Dos 'problemones' lanzan a España a por el súper caza
España, ante una gran encrucijada.
Las necesidades de las Fuerzas Armadas españolas a la hora de renovar parte de sus aeronaves puede provocar que se precipiten los acontecimientos durante los próximos meses y el Ministerio de Defensa se vea en la obligación de adquirir los ansiados cazas F-35.
El principal motivo por el que España busca lanzarse a por él, es que se trata del único caza de quinta generación -con muchas más prestaciones que los anteriores- que pueden adquirir los países occidentales, por lo que, para conseguir mantener unas fuerzas aéreas serias y a la altura del panorama geopolítico actual, es casi obligatorio hacerse con ellos.
Además de esto, España se enfrenta a dos problemas fundamentales que provocan que su incorporación sea de capital importancia.
Los dos problemas inminentes de España
Por un lado, la Armada española se enfrenta a la 'caducidad' de sus cazas actuales, los F-18, que dejarán de estar operativos a partir del año 2025 debido a que sus prestaciones quedarán ya obsoletas.
El otro hándicap, no menos importante, también tiene que ver con la inoperancia de otros de sus pilares básicos: los Harries que utiliza la armada en los portaaviones, que harán lo propio durante los próximos meses y dejarán de estar disponibles a partir de 2024 siguiendo la hoja de ruta.
Pero todo esto va acompañado también a un problema económico, y es que España deberá realizar una fuerte inversión -demasiado elevado por el momento- en renovar sus cazas para no quedarse atrás respecto al resto de países occidentales, lo que también traería consigo un fuerte desembolso en materia de formación de pilotos, creación de fuertes infraestructuras, etc.