Colombia requisa los teléfonos móviles a sus soldados
Todo tras la polémica suscitada contra unos civiles en una zona rural de Tierralta, Córdoba.
El Ejército colombiano difundió el pasado 17 de septiembre una carta entre sus filas en la que informa de la prohibición del uso de teléfonos móviles a sus efectivos durante operaciones de combate para evitar casos como el de Tierralta, donde se registró una incursión en la que los militares acosaron y amenazaron a la población empleando uniformes de la guerrilla.
"Prohíbo estrictamente el uso de dispositivos móviles personales para registrar operaciones de combate. En caso de necesitar registros, deben utilizar cámaras corporales GoPro o similares. De esta forma, podemos mantener un control seguro y efectivo de la información, no más soldados grabando los combates con sus celulares, se interesan más por posar que por maniobrar", explica la carta, que firmó el comandante general de las Fuerzas Militares colombianas, el general Helder Giraldo, según recogió la emisora colombiana W Radio.
"No podemos permitir más escándalos mediáticos que afecten a nuestra institución", añadió Giraldo, que también ordenó a todos los comandantes realizar "revisiones exhaustivas de sus respectivas unidades" para garantizar el cumplimiento de la normativa.
Afecta a la "imagen y credibilidad" de la institución
Giraldo admitió que el caso afecta directamente a la "imagen y credibilidad" de la institución. "Ningún soldado, suboficial u oficial puede actuar fuera de las normas que orientan el correcto desarrollo de nuestra institución", argumentó.
Igualmente no se debe permitir el uso de prendas o equipo que no se ajusten al uniforme reglamentario. "Nuestras reglamentaciones permiten el uso de uniformes alternativos exclusivamente para las unidades especiales, siempre y cuando se cumplan criterios doctrinales y jurídicos estrictos", subrayó.
Amenazas con fusiles a los civiles
La Fiscalía General de la Nación colombiana investiga ya los hechos después de trascender que 30 militares de la Décima Primera Brigada de la Séptima División del Ejército se disfrazaron con uniformes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y amenazaron con fusiles e intimidaron durante horas a los civiles de una zona rural de Tierralta, Córdoba.
En los hechos participaron un teniente, dos oficiales más y varios soldados. Varios militares han sido apartados provisionalmente de sus funciones y se ha confirmado que esta unidad había sido reentrenada recientemente en Derechos Humanos.
El grupo "fue reentrenado hace 48 días en temas de derechos humanos, protección de niños, niñas y adolescentes, uso legal y debido de la fuerza, derecho operacional terrestre, entre otros. Por otra parte en los programas operacionales se recalcan las normas del derecho operacional, la protección de los derechos humanos, la misión constitucional, las facultades disciplinarias y los lineamientos", explicaba el pasado jueves el general Luis Ospina, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas colombianas.