El verdadero significado del alto el fuego energético de 30 días de Putin en Ucrania
¿Progreso para la paz o táctica dilatoria? Los expertos del Atlantic Council analizan la crucial llamada entre el mandatario ruso y Trump, su colega de EEUU.

¿Progreso para la paz o táctica dilatoria? Este martes, tras una llamada telefónica de noventa minutos con el presidente estadounidense Donald Trump, el presidente ruso Vladimir Putin acordó abstenerse de atacar la infraestructura energética ucraniana durante 30 días.
Sin embargo, Putin no se comprometió a un alto el fuego total e incondicional de 30 días, como acordaron Washington y Kiev la semana pasada. También reiteró el mandatario ruso su exigencia anterior de que Kiev deje de recibir ayuda militar extranjera, lo que no facilita la negociación.
¿Qué implicaciones tiene esta llamada para la guerra? ¿Y cuáles son los próximos pasos en las conversaciones de Estados Unidos con Rusia y Ucrania? Los expertos del Atlantic Council, un tanque de pensamiento de Washington (EEUU) han elaborado un informe de urgencia en el que presentan sus pronósticos. Y no son muy tranquilizadores.
John E. Herbst, director del Centro Eurasia y exembajador de Estados Unidos en Ucrania, explica que el de ayer fue "un buen día para el presidente Trump", ya que "es la primera vez que Moscú ofrece una concesión concreta en respuesta a su iniciativa de paz". Podría ser "un pequeño paso hacia el fin de la agresión del Kremlin en Ucrania", sostiene. Al mismo tiempo, Herbst señala que el acuerdo "podría ser ya irrelevante", ya que, una hora después del anuncio, una bomba rusa supuestamente dejó sin electricidad a la ciudad ucraniana de Slaviansk. También se ha atacado a hospitales en Sumi, dice Kiev. Este gesto da cuenta de la fragilidad de lo acordado.
Olga Khakova, directora adjunta de seguridad energética europea en el Centro Global de Energía, dice que si el alto el fuego limitado de 30 días se mantiene, "podría proporcionar un alivio muy necesario al maltrecho sector energético de Ucrania", ya que Rusia ya ha destruido "más de la mitad de la capacidad de generación de Ucrania y la mitad de su capacidad de producción de gas natural".
Pero tampoco está claro qué implicaciones podría tener este acuerdo para la central nuclear de Zaporiyia, ocupada por Rusia, y no puede reemplazar la destrucción de la presa de Kakhovka en 2023.
Alexander Vershbow, miembro del Centro Scowcroft para Estrategia y Seguridad y del Centro Eurasia y exembajador de Estados Unidos ante la OTAN y Rusia, añade en el mismo dossier que es probable que Putin priorizara el acuerdo sobre la infraestructura energética rusa. "Este es el único ámbito en el que un alto el fuego beneficiaría más a Rusia que a Ucrania, dada la creciente capacidad de Kiev para realizar ataques con drones de largo alcance contra objetivos energéticos rusos", afirma.
"Putin no tiene prisa por alcanzar un alto el fuego a largo plazo, y mucho menos un acuerdo de paz permanente", señala, además. El presidente de la Federación Rusa ha recalcado repetidamente que cualquier acuerdo debe abordar las causas profundas del conflicto -refiriéndose a la OTAN- y el resumen de la reunión está repleto de "condiciones, salvedades y píldoras venenosas para las negociaciones de alto el fuego que Ucrania sin duda rechazará", añade.
Khakova también se refiere al proceso de debate abierto a la fuerza por EEUU y señala que "cualquier restricción a la brutal agresión de Rusia es un paso en la dirección correcta, pero este avance ocurre en medio de los continuos ataques con misiles de Rusia contra civiles y hospitales ucranianos".
Justina Budginaite-Froehly, investigadora de la Iniciativa de Seguridad Transatlántica del Centro Scowcroft y del Centro Europeo y exfuncionaria del Ministerio de Defensa de Lituania, explica en este punto que, mientras tanto, los países de primera línea no están convencidos de que Putin vaya a detenerse pronto: los ministros de Defensa de Polonia, Lituania, Letonia y Estonia anunciaron a la par su plan de retirarse de la Convención de Ottawa que prohíbe el uso de minas terrestres antipersonal. "Con esta decisión, demuestran su disposición a defender sus territorios de una posible agresión rusa por todos los medios", afirma.
¿Un verdadero alto el fuego?
Putin y Trump también acordaron buscar un alto el fuego en el Mar Negro, según han filtrado los asesores de la Casa Blanca. "Este es otro ámbito donde un alto el fuego, aún por definir, no supone una desventaja para el Kremlin", señala Herbst en su análisis. "Las ingeniosas operaciones navales con drones de Ucrania obligaron a la famosa flota rusa del mar Negro a abandonar Crimea hace más de un año para refugiarse en el este del mar Negro", remata.
Incluso mientras continúan las conversaciones, Washington deberá estar atento a posibles violaciones del acuerdo vigente. Si Rusia ataca la infraestructura energética ucraniana, "Estados Unidos debe demostrar su fuerza obligando a Rusia a negociar mediante controles adicionales a las exportaciones y sanciones al petróleo y el gas rusos, así como a su sistema financiero", afirma Olga .
A lo largo de este proceso, la lentitud y el enfoque gradual de Rusia supondrán un desafío para los negociadores estadounidenses. "El peligro reside en que Estados Unidos se vea cada vez más involucrado en la estrategia de Putin y, en última instancia, le resulte difícil adherirse a su plan original de negociaciones de paz inclusivas", augura Khakova.
"Es evidente que Putin no quiere decirle 'no' a Donald Trump, pero sus exigencias son la forma en que el líder ruso rechaza la propuesta sin decirlo abiertamente", abunda Vershbow. "Ojalá Trump no acepte un 'no' como respuesta y siga insistiendo en que Rusia acepte un alto el fuego total, como se propuso originalmente, en el mar Negro, por tierra y por aire", concluye.