Estados Unidos rompe a Rusia con su última y más íntima amenaza
El silencio del Gobierno de Vladimir Putin a unas explosivas declaraciones de Donald Trump abre una nueva etapa en las tensas relaciones que mantienen ambos países.
Es extraño que suceda, pero las últimas declaraciones de Donald Trump sobre su relación personal con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, han conseguido que Moscú haya roto una de sus reglas de oro no escritas: responder a todos los ataques que vengan de EEUU.
En un gesto poco común, cuenta la revista Newsweek, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, rechazó confirmar o desmentir cualquier aspecto de las palabras mencionadas por el exprediente estadounidense y candidato a la reelección, Donald Trump, en una entrevista publicada el viernes en el diario The Wall Street Journal. "Preferimos tener una posición responsable y no haremos público el contenido de ninguna conversación que se lleve a cabo al más alto nivel", se limitó a decir el portavoz ruso en una breve declaración a los medios rusos. Un silencio que marca, además, un cambio de rumbo en la política de comunicación rusa, acostumbrada a responder con dureza a todas las declaraciones que se realizan al otro lado del Atlántico, en Washington.
El cambio de postura rusa se produce días después de que el expresidente Donald Trump afirmase en las páginas de WSJ que durante una conversación cara a cara con Vladimir Putin, había amenazado directamente al presidente de Rusia con un ataque sobre el centro de Moscú si se atrevía a invadir Ucrania. "Le dije: Vladimir, si vas detrás Ucrania, te golpearé justo en el centro de Moscú", reveló el magnate en la polémica entrevista, donde insiste que se permite ser directo y tajante con Putin por la amistad que los une.
Los analistas internacionales interpretan la impropia reacción de Rusia, o más bien la falta de ella, como un reflejo de la cautela con la que Moscú se mueve en estos momentos en un contexto internacional delicado, marcado por la invasión de Ucrania, la guerra en Gaza y los resultados que puedan arrojar las elecciones presidenciales en EEUU. Aunque otros expertos creen que el silencio del Kremlin podría evidenciar el impacto que han tenido las declaraciones de Trump en la esfera política rusa. "Lamentablemente, algunos líderes no respetan la 'higiene' informativa", criticaba veladamente Dmitry Peskov al candidato del Partido Republicano por hacer públicas las que, según él, eran conversaciones privadas.
Donald Trump, que quiere volver a la Casa Blanca en las elecciones presidenciales que se van a celebrar en dos semanas, el 5 de noviembre, insiste en la idea de la capacidad que tiene para detener rápidamente la guerra en Ucrania, si vuelve al poder. El republicano mantiene, sin comprometerse a favor de una victoria ucraniana, que una "buena relación" con el Kremlin es un elemento clave para resolver el conflicto. No obstante, su postura ambigua sobre la cuestión mientras presume de su amistad con Putin, desconciertan tanto al Gobierno de Zelenski como a los de otros mandatarios europeos.
Mientras tanto, la guerra en Ucrania continúa y su final no parece tan claro. El número de muertos supera ya el millón de personas y el coste humano de la invasión es cada vez más desolador. Moscú ha sufrido importantes bajas en el campo de batalla, con informes que apuntan a que 675.800 de sus soldados han muerto desde que en 2022 se iniciase la invasión del suelo ucraniano.