Bruselas tiene la (pen)última palabra sobre el campo: las claves de un Consejo de Agricultura crucial
El campo español, en pie de guerra y a la espera de lo que salga de la reunión en la UE. La flexibilización de la PAC, las exigencias legales y especialmente las cláusulas espejo, los temas espinosos sobre los que el Gobierno promete 'dar la batalla'.
La cita es este lunes, a las 10:00 en Bruselas. Allí se juega buena parte del futuro inmediato del campo europeo y español. Será sobre una mesa, "donde se deciden las cosas", como apuntan fuentes de UPA a El HuffPost; la del Consejo de Agricultura y Pesca. Y sobre dicha mesa comunitaria, un rosario de cuestiones espinosas en las que España tendrá mucho que decir.
La cita llega con los ánimos encendidos, como lo están los motores de miles y miles de tractores haciéndose sentir en el centro de las grandes ciudades. Ocurrió este miércoles en Madrid, donde miles de trabajadores y centenares de vehículos agrícolas 'tomaron' la capital hasta plantarse frente al Ministerio de Agricultura, en una jornada tensa en la que llegó a haber hasta enfrentamientos con la Policía.
Pese a lo llamativa que resultó, aquella demostración de músculo del campo no era nueva. El sector lleva tres semanas recorriendo España entre protestas a dos velocidades; por un lado bajo el llamamiento de la Unión de Uniones y con movilizaciones individuales; por otro, al abrigo de las tres grandes organizaciones —ASAJA, UPA y COAG—, que volverán a Madrid este lunes.
Coincidiendo con el Consejo en la UE, del que "esperamos resultados y pronto", cuentan desde UPA. De momento hay esperanzas, añaden otras fuentes de COAG también a este medio. Ambos admiten pensar "que Planas defenderá nuestra voz, veremos si la UE está a la altura".
Lo que se decida (o no se decida) en Bruselas va a condicionar el futuro del campo de toda la UE, pero también el presente, empezando con una ola de protestas que podrían ir a más, como ya lo han hecho en Francia, Alemania o Bélgica.
Cómo están las posturas en materia agrícola
De momento, ha sido la propia Comisión la que ha liderado un frente para responder al campo. Si hace semanas aceptó retirar su plan para reducir un 50% los pesticidas dado el escándalo de las manifestaciones, que habían llegado hasta el corazón mismo de la UE, ahora Von der Leyen ha dado otro paso. A nadie escapa que vienen comicios comunitarios y la política alemana ya ha adelantado su intención de presentarse a la reeleección.
En un documento remitido a la Presidencia de turno —Bélgica— y que servirá de borrador para el debate del lunes, Bruselas se abre a una cierta modificación de la PAC, así como a simplificar algunos de los requisitos legalistas, a fin de "reducir la carga administrativa". Palabras en la línea de lo reclamado por el sector primario pero que tendrán que definirse y concretarse en presencia de los Veintisiete.
Ni palabra, en cambio, de la que se antoja como cuestión central del 26-F. La importación de bienes de países terceros, actualmente sin los requisitos exigidos dentro de la UE, y la posibilidad de instaurar verdaderas 'cláusulas espejo' para hacerlo en idénticas condiciones al comercio interior.
Asunto espinoso para países que no son grandes productores, por ejemplo Alemania y el bloque de Europa central, que chocan con la autodefensa planteada por estados de alto componente agrícola como España y Francia, principalmente, pero también Italia o Portugal.
Hasta el momento, los grandes defensores de este endurecimiento son precisamente España y Francia, donde antes de que 'estallara' la cuestión al sur de los Pirineos ya llevaban semanas de revueltas, más violentas, incluso contra transportistas españoles. Pero para otros países el temor es que endurecer el mercado con regiones como Sudamérica o con países importantes en el comercio de la UE como Marruecos encarecería los precios tanto en origen como a nivel del consumidor.
Qué busca España en Bruselas
El ministro ya prometía "dar la batalla" en un terreno que conoce bien por su trayectoria profesional, el de la UE. Con esa promesa se saldó la primera reunión entre su departamento y las tres grandes organizaciones, que celebraron una nueva dos semanas después. De ella ya salieron algunas promesas más redactadas.
Aún con los ecos de la multitudinaria manifestación agraria en Madrid, Planas insiste en que "como ministro de Agricultura de España, tenemos que defender a nuestros agricultores y ganaderos" ante Bruselas, concretada en plantear una simplificación de la PAC "dentro de los márgenes posibles", la necesidad de imponer cláusulas espejo o la conveniencia de legislar de la mano de agricultores y ganaderos.
Tanto él como el propio Pedro Sánchez desde el Congreso han venido anunciado la intención de endurecer la postura española, especialmente en la cuestión de las cláusulas espejo, ante la negociación con los Veintisiete. "Pasos adelante" que el campo celebró en ese mismo momento, matizando que los considera insuficientes para frenar sus llamamientos.
Esa flexibilización de medidas está detrás de su anuncio de hacer voluntario el uso del cuaderno digital, una herramienta que califica como "imprescindible" y cuyo uso ha optado por incentivar para intentar atraer a más productores. En esa batería con hasta 18 ideas, Planas también adelantó la creación de una agencia para reforzar el control de la cadena alimentaria y evitar la venta a pérdidas.
Qué dice el campo español
"Esperamos resultados y tienen que ser rápidos, porque la campaña de la PAC ya ha empezado", explica a El HuffPost Diego Juste, portavoz de UPA. Asegura que "hoy por hoy" confían en Luis Planas.
"Le pedimos que despliegue toda su experiencia en Europa, que es mucha y por lo que fue nombrado ministro; su momento es ahora y por eso tiene que presionar en Europa para liderar la postura de flexibilizar las exigencias que limitan la actividad agraria en España", prosigue.
El tono es similar cuando habla Andoni García, responsable de Organización de COAG. Desde su entidad aseguran que "tenemos claro que el ministro sí va a llevar nuestra voz". Otra cosa, matiza, es lo que respondan los organismos de Bruselas, porque "hasta ahora Comisión y Consejo nos han ido demostrando que está muy lejos de los agricultores y los ciudadanos".
Diego y Andoni son la voz de las grandes organizaciones agropecuarias. Pero desde el pasado 6 de febrero, el mapa español se ha llenado de convocatorias de protesta en dos dimensiones casi enfrentadas. Una mayoría manifestándose de forma individual y bajo el único paraguas de la Unión de Uniones y otro bloque en convocatoria conjunta de ASAJA, UPA y COAG
Pese a que les unen reclamaciones como la flexibilización de requisitos legales y burocráticos, la "asfixiante" legislación en materia ambiental o la desprotección frente a la importación de países terceros sin tantas exigencias, las movilizaciones van cruzadas.
Si desde UPA y COAG admitían a este medio la necesidad de "unificar las protestas", porque las "manifestaciones de desahogo no sirven salvo para ganar eco en redes", la otra parte evidencia su rechazo. "Si preguntas aquí a cualquiera qué opinan de los sindicatos agrarios te dirán que nadie cree en ellos, por eso nos manifestamos independientemente", respondía a El HuffPost María, una ganadera y cerealista de Albacete en plena manifestación por Madrid. Allí, gritaban los organizadores, "estamos los agricultores de verdad, no los que están a sueldo".
De momento, Bruselas tampoco parece que les pueda unir. El 26-F es el turno de ASAJA, UPA y COAG.