De la mesa en Arabia a la llamada por teléfono: como el eje EEUU-Rusia ha 'dinamitado' la guerra en un mes
El acuerdo para un alto el fuego 'parcial' sellado entre Trump y Putin en su larguísima conversación telefónica marca un nuevo tiempo a la guerra en Ucrania. Todo empezó a cambiar un mes antes en Arabia Saudí. Desde entonces, un torrente de acontecimientos, casi siempre con Ucrania como actor secundario.

Un mes, y la mano infinita de Donald Trump han bastado para dinamitar las bases de una guerra enquistada a los tres años. Porque un mes es, justo, el tiempo que ha separado el histórico reencuentro diplomático entre EEUU y Rusia de la "crucial" llamada entre Donald Trump y Vladimir Putin este martes.
Porque un 18 de febrero se hacía realidad uno de los grandes temores de Volodimir Zelenski, el acercamiento entre Trump y Putin en forma de reactivación de unas relaciones bilaterales suspendidas entre Washington y Moscú desde el comienzo de la invasión. De la mesa de Arabia Saudí salieron pocas conclusiones, pero sí una inmensa, la voluntad de los dos gigantes de empezar a decidir el futuro de Ucrania... sin Ucrania.
A la tensión no ayudó, un día más tarde, las palabras de Trump a Zelenski, al que calificó de "dictador" por su negativa a presentarse a unas elecciones en plena guerra, algo que prohíbe expresamente la Constitución ucraniana. Esa palabra, "dictador" que el líder de EEUU no ha querido usar jamás contra Putin. Ante la prensa en la Casa Blanca y con Zelenski a su lado aseguró que "esa palabra" no se puede usar a la ligera y que no esperasen una crítica así para con el todopoderoso líder ruso.
Pero el insulto que sí lanzó contra el político ucraniano no era simplemente eso. Había una amenaza de fondo, si no aceptaba "rápido" una paz más o menos impuesta, su país "desaparecería". La tensión dinamitó las relaciones bilaterales entre Kiev y Washington, tras tres años de franca colaboración durante la administración Biden.
Entre titulares, salidas de tono de Trump y contención del país europeo, a Zelenski no le quedó otra que asumir uno de los mandatos del magnate. Ceder parte de los beneficios de las codiciadas tierras raras ucranianas. Una suerte de "pago" por la milmillonaria ayuda prestada por EEUU desde el comienzo de la guerra. El acuerdo se conoció el martes 25 de abril, paso previo y obligatorio para recibir a Zelenski en la Casa Blanca tres días después.
El guion estaba escrito. Recepción, comparecencia breve ante los medios y su firma, ante notario (léase Donald Trump) del citado acuerdo. Pero todo saltó por los aires con una insólita bronca a tres y delante de los ojos del mundo. En vivo y en directo, Trump y su vicepresidente, J. D. Vance, humillaron a un Volodimir Zelenski que no sabía cómo salir del trance. Entre acusaciones de "jugar con la Tercera Guerra Mundial", "no querer la paz" y una constante "ingratitud" para con EEUU, el presidente europeo sufrió una encerrona que imposibilitó no sólo sellar el acuerdo de 'tierras raras'.
La abrupta salida de Volodímir Zelenski de la Casa Blanca marcó un punto de inflexión en las relaciones entre Ucrania y Estados Unidos. La suspensión inmediata de la ayuda militar y de inteligencia por parte de Washington dejó a Kiev en una posición vulnerable. Rusia, consciente de esta debilidad, intensificó sus operaciones militares en el este de Ucrania, logrando avances significativos en regiones como Donetsk y Lugansk.
La reacción de la UE y la 'Coalición de Voluntarios'
Ante la creciente amenaza rusa y la aparente desvinculación de Estados Unidos del conflicto, la Unión Europea (UE) se vio obligada a asumir un papel más activo en la defensa de Ucrania. Francia y el Reino Unido lideraron la iniciativa de formar una 'Coalición de Voluntarios', una alianza de países dispuestos a desplegar tropas en territorio ucraniano para garantizar la seguridad y apoyar un futuro acuerdo de paz. El primer ministro británico, Keir Starmer, y el presidente francés, Emmanuel Macron, propusieron esta coalición como respuesta a la necesidad de reforzar la seguridad europea y disuadir futuras agresiones rusas.
El 15 de marzo, los jefes militares de los países interesados se reunieron en Londres para evaluar el posible despliegue de fuerzas de paz en Ucrania. Esta coalición, que inicialmente contaba con 26 países, ha ido sumando adhesiones y se espera que más de 30 naciones participen en la iniciativa. El objetivo principal es mantener la presión sobre Rusia y garantizar la implementación efectiva de cualquier acuerdo de paz que se alcance.
Paralelamente, la UE ha estado trabajando en un plan para reforzar su capacidad de defensa. Este plan, promovido por la alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Kaja Kallas, propone destinar hasta 40.000 millones de euros en ayuda militar a Ucrania en 2025, duplicando el apoyo brindado en 2024. No obstante, países como España e Italia han mostrado reservas sobre este plan, solicitando un análisis más detallado y esperando los resultados de las conversaciones entre Trump y Putin antes de comprometerse plenamente.
Regreso a Yeda
El Gobierno de EEUU anunció este martes que las negociaciones para un alto al fuego en Ucrania continuarán el domingo en la ciudad de Yeda, en Arabia Saudí, para dar continuidad al diálogo que mantuvieron este martes el presidente estadounidense, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladímir Putin.
En una entrevista con la cadena Fox News, Steve Witkoff, asesor cercano a Trump, confirmó que las conversaciones sobre un acuerdo de alto el fuego "comenzarán el domingo en Yeda". La delegación estadounidense en Arabia Saudí estará encabezada por el secretario de Estado, Marco Rubio, y el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Mike Waltz. No se ha precisado si Ucrania será invitada a la mesa de negociación.
Durante la llamada de este martes, Trump y Putin acordaron una pausa inmediata en los ataques contra infraestructuras energéticas en Ucrania, pero el líder ruso se mostró reticente a respaldar una tregua más amplia de 30 días, algo que Washington sigue promoviendo como un primer paso hacia la paz definitiva.
La Casa Blanca describió el acuerdo de hoy como el inicio de un "movimiento hacia la paz", con la esperanza de extenderlo a un alto el fuego marítimo en el mar Negro y, eventualmente, al fin definitivo de los combates. Mientras tanto, Rusia insiste en que cualquier tregua real solo podrá llegar si cesa la asistencia militar y de inteligencia occidental a Ucrania, una condición que sigue sin ser aceptada por la Administración Trump.