Corea del Norte se mete en zona peligrosa de EEUU
El país dirigido por Kim Jong-un lo ha logrado a través del teletrabajo.
Corea del Norte se ha infiltrado en empresas estadounidenses pertenecientes al sector de tecnologías de la información. Así lo han anunciado de manera conjunta el Departamento de Justicia de Estados Unidos y el FBI.
Tal y como recoge Associated Press, todo se ha basado en un complejo plan desarrollado durante años por el país dirigido por Kim Jong-un. El objetivo era doble: conseguir fondos estadounidenses para financiar el programa de misiles balísticos norcoreano y hacerse con información confidencial.
La clave para lograr que ciudadanos norcoreanos lograran formar parte de las empresas tecnológicas estadounidenses ha sido el teletrabajo. Los funcionarios estadounidenses que han investigado la infiltración han explicado que los trabajadores norcoreanos recurrieron a identidades falsas para poder conseguir esos puestos de trabajo.
Una vez que ya estaban dentro, los empleados donaron parte de su salario a Corea del Norte para que el país pudiera llevar a cabo sus ambiciosos planes militares. Además, el FBI ha destacado que tiene la certeza de que algunos de esos trabajadores, más allá de proporcionar una importante cantidad de ingresos al país norcoreano, también accedieron a las redes informáticas y robaron información confidencial que guardaban las compañías norteamericanas.
Asimismo, el FBI ha precisado que esos trabajadores norcoreanos infiltrados también se hicieron con elementos para construir esquemas de extorsión con los que, en el futuro, pudieran lograr otra clase de beneficios. Rebbeca Wu, portavoz del FBI, ha resaltado que “podemos decir que hay miles de trabajadores de IT de Corea del Norte que son parte de esto”.
Falso lugar de trabajo
Más allá de todo lo citado, las empresas también eran engañadas respecto al lugar desde el que los trabajadores desempeñaban su labor. Aunque los empleados aseguraban teletrabajar desde Estados Unidos, la realidad no era esa.
Según los documentos publicados por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, los norcoreanos realmente trabajaban desde China y Rusia. Hasta el momento, en la operación se han incautado 1,5 millones de dólares y se espera que próximamente la cifra pueda aumentar considerablemente.