La coalición de Gobierno israelí pacta suavizar su polémica reforma judicial... pero no cuela
"Es un marco para una toma política hostil del sistema judicial”, sostiene la oposición ante el anuncio, que busca tener una tregua por el parón de la Pascua.
Los líderes de la coalición de Gobierno de Israel, liderada por Benjamín Netanyahu, anunciaron hoy que han acordado suavizar los aspectos más polémicos de su plan de reforma judicial, después de más de dos meses de protestas ciudadanas en contra de esa legislación que busca mermar la independencia de la Justicia.
Además, ante la controversia suscitada por esa reforma, criticada por amplios sectores de la sociedad, el Gobierno ha decidido retrasar su tramitación parlamentaria para después de receso en la Knéset (Parlamento israelí) de casi un mes por la Pascua judía, excepto la ley sobre el nombramiento de jueces, informó la coalición en un comunicado.
Inicialmente, la coalición pretendía aprobar toda la legislación básica de la reforma para antes del 2 de abril -cuando inicia la pausa parlamentaria hasta el día 30 de ese mes- algo que lograría sin problemas al gozar de una amplia mayoría de 64 diputados, a pesar del amplio rechazo social.
Sin embargo, la coalición sí se ha propuesto dar luz verde definitiva en las próximas dos semanas, antes del fin de la actual sesión parlamentaria, a la ley que modifica el sistema de elección y nombramiento de jueces, uno de los temas centrales de la polémica reforma y en el que el gobierno no parece dispuesto a ceder pese a la presión ciudadana.
"La propuesta supone la corrección de una injusticia histórica: por primera vez, se cancelará el veto automático de los jueces en el comité de selección de jueces para que sea posible el equilibrio y la diversidad en la composición de la Corte Suprema, eliminando a los representantes del Colegio de Abogados", informó el comunicado de la coalición.
Se mantiene que el comité de selección pase de 9 a 11 miembros, como se había planeado inicialmente, pero se rebaja la influencia del gobierno entre los mismos: en el proyecto de ley inicial ese panel incluiría a tres ministros, dos legisladores de la coalición y dos figuras públicas elegidas por el gobierno; con una mayoría de 7 votos frente a 4.
Con el cambio introducido ayer, el comité pasaría a estar conformado por tres ministros y tres legisladores de la coalición, además de tres jueces independientes y dos legisladores de la oposición; lo que otorgaría al gobierno una mayoría más ajustada y daría más margen para el acuerdo negociado de los candidatos a juez del Supremo.
"Los jefes de los partidos de la coalición llaman a la oposición a aprovechar el receso de un mes, sin procedimientos legislativos en la Knéset, para realizar negociaciones reales a fin de llegar a un entendimiento sobre los artículos de legislación que se someterá a aprobación después del receso", instó el Gobierno a la oposición.
Entre los proyectos legislativos de la reforma pendientes figura la ley sobre la "cláusula de anulación", que permite blindar leyes para que no sean sometidas a la revisión de Supremo en caso de que incluyan aspectos que violen la Ley Básica de Israel, con rango constitucional; o la ley que permite que los cargos de asesores legales de los ministerios sean ocupados por políticos.
"Le estamos extendiendo una mano a cualquiera que se preocupe genuinamente por la unidad nacional y el deseo de llegar a un acuerdo acordado", señaló la coalición, que la semana pasada rechazó vehementemente una propuesta alternativa de reforma judicial ideada por el presidente israelí, Isaac Herzog, que buscaba reconciliar el país, sumido en una fractura social sin precedentes y al borde de una crisis constitucional.
La oposición la rechaza
La oposición israelí, sin embargo, ha rechazado esa la versión ligeramente suavizada. "Es un marco para una toma política hostil del sistema judicial”, indicó el líder de la oposición, el centrista Yair Lapid, sobre las leves modificaciones en la ley de nombramiento de los jueces, con una nueva propuesta del Gobierno para escoger a los miembros del comité de selección, que se mantiene en 11 miembros.
En la reforma original, el Gobierno planteó una composición de tres ministros, dos legisladores de la coalición y dos figuras públicas elegidas por él, con una mayoría gubernamental de 7 votos frente a 4; mientras que ahora lo rebajan a tres ministros y tres legisladores de la coalición, además de tres jueces y dos legisladores de la oposición; lo que otorgaría al Ejecutivo una mayoría más ajustada.
"El cambio sigue permitiendo al Gobierno nombrar a socios políticos para elegir el tribunal, que es exactamente lo que han planteado desde el primer día", criticó Lapid, líder del Yesh Atid.
Esta es la única ley de la reforma que el Gobierno pretende aprobar antes del receso parlamentario por la Pascua judía, entre el 2 y el 30 de abril, mientras que la tramitación del resto de leyes que conforman la misma la posponen para después de las vacaciones.
Inicialmente el Gobierno aspiraba a pasar de forma definitiva toda la reforma antes de la pausa, pero han decidido ralentizar el procedimiento con el objetivo de lograr más consenso ante la fuerte contestación social que ha suscitado su plan, visto por amplios sectores de la sociedad como una amenaza a la democracia porque socava la independencia y politiza la Justicia, además de mermar la capacidad fiscalizadora del Supremo.
"El control gubernamental del Comité de Selección de Jueces va a destruir la democracia, no podemos comprar el giro del Likud (partido principal de la coalición delGobierno, liderado por el primer ministro Benjamín Netanyahu)", afirmó la líder del partido Laborista, Merav Michaeli.
"No hay compromiso suavizado. Este fue su objetivo desde el principio: derribar los cimientos de la democracia", agregó Michaeli, quien animó a no parar las protestas, que este sábado volvieron a congregar a alrededor de medio millón de personas en todo el país.
El Instituto para la Democracia Israelí (IDI), una organización no partidista y muy respetada, también rechazó la versión "matizada" de la reforma judicial propuesta hoy por el Gobierno, al calificarla como “un intento flagrante de Netanyahu de controlar el Comité de Selección Judicial y convertir a la Corte Suprema en otra rama política del gobierno, exactamente lo contrario del principio de separación de poderes".
"Este nuevo esquema solo prueba que Netanyahu se preocupa solo por sus intereses personales. Está dispuesto a renunciar a la ideología para poder nombrar un presidente del Supremo que le guste", afirmó el diputado del partido de centro-derecha, también de la oposición, Unión Nacional, Zeev Elkin, exmiembro del Likud.
Ante la fractura social provocada por la reforma, el presidente Isaac Herzog propuso la semana pasada un compromiso alternativo con la esperanza de reconciliar el país y terminar con lo que consideró "peligro de guerra civil", que fue bien acogida por la oposición pero rechazada con vehemencia por el Gobierno de Netanyahu.