El nuevo mapa de la guerra pone en evidencia el fracaso de la ofensiva rusa actual
La entrada masiva de tropas rusas por la frontera común hacia Jarkov se ha frenado, pese a los avances iniciales, los mayores en año y medio en la zona.
El pasado 10 de mayo, Rusia lanzó una tremenda ofensiva en el noreste de Ucrania, en la zona de Jarkov. En pocas jornadas, su avance fue rápido y profundo, adentrándose siete kilómetros en el país vecino, invadido, y conquistando al menos nueve aldeas. Generó un miedo importante en Kiev: a que fueran a por la capital regional, que es la segunda ciudad más importante del país; que crearan una zona se seguridad para hacer entrar a los 30.000 soldados que esperaban al otro lado; que rompieran importantes líneas de comunicación ucranianas.
Sin embargo, a la semana y media de ataques, Volodimir Zelenski, el presidente de Ucrania, ya informó de que se estaban repeliendo los ataques y frenando el avance. Los mapas de la guerra más recientes dicen que tenía razón, que no era propaganda: la ofensiva rusa se ha detenido en los últimos días. Incluso en los demás sectores del frente no hay avances serios.
No sólo es Jakov, pues. El ejército de Moscú no ha logrado hacer colapsar la defensa de Kiev cerca de Donetsk, estirando el frente con un empuje militar redoblado también a finales de mayo. Además, las tropas de Putin no han podido crear una zona de amortiguación alrededor de Belgorod, un oblast objetivo clave en la estrategia de guerra del Kremlin, que está en su propio territorio y se ha convertido en la diana preferida de las tropas de Ucrania.
El fracaso de Rusia queda claro en la comparación entre dos mapas diferentes del conflicto, uno que fotografía la situación en el frente el 20 de mayo y el último del 29 de mayo, publicados por los colectivos rusos Agentstvo y Deep State.
El ejército de Moscú está aumentando el número de tropas en la zona de Strelech-Liptsy y Volchansk, pero estas fuerzas no son suficientes para una ofensiva a gran escala. Así lo confirmó también en Facebook el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Alexander Syrsky. "El enemigo continúa reforzando la agrupación de sus tropas en la dirección del ataque principal en Strelech-Liptsy y en la región de Volchansk, trasladando regimientos y brigadas adicionales. Sin embargo, estas fuerzas ahora no son suficientes para una ofensiva a gran escala y un gran avance en nuestra defensa", escribió.
Durante las dos semanas y media que duró la ofensiva sobre Volchansk y Liptsy, el ejército ruso capturó aproximadamente 174 metros cuadrados kilómetros de territorio, según datos del proyecto ucraniano Deep State. Sin embargo, en los últimos nueve días, el progreso prácticamente se ha detenido. Desde el 20 de mayo, las tropas de Moscú han perdido varios cientos de metros cuadrados en las cercanías de Volchansk.
Habiendo esencialmente detenido el avance, el ejército de Putin comenzó a informar cada vez más sobre la captura de nuevos asentamientos. Del 21 al 29 de mayo, el Ministerio de Defensa del Kremlin anunció la captura de Staritsa en el norte de la región de Jarkov, Berestovoy e Ivanovka en el este de la región, Andreevka, Arkhangelsk y Netaylovo en la región de Donetsk, así como Belogorovka cerca de Lugansk.
Sin embargo, Deep State confirmó la pérdida de un solo asentamiento: Netailovo y negó la captura de Belogorovka y Berestovoy. Andreevka también permanece bajo el control de las Fuerzas Armadas de Ucrania, como se puede ver en el mapa del proyecto. La captura completa de estos asentamientos no ha sido confirmada ni siquiera por el ISW, el Instituto para el Estudio de la Guerra norteamericano, convertido en referencia de la evolución de los combates en Ucrania.
La ampliación de la línea del frente no supuso ningún avance notable del ejército ruso en otras partes de la línea de contacto. En todas las demás direcciones, Rusia conquistó sólo 83,45 metros cuadrados. Dieciocho días antes del inicio de la ofensiva, el área de territorio conquistado por Rusia en otros frentes era aún mayor: 86,88 metros cuadrados. Los analistas de ISW llamaron al alargamiento de la línea para debilitar a las fuerzas armadas ucranianas una de las posibles razones de la apertura del frente en la región de Jarkov.
Otro posible objetivo señalado por los expertos es el intento de crear una "zona sanitaria" para proteger a Bélgorod de los bombardeos. Incluso Putin habló de ello. Además, no fue posible lograr este objetivo, señaló Mikhailov: la profundidad mínima de dicha zona de 10 kilómetros se alcanzó solo en un lugar. Esto también lo demuestran los continuos bombardeos de la región de Belgorod.
La revista The Economist, citando fuentes, escribió que el objetivo de Rusia en la región era el cerco parcial de Jarkov y el acceso a la retaguardia del Grupo Kupyansk de las Fuerzas Armadas de Ucrania. Sin embargo, este objetivo tampoco se logró, señala Mikhailov. "Es evidente que la operación rusa no se desarrolló según lo planeado, ya que el comando apenas tenía previsto, por ejemplo, llevar a cabo largas y sangrientas batallas urbanas en Volchansk", añadió el experto militar.
Las pérdidas
Desde el inicio de la ofensiva, Rusia ha perdido 307 equipos, incluidos 66 tanques, 98 vehículos de combate de infantería y 10 vehículos blindados de transporte de tropas, según datos del proyecto Oryx.
Las pérdidas de Ucrania ascendieron a 141 unidades de equipo, incluidos 29 tanques, 14 vehículos de combate de infantería y 13 vehículos blindados. Dos semanas y media antes del inicio de la ofensiva en el norte de la región de Jarkov, Rusia, según la misma fuente, perdió 297 unidades de equipo, incluidos 78 tanques, 99 vehículos de combate de infantería y nueve vehículos blindados, y Ucrania: 110 equipos incluidos 15 tanques, nueve vehículos de combate de infantería y 15 vehículos blindados.