El histórico Jeremy Corbyn se presentará como independiente, a la izquierda del laborismo
Fue expulsado del Partido Laborista a finales de 2020 tras la publicación de un informe independiente que denunciaba casos de antisemitismo en el seno de la formación. Ahora regresa cuando los sondeos dan la ventaja a su antiguo partido.
Jeremy Corbyn vuelve. El histórico líder británico de izquierdas y exdirigente del Partido Laborismo ha confirmado lo que ya era un secreto a voces al otro lado del Canal de La Mancha. Ante la escorada al centro de laborismo que encabeza Keir Starmer, Corbyn se presentará a las próximas elecciones del 4J como independiente.
Lo hará por su actual circunscripción, Islington North, compitiendo contra los conservadores, pero también contra su antigua formación. La misma que le expulsó a finales de 2020 tras la publicación de un informe independiente que denunciaba casos de antisemitismo en el seno de la formación.
"Demostremos que cuando nos unimos, podemos ganar", ha subrayado en un vídeo publicado en sus redes sociales, dirigiéndose ya a sus potenciales electores -los votantes de su circunscripción-.
Regresa en el mejor momento del laborismo
El esperado anuncio de Corbyn aterriza en un momento dulce para el Partido Laborista, tras años alejados del número 10 de Downing Street. Su candidato, Keir Starmer, encabeza todos los sondeos y algunas de estas encuestas incluso le dan una ventaja de 20 puntos sobre los tories del actual premier, un Rishi Sunak que ha adelantado la cita con las urnas aferrándose al buen dato económico de la bajada de la inflación y el endurecimiento de la política migratoria.
La irrupción de Corbyn como independiente puede suponer una merma de los votos de la izquierda británica, sobre todo en un momento en el que los laboristas ya acarician la victoria y han centrado su campaña en mensajes efectistas y breves como el simple 'Change' (Cambio).
El laborismo viene de arrasar en unas elecciones municipales en las que han logrado arrebatar importantes e históricas plazas a unos conservadores que, además de la división entre sus filas, acumulan distintos episodios que han acabado con Sunak al frente. Primero los escándalos del exprimer ministro Boris Johnson por el Partygate -las fiestas celebradas durante la pandemia del coronavirus y en pleno confinamiento-, pero también la breve estancia de Liz Truss, cuyo plan de rebaja fiscal supuso una dura caída de la libra esterlina y le costó la ya mítica comparación de quién duraría más, ella en el cargo o una lechuga de unos peniques. Ya saben quién fue la ganadora.