Estos son los favoritos para repartirse los altos cargos de la Unión Europea
Los líderes comunitarios se citan hoy en una cena informal en Bruselas tras el 9-J, en la que deben ir decidiendo quién se encarga de las instituciones. Por una vez, puede que la pelea no sea demasiado larga.
Los líderes de la Unión Europea se reúnen este lunes en Bruselas para debatir los principales cargos de las instituciones comunitarias. Resacosos de las elecciones del pasado 9-J, ahora toca ver los números, las fuerzas y contrafuerzas, las posibles o las imposibles alianzas y repartirse los llamados top jobs, el poder puro.
Por primera vez en mucho tiempo, puede que sea un proceso tranquilo y no largo, nada que ver con el tormentoso esperar, pelear y repelear de 2019. En esta cena informal, los 27 jefes de Estado y de Gobierno ya podrán esbozar un primer dibujo de lo que quieren en la próxima presidencia de la Comisión Europea y del Consejo Europeo, así como el puesto de Alto Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. Porque hay candidatos consolidados y disponibles, porque gustan los perfiles y porque cuanto antes eche a andar la maquinaria, menos espacio se le da también a ese bloque ultra que acaba de comerse una quinta parte del Parlamento Europeo.
Las negociaciones han sido tradicionalmente un delicado acto de malabarismo: la distribución de los altos cargos debe tener en cuenta las afiliaciones políticas, los orígenes geográficos de cada candidato y el equilibrio de género, para así garantizar el mayor apoyo en toda la mesa y, se supone, una mayor justicia, también.
Hace cinco años, en la pasada legislatura, la selección se produjo tras varios días de disputas, incluido un maratón que duró toda la noche y que dejó a los líderes reventados de idas y vueltas. La Comisión fue especialmente dura de pactar. Ahora, ha surgido un consenso más rápido de lo que muchos habían previsto: Ursula von der Leyen, la conservadora, para la Comisión; António Costa, socialista, para el Consejo, y Kaja Kallas, liberal, para el cargo de Alta Representante. La presidencia del Parlamento Europeo depende de la cámara, pero se espera que no haya sorpresas con la releección de Roberta Metsola, de derechas, al frente.
El acuerdo final no tiene por qué cerrarse en esta cena, aunque se esperen grandes avances. Y, aunque la lista saliera ya de este encuentro, los nombramientos no se formalizarán hasta la cumbre formal del 27 de junio.
Por ahora, estos son los favoritos:
Comisión Europea: Ursula von der Leyen
Desde que anunció su candidatura a la reelección en febrero, la alemana Ursula von der Leyen ha sido considerada la favorita indiscutible para la Comisión Europea (CE). Esta conservadora de 65 años ha dirigido el Ejecutivo durante las crisis de los últimos cinco años, garantizando al mismo tiempo que la actividad legislativa mantuviera su ambición original.
Su fuertemente centralizada forma de trabajar, su trascendental Pacto Verde, su reacción a las protestas de los agricultores y, sobre todo, su respuesta inicial a la guerra entre Israel y Hamás, en la que fue fotografiada estrechando la mano del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se consideraron en su día obstáculos en su camino hacia un segundo mandato.
Pero la aplastante victoria de su Partido Popular Europeo (PPE), de centroderecha, en las elecciones de junio, con 190 escaños, ha dejado de lado estas preocupaciones. Von der Leyen ya ha entablado negociaciones con los socialistas y los liberales para construir una coalición centrista para los próximos cinco años, sin implicar formalmente a la extrema derecha de Giorgia Meloni.
La que fuera ministra de Defensa de Alemania asistirá a la cumbre de este lunes, pero se ausentará cuando comience la conversación sobre los altos cargos, como es lógico. En caso de obtener la bendición de los líderes, se enfrentará más tarde a un interrogatorio en el Parlamento Europeo, donde necesitará el respaldo de la mayoría de los recién elegidos eurodiputados (361 votos) para asegurarse el puesto.
Antes de las elecciones, en Bruselas se especulaba con posibles alternativas a Von der Leyen, empezando por los candidatos de otros bloques. Como el PPE ha salido vencedor, los otros posibles contrincantes son de su línea, deel croata Andrej Plenković al rumano Klaus Iohannis, pasando por el griego Kyriakos Mitsotakis. También Roberta Metsola, actual presidenta del Europarlamento, estaba en la quiniela. Ninguno de esos nombres se ha descartado, por más que sea prácticamente imposible que haya sorpresas en este extremo.
El exprimer ministro italiano Mario Draghi fue otra de las alternativas que más titulares atrajo, porque era Francia, todopoderosa, la que lo sacó a relucir. No está afiliado a ningún partido político y su nombramiento perturbaría por completo el juego de regateo, dicen los críticos, pero por otro lado podría ser una figura de consenso, lejos del partidismo, señalan los partidarios. Draghi es muy admirado pero, con los días, se ha entendido más esta jugada como una vía de París para presionar a Von der Leyen, abandonada además por los problemas internos y las elecciones legislativas anticipadas que afronta Emmanuel Macron.
El Consejo Europeo -los líderes de los Estados miembros reunidos en pleno- es quien nomina a la persona que presidirá la Comisión Europea por mayoría cualificada: 55% de los países que representen al menos al 65% de la población. Pero eso no garantiza el cargo, la elección debe ser ratificada posteriormente en el Parlamento Europeo por mayoría absoluta (361 eurodiputados de 720). Esta votación se celebrará en la sesión plenaria del 16 al 19 de julio.
Consejo Europeo: Antonio Costa
Si la Comisión es para el bloque más votado, el Consejo debe ser para el segundo. Y ese fue el de los Socialistas y Demócratas (S&D), que se quedaron con la plata en las europeas, con 136 escaños. Ha habido excepciones, como en 2019, cuando se dio paso a un liberal, pero estos centristas han perdido 20 diputados y no están en condiciones de picar tan alto ahora.
