodiputados cuando comparezcan ante el comité correspondiente. Toca hablar, defenderse sin parapetarse a través de respuestas preparadas. Sin trampa ni cartón, aguantando preguntas durante tres horas en un interrogatorio del que hay que sacar en claro si valen o no para el cargo. Valorarán su experiencia, su conocimiento, su afán europeo. En los casos en que las competencias políticas se superpongan, participarán varios comités. Son citas densas, pero un verdadero espectáculo de política europea de la buena. 

Además, es el momento de ver entrar a los bloques en acción, cuando el trabajo de los grupos parlamentarios supera al de los diputados nacionales, para poder dejar claras las apuestas de legislatura, los intereses y las líneas rojas de cada cual. 

Cuando se haya pasado el trago, los diputados se reúnen de nuevo para decidir si confirman o rechazan a el candidato propuesto. Si no es válido se piden más nombres, a empezar. Si no, queda confirmado, hasta la votación final de todo el equipo. El nuevo ejecutivo de la UE se someterá a votación plenaria según el calendario ya adelantado. Es el proceso en el que mejor se deja ver el poder del hemiciclo, habitualmente aplastado por la actualidad del Consejo y la Comisión. 

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Al igual que pasó en la elección de Von der Leyen, se necesitará el visto bueno de la mitad de todos los eurodiputados, esto es, 361, antes de poder empezar a trabajar. Eso, en la Comisión, porque en el Parlamento empiezan ya este 2 de septiembre con el nuevo año político. Tocan comisiones: se analizarán las prioridades presupuestarias para 2025 y la situación de la UE ante la viruela del mono, se verá cómo proteger a los niños de los abusos sexuales, nuevas medidas antifraude, la situación de la Europol y la Agencia de Asilo, los cambios en los permisos de conducción de camiones en la Unión y cómo mejorar la seguridad de los juguetes. La vida, que pasa siempre por Europa.