50 años después: EEUU pide reflexionar sobre "el sufrimiento" causado por el golpe de Estado chileno
La ayuda de Washington fue clave para ahondar en la crisis económica del país y sustentar el poder militar posterior, bien visto para frenar al marxista Allende.
El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, ha pedido este lunes reflexionar sobre "el sufrimiento" causado por la "ruptura del orden democrático" tras el golpe de Estado en Chile contra el entonces presidente del país, Salvador Allende.
"El 50 aniversario del golpe militar que derrocó al Gobierno democráticamente elegido del presidente Salvador Allende es una oportunidad para reflexionar sobre esta ruptura del orden democrático de Chile y el sufrimiento que causó", ha declarado Miller en un comunicado.
"Presentamos nuestros más profundos respetos a las víctimas de la represión que siguió y honramos la extraordinaria valentía y los sacrificios de innumerables chilenos que defendieron los Derechos Humanos y lucharon por el fin de la dictadura y el retorno pacífico a la democracia", ha añadido el portavoz.
Además, ha asegurado que el compromiso del país en esta cuestión está demostrada por los recientes documentos desclasificados a petición del Gobierno chileno y en los que se mencionada que, en los días previos a la asonada, los servicios de inteligencia tenían constancia sobre la preparación del mismo.
"Esta conmemoración es también una oportunidad para que reflexionemos sobre el valiente retorno de Chile a la democracia y al liderazgo internacional. En la actualidad, Chile es un modelo mundial de democracia fuerte en acción y un firme defensor de la democracia y los Derechos Humanos en la escena internacional", ha manifestado Miller.
El 11 de septiembre de 1973, Chile vio cómo caía derrocado el Gobierno de Salvador Allende de la mano de un general, Augusto Pinochet, que a la postre terminaría instaurando una dictadura de la que el país sudamericano no pudo librarse hasta 1990.
Según documentos oficiales de EEUU, hubo una persistente intervención de la Administración Nixon y, en concreto de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para hacer fracasar la legislatura y, a la postre, propiciar la victoria de un golpe de Estado. "No permitiremos que Chile se vaya por el desagüe", dijo Henry Kissinger, secretario de Estado, en una de llamada al director de la CIA, Richard Helms, tras la victoria de Allende. Helms le respondió: "Estoy contigo".
Según sondeos realizados por Pulso Ciudadano, dos de cada tres chilenos siguen respaldando a día de hoy el golpe y un 40% sitúa a Allende como principal responsable de la asonada, mientras que menos del 31% apuntan a la cúpula militar, una proporción similar de quienes señalan a Estados Unidos y, en particular, a la CIA.