De Kennedy a Trump: la violencia política en Estados Unidos suma un nuevo capítulo dramático
El ataque contra el expresidente norteamericano de este sábado es el primero que se produce desde el que sufrió Ronald Reagan en 1981.
El intento de asesinato que el expresidente de EEUU, Donald Trump, ha sufrido este sábado en un mitin en Pensilvania ha vuelto a fijar un nuevo capítulo en la historia de la violencia política en el país norteamericano.
Rápidamente, el Servicio Secreto pudo abatir al atacante, un joven de 20 años. Y se llevó del escenario al exmandatario, tras ser herido levemente en su oreja derecha. Unos hechos que han sido condenados por todo el mundo, incluido su rival en las elecciones de noviembre, Joe Biden.
En sus primeras palabras tras el ataque, Trump ha querido tranquilizar a sus seguidores. "Es increíble que un acto así pueda ocurrir en nuestro país", ha expuesto en la red social Truth.
"Me dispararon con una bala que atravesó la parte superior de mi oreja derecha. Supe de inmediato que algo andaba mal porque escuché un zumbido, disparos e inmediatamente sentí la bala atravesando la piel. Sangré mucho, entonces me di cuenta de lo que estaba pasando. ¡DIOS BENDIGA A EE UU!", ha asegurado.
Primer ataque desde 1981
El expresidente Donald Trump no es el primer presidente o expresidente estadounidense en sufrir un intento de asesinato, siendo abundantes los atentados contra los mandatarios a lo largo de la historia del país, pero desde 1981 no se registraba un suceso de esta gravedad.
En 1981, el entonces presidente Ronald Reagan llevaba apenas unos meses en el cargo cuando fue disparado al salir de un hotel Hilton en Washington. Su agresor, un perturbado admirador de la actriz Jodie Foster, le disparó una bala que entró por la axila y se alojó en el pulmón, sin tocar el corazón ni poner en peligro su vida. En menos de un mes, Reagan retornó a la Casa Blanca.
El atentado más impactante de la era contemporánea tuvo lugar dos décadas más atrás, un 22 de noviembre de 1963, en este caso en Dallas, cuando el presidente John Fitzerald Kennedy iba en una limusina descapotable saludando al público y fue disparado mortalmente desde un apartamento cercano por Lee Harvey Oswald. El asesino fue disparado mortalmente dos días después y nunca pudo esclarecerse la trama que llevó a la muerte de Kennedy.
En 1912, cuando Roosevelt ya había abandonado la presidencia pero era todavía un hombre enormemente popular, fue emboscado delante del Gilpatrick Hotel en Milwakee por un hombre llamado John Schrank, propietario de una taberna y presuntamente desequilibrado. La bala se quedó en el pecho de Roosevelt sin llegar al corazón. De hecho, 'Teddy' vivió siete años más.
En 1901 el presidente McKinley asistía a un concierto en la ciudad de Buffalo (estado de Nueva York) cuando fue disparado dos veces en el abdomen por un anarquista llamado Leon Czolgosz, quien más tarde escribió que había matado a McKinley por ser "un enemigo del buen pueblo trabajador".
En 1865, el presidente Lincoln había acudido al Teatro Ford de Washington cuando fue disparado por detrás en la cabeza por un simpatizante confederado llamado John Wilkes Booth. El asesinato de Lincoln no impidió que los federales ganaran la guerra un mes más tarde.