El gas ruso que puede entrar a Europa por el patio trasero
La Comisión Europea ya se ha puesto manos a la obra.
Desde que comenzase la guerra en Ucrania, las sanciones a Rusia no han hecho más que aumentar. De hecho, desde la Unión Europea se avisó al resto de países de una medida que afectaría de lleno al Kremlin: la no importación de gas ruso. Pero ahora hay dos países que están haciendo negocios a espaldas del resto.
Esas dos naciones son Turquía y Bulgaria, que han firmado un acuerdo para que el primero suministre gas al segundo. Y eso tiene a la Comisión Europea con la mosca detrás de la oreja, ya que podría ser gas ruso el que se esté importando de un país a otro.
Pero Bulgaria no tiene la culpa, ya que no tiene modo de saber de dónde procede el gas que Turquía le va a suministrar. Sin embargo, esto podría generar un conflicto político, ya que es país miembro y estaría desobedeciendo las directrices generales.
Es por este motivo por el que la Comisión Europea está revisando el documento que ambos países firmaron el pasado mes de enero para ver si se están incumpliendo las normas dictadas desde la UE. No se sancionaron las importaciones de gas ruso, pero sí se fijó como objetivo dejar de comprárselo a Rusia antes de 2027.
El poder del gas ruso
Durante los meses de invierno, eran muchos los países del norte de Europa que recurrían al gas ruso para abastecerse. De hecho, antes de que iniciase el conflicto bélico con Ucrania, el 40% de las importaciones de gas en la Unión Europea procedían de Rusia. Sin embargo, esa cifra ha ido disminuyendo hasta el 8,4% por las sanciones impuestas al país liderado por Putin.