El día y medio en que Gaza quedó absolutamente incomunicada
Desde el pasado viernes, la Franja ha sufrido todo tipo de bombardeos y cortes, tanto de suministros como de comunicaciones.
Durante día y medio los palestinos de la Franja de Gaza han estado sin conexión a internet ni de telefonía, vitales para saber dónde se producen los bombardeos de Israel, llamar a los servicios de rescate y estar en contacto con sus familiares en otras partes del enclave bajo el control del grupo islamista Hamás.
La confusión y la angustia por lo que pudiera estar pasando se expandieron desde el viernes por la noche hasta primera hora de este domingo en Gaza después de que se cortara internet y la telefonía móvil y fija, lo que ha coincidido con la ampliación de las operaciones terrestres del Ejército israelí y la intensificación de los bombardeos.
"Temíamos que iba a pasar lo peor, algo grande, horrible", dijo a EFE Amhat Abdalá, un residente de Rafah, en el sur de Gaza, con cuatro hijos, al recordar lo primero que sintieron al verse incomunicado el viernes por la noche.
Cifras aterradoras
Abdalá explicó que normalmente se entera de las noticias que ocurren en la Franja a través de su celular, y que este fin de semana se quedó sin poder hablar con sus parientes que quedan en la ciudad de Gaza debido al corte de las telecomunicaciones.
"Imaginamos que en cualquier momento vendrían aquí a matarnos", destacó este vecino de Rafah, en el sur de la Franja. Desde el pasado 7 de octubre, Israel lleva a cabo bombardeos, y desde el viernes una ampliación de las operaciones terrestres, que ha causado más de 8.000 muertos y más de 20.000 heridos en la Franja palestina, en represalia por el ataque de Hamás en suelo israelí, que dejó 1.400 muertos, más de 5.400 heridos y más de 200 secuestrados.
El temor por lo que pudiera pasar estando incomunicados ha estado seguido de alegría cuando las conexiones volvieron a restablecerse a primera hora del domingo. "Saltamos y gritamos de alegría, gritamos 'estamos conectados de nuevo', estamos muy felices", indicó Abdalá, para quien es fundamental, al igual que para el resto de gazatíes, saber lo que pasa cerca de su familia, lo que ocurre en su edificio.
"Nadie está a salvo en Gaza -reconoció-, pero estar conectados nos hace sentirnos seguros". A Mahmud, un paramédico que prefiere ocultar su nombre real por razones de seguridad, el corte de las comunicaciones le pilló a bordo de una ambulancia.
"Se cortó la conexión entre la estación principal y la recepción de las ambulancias, estábamos cerca de un grupo de viviendas", apuntó este trabajador sanitario. Es la primera vez que le pasa algo así, pero buscó con sus compañeros la forma de seguir acudiendo al rescate de heridos, guiándose por el ruido de los bombardeos.
"Cuando oíamos bombardeos en una zona conducíamos hacia allí porque sabíamos que iba a haber heridos, aunque los ataques son tan intensos que a veces no podemos pasar por la destrucción de las calles", detalló a EFE.
Recordó que esta semana el Ministerio de Sanidad gazatí anunció el colapso del sistema de salud en la Franja debido a los bombardeos y la falta de combustible.
De hecho, ante la escasez de carburante no pueden trasladarse en la ambulancia a lugares muy lejos. Por ello, "hay mucha gente que va por su cuenta a los hospitales o que les lleva la propia familia".
La puntilla a esta situación la ha dado el corte de internet y de la telefonía, ya que, según este paramédico, ha habido un gran número de víctimas que no han podido obtener atención durante este fin de semana.
Reconectarse con sus familias
Ante el temor de lo que pudiera pasar al estar incomunicados, Mohamed Abu Taha y su mujer decidieron no moverse de casa este fin de semana. "Hemos estado todo el rato juntos porque teníamos miedo -rememoró Abu Taha-, pensábamos que los israelíes vendrían a por nosotros.
En cuanto las comunicaciones han vuelto este domingo, lo primero que han hecho ha sido llamar a su familia que vive en otra ciudad. Mahmud Mohamed, un desplazado en Rafah, ha sentido la interrupción de las conexiones como si le hubieran cortado una parte de su cuerpo.
"No podíamos comunicarnos con otras familias ni otros amigos desplazados desde Beit Hanun, como nosotros, ni tampoco con el resto del mundo", lamentó Mohamed, quien apuntó que ya lo que les faltaba era comunicarse con el resto de la gente a gritos.
Pese a que estos días es fácil caer en la desesperación en Gaza, Mohamed solo quiere que la guerra acabe y volver a la vida normal. "Somos pacientes", afirmó.