Chile volverá a votar la reforma de su Constitución: claves del texto que sustituirá la de Pinochet
Según todas las encuestas, la nueva Carta Magna tiene altas probabilidades de que las urnas vuelvan a rechazarla en el referéndum que se celebrará el 17 de diciembre.
El Consejo Constitucional de Chile, un órgano dominado por la ultraderecha y la derecha tradicional que genera crispación entre la clase política y apatía entre la población, ha aprobado este lunes el texto final del proyecto de Constitución, que sustituirá a la actualmente vigente, aprobada en 1980 al amparo del dictador Augusto Pinochet.
Por 33 votos a favor y 17 en contra, el Consejo Constitucional dio luz verde a un documento de 17 capítulos y 216 artículos que, según todas las encuestas, tiene altas probabilidades de que las urnas vuelvan a rechazarlo en el referéndum que se celebrará el 17 de diciembre.
El pleno ha aprobado la propuesta con 33 votos a favor del bloque opositor (compuesto por el ultraderechista Partido Republicano y Chile Vamos), lográndose así los 3/5 requeridos. El bloque oficialista se ha posicionado por completo en contra de la nueva redacción, con 17 votos en contra.
Los conservadores han destacado que el texto pone énfasis en la "libertad de elegir" en temas de pensiones, salud y educación, así como en la migración irregular, la seguridad y el terrorismo. Por su parte, los progresistas han criticado que la propuesta "va en contra de los derechos de las mujeres" y "presenta graves problemas técnicos, que solo se traducirán en judicialización".
El único representante indígena, Alihuen Antileo, consejero independiente, se ha manifestado en contra, calificando la propuesta de "excluyente" y afirmando que "tiene un sesgo revanchista, hasta con un sesgo racista".
Las claves de la nueva Constitución de Chile
A continuación, las claves de la propuesta que el Consejo entregará oficialmente el 7 de noviembre al presidente chileno, Gabriel Boric, para que convoque el referéndum: La consagración del Estado social El Estado social y democrático de derecho es la gran novedad con respecto a la Constitución legada de la dictadura (1973-1990), que estableció un Estado subsidiario y fomentó la privatización de servicios básicos, como la educación, la salud o las pensiones.
El nuevo texto consagra el concepto en el artículo 1: "El Estado de Chile es social y democrático de derecho, que reconoce derechos y libertades fundamentales, deberes constitucionales, y promueve el desarrollo progresivo de los derechos sociales (...) a través de instituciones estatales y privadas".
Se trata de una aspiración histórica de la izquierda chilena, pero el sector no ha quedado conforme y asegura que hay artículos que "vacían" el concepto, como los que establecen que cada persona tiene derecho a elegir instituciones "estatales o privadas" para sus fondos de pensiones o sus cotizaciones de salud.
"El texto está lleno de normas que desconfiguran el Estado social. Un ejemplo es la norma que establece el derecho de propiedad sobre los fondos previsionales, algo que no existe ninguna otra Constitución del mundo, explicó a EFE Javier Couso, de la Universidad Diego Portales.
Rodrigo de Arce, del Instituto de Estudios Sociales, sí cree que "el Estado social y de derecho queda razonablemente recogido" gracias también al artículo 24 "que impone al Estado deberes intensos para remover obstáculos y promover los derechos sociales".
Los artículos más polémicos Uno de los artículos que genera más controversia es el "el derecho a la vida de quien está por nacer", una norma que para muchos podría afectar a la ley que permite el aborto en las tres causales.
"Se ha buscado fragilizar la despenalización del aborto, pero sobre todo evitar que a futuro se pudiera ampliar las causales", apuntó Couso.
También son muy polémicos los artículos que establecen la expulsión inmediata de los migrantes que ingresen por pasos no habilitados; la "reclusión domiciliaria" para los presos con enfermedades terminales, lo que podría favorecer a los condenados por violaciones a los derechos humanos durante el régimen; o la exención tributaria de la primera vivienda, que beneficia a las personas de mayores ingresos.
"La derecha busca constitucionalizar su moral y esto no es algo que esté en tela de juicio, lo ha reconocido el consejero Luis Silva, quien dijo que la propuesta 'acomoda más' al espectro que va desde la centroderecha hacia la derecha", recordó a EFE Julieta Suárez-Cao, de la Universidad Católica.
¿Y si se rechaza? Las encuestas llevan meses alertando de que el texto no cuenta con el respaldo ciudadano para ser aprobado en diciembre, tal y como ocurrió con la primera propuesta elaborada por un órgano de izquierda y rechazada masivamente en las urnas en septiembre de 2022.
El último sondeo Pulso Ciudadano reveló este domingo que el 69,7 % de los chilenos se inclinaría por votar en contra y que solo el 30,3 % optaría por aprobarlo.
La oposición anticipó que votará a favor mientras el oficialismo espera tomar una decisión conjunta luego del 7 de noviembre, aunque varios de sus dirigentes han expresado críticas al proyecto.
"A Chile le está gustando mucho llegar a consensos constitucionales porque hay una resistencia enorme al cambio en los actores más poderosos, que solo apoyan cambios a su favor y que no tienden a responder las demandas que tuvo la ciudadanía en el estallido social de 2019", aseguró Suárez-Cao.
Si la propuesta finalmente se rechaza en diciembre, seguirá vigente la actual Constitución, que ha sido reformada decenas de veces en democracia pero es cuestionada por su origen dictatorial. El Gobierno del presidente Gabriel Boric ya ha adelantado que no impulsará un tercer proceso.
Couso cree que, si gana el rechazo en el referéndum, el debate constitucional "se pausará durante 5 ó 10 años" porque "hay mucho cansancio ciudadano". Si por el contrario se aprueba, el experto vaticina "una gran judicialización debido a las numerosas contradicciones que contiene el texto".