El juez del 'caso Stormy' contra Donald Trump retrasa la sentencia hasta después de las elecciones de EEUU
La tormenta amaina, por ahora, para el candidato republicano
Una tormenta menos (por ahora) para Donald Trump. La sentencia del llamado 'caso Stormy Daniels', la primera causa judicial contra un expresidente de EEUU, no llegará hasta pasadas las elecciones de noviembre.
La decisión del juez Merchan, a la que la Fiscalía no mostró objeción amplía la tomada inicialmente, cuando optó por retrasar la sentencia hasta septiembre. Una victoria legal para el equipo de Trump, que está metido ya en la campaña como aspirante republicano a la Casa Blanca, y que gana tiempo y evita un escándalo en los meses clave de una reñida contienda contra Kamala Harris.
Hasta después de los comicios, por tanto, no se sabrá si el magistrado avala el criterio del jurado, que en mayo señaló culpable de hasta 23 cargos, en el caso del soborno a la exactriz porno Stormy Daniels para silenciar una relación extramatrimonial antes de las presidenciales de 2016.
La trama, que no entra al soborno ni a la presunta infidelidad, sino al presunto fraude fiscal en su empresa para justificar esas partidas, podría conllevar prisión para Trump. Sin embargo, los expertos prevén que la sentencia se limite a una condena mucho más leve que evite el ingreso del expresidente y aspirante a la reelección en prisión.
Sin embargo, no todo discurre como el equipo legal de Trump quisiera en torno al 'caso Stormy'. Hace días, el juez federal Alvin Hellerstein rechazó su petición para trasladar la causa a un tribunal federal, alegando que no le compete tratar las denuncias de sesgo y conflicto de intereses contra el juez Juan Merchan, que lleva el caso.
En su escrito, el magistrado Hellerstein señalaba que el dinero que Trump hizo llegar "a una actriz porno no está relacionado con los actos oficiales de un presidente" y asegura que la opinión del Supremo no cambia que esos pagos "fueron actos privados y no oficiales fuera de los límites de la autoridad ejecutiva".
Constante en su discurso victimista, Trump ha comparecido este viernes desde la torre que lleva su nombre para repetir que el sistema judicial está "amañado".
Así, ha reiterado que las muchas causas abiertas contra él están presididos por una clara "injerencia política" y que el hecho de que lo juzguen en Nueva York, una ciudad claramente "contraria a los republicanos" es un ejemplo claro de cómo la política contamina la justicia en la Gran Manzana.