Estados Unidos gira las tornas y atemoriza a Rusia con sus 200 supertanques
El futuro de la defensa estadounidense depende en gran medida de la capacidad de mantener y mejorar su arsenal de vehículos blindados.
El Ejército de Estados Unidos ha firmado un contrato de más de 440 millones de dólares con el segundo mayor contratista militar del mundo, BAE Systems, para la fabricación de 200 unidades del nuevo vehículo de combate Bradley. La compra se produce después del envío de un número significativo de estos vehículos a Ucrania para ayudar a su ejército en la lucha contra la invasión rusa.
Los nuevos Bradley, los M2A4EI, están equipados con una tecnología avanzada que los convierte en una pieza clave para las operaciones terrestres del ejército estadounidense pese a que en sus inicios fue objeto de burlas en el Pentágono, llegando incluso a ser ridiculizado en películas de los años 90. Sin embargo, su desempeño en los conflictos recientes ha cambiado esa percepción.
Aunque su diseño inicial fue visto como ejemplo del exceso burocrático en tiempos de paz, el Bradley demostró su valía en los combates urbanos de Irak y ahora ha vuelto a ganar protagonismo en las trincheras de Ucrania. Estos vehículos se han convertido en un pilar esencial para las fuerzas ucranianas, que han logrado desplegarlos eficazmente en combate, a pesar de las bajas sufridas.
Ante las crecientes amenazas de conflictos, como la posibilidad de un ataque de China a Taiwán o una nueva escalada en el Medio Oriente, Estados Unidos se ha visto obligado a reforzar rápidamente sus reservas de equipos críticos. La rápida producción de estos vehículos, que tiene lugar en varias instalaciones de BAE Systems en Carolina del Sur, Alabama y Michigan, es esencial para asegurar que el país esté preparado para cualquier enfrentamiento futuro.