Se trata de un cargo que carece de poderes legislativos pero que adquiere especial relevancia en tiempos de crisis, cuando los líderes se reúnen de urgencia para tomar decisiones cruciales. Europa las tiene, de Ucrania a Gaza, y ha tenido poder en estos años de pandemia, además.
El actual titular es Charles Michel, un liberal belga, que no puede ser reelegido tras dos mandatos consecutivos de dos años y medio. El liderazgo de Michel ha sido divisivo: su intento a principios de año de presentarse como candidato en las elecciones europeas fracasó y puso de manifiesto los peligros de nombrar a alguien relativamente joven (y ambicioso) para dirigir el Consejo Europeo.
Los socialistas han propuesto el nombre de un veterano: António Costa, el político de 62 años que fue primer ministro de Portugal entre 2015 y 2024. Durante su mandato, Costa fue muy apreciado por sus colegas dirigentes por su actitud constructiva y su carácter cercano. Sin embargo, su estancia en el poder se vio truncada en noviembre de 2023, cuando dimitió después de que varios miembros de su gabinete fueran acusados de corrupción y tráfico de influencias en la concesión de proyectos de minería de litio, hidrógeno verde y centros de datos. El caso levantó sospechas de que Costa posibilitara algunos de estos negocios irregulares. La Fiscalía ha reconocido que se equivocó de nombre y confundió al primer ministro con uno de sus ministros, el caso no ha avanzado y no hay cargos concretos contra él, pero eso puede hacer que algunos estados aún desconfíen de él.
En caso de que los líderes de la UE duden, otra alternativa socialista podría ser la danesa Mette Frederiksen, pero ella ha negado cualquier interés en un alto cargo. Mario Draghi, de nuevo, ha sido propuesto para el Consejo, donde su seriedad sería una ventaja.
Asuntos Exteriores y Política de Seguridad: Kaja Kallas
El español Josep Borrell ha anunciado que no seguirá siendo el Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. Ha pasado una legislatura durísima, con Gaza y Ucrania. Ahora, ese puesto lo miran golosos los liberales, que pierden el sillón de Michel en el Consejo y que no están en su mejor momento, porque su bloque, el de Renovar Europa, cayó de 102 a 80 escaños en las elecciones. Pese a ello, quieren un alto cargo y n este han puesto su mirada, ya que, pese a que su función sigue limitada por el principio de unanimidad, ha ganado peso vistas las crisis que afronta el planeta.
En esta elección, la geografía será el factor clave. Dado que la Comisión y el Consejo se dirigen a Europa occidental y del sur, respectivamente, la idea es que el Alto Representante recaiga en un representante del este. El doble criterio de Europa liberal y del este reduce enormemente la lista de candidatos y empuja a la primera ministra estonia, Kaja Kallas, al primer plano.
En los dos últimos años, Kallas se ha convertido en una voz destacada en la respuesta de la UE a la invasión rusa de Ucrania, instando al bloque a adoptar sanciones más duras contra el Kremlin y reprendiendo a los aliados occidentales que no entregan a Kiev la munición prometida. Ha sido vehemente, seria, ha tenido capacidad para forjar consensos, es respetada y tiene además experiencia como antigua parlamentaria en Bruselas y Estrasburgo.
Es verdad que sus políticas se han considerado a veces demasiado duras y centradas en el Báltico, la guerra es tan larga, tan compleja, que los hechos le han dado la razón. Ahora es una seria candidata a convertirse en la próxima responsable de política exterior de la UE. Si la nombran, tendrá que demostrar que también puede hablar con convicción de otras regiones, como África, Oriente Medio y América Latina. Aunque tenga esas lagunas, no desagrada a nadie y ese es un gran punto a su favor. También lo es ser mujer.
Otro candidato liberal que también se maneja, pero con menos fuerza, es el belga Alexander De Croo, que recientemente dimitió como primer ministro de su país por los malos resultados electorales cosechados. Sin embargo, venir de tan al oeste le complica las aspiraciones. Radosław Sikorski, antiguo eurodiputado, actual ministro de Asuntos Exteriores de Polonia y firme partidario de Ucrania, encaja también en el perfil de Alto Representante, pero está afiliado al PPE, por lo que su nombramiento enviaría a los líderes de nuevo a la mesa de dibujo.
Parlamento Europeo
En el caso del Parlamento Europeo, sólo surge un nombre: el de la conservadora maltesa Roberta Metsola, que ahora mismo ya ocupa el cargo.
Los parlamentarios eligen a uno de los miembros del Parlamento como presidente, o presidenta como ahora mismo, por un período de dos años y medio, renovable. Su labor es representar a la Eurocámara ante las demás instituciones de la UE y de cara al exterior y supervisar, claro, los debates de los plenos. Como en el Congreso de los Diputados o el Senado de España. Los diputados eligen también a 14 vicepresidentes o vicepresidentas, un número importante por el volumen de parlamentarios y que ayuda a un reparto de funciones equilibrado entre formaciones y estados.
Su elección, pues, pende menos de los estados, aunque formará parte del debate. Ya pasó hace cinco años, cuando entró en el juego de sumas y restas. Puede volver a pasar. La costumbre es que socialistas y populares, los dos primeros bloques, se repartan el cargo durante el quinquenio: dos años y medio para unos y la otra mitad para otros. En la pasada el tándem en la pasada legislatura fue Sassoli (que murió en enero de 2022, en el cargo)-Metsola. La pevisión es que la maltesa será la elegida por la mayoría absoluta del Parlamento en su primera sesión plenaria, en julio.