Los 3 países que nadie se atrevería a invadir
De uno de ellos ya salieron derrotados Estados Unidos, la Unión Soviética y el Imperio británico.
La guerra, tristemente, es un tema que está a la orden del día después de que el 24 de febrero de 2022 Rusia decidiera invadir militarmente Ucrania. Cuando un país decide iniciar un conflicto armado frente a otro es porque, en la mayoría de ocasiones, el territorio que ataca se siente superior militarmente al estado al que agrede.
Sin embargo, hay tres países que, tal y como recoge un vídeo de la cuenta de TikTok upso.saber, nadie se atrevería a invadir, ni siquiera potencias militares como Estados Unidos.
Uno de ellos es China. La principal razón es su población, que ya supera los 1.400 millones de personas. Ello significa que si el Estado decidiera armarlas, el gigante asiático contaría con el ejército más grande del planeta.
Además, por si su gigantesco número de habitantes fuera poco, China también cuenta con “350 armas nucleares apiladas a lo largo de sus fronteras”, precisa el vídeo.
Otra nación imposible de invadir es, curiosamente, vecina de China. Se trata de India, cuya orografía convierte al país en un lugar inexpugnable. En concreto, el territorio “se compone del Himalaya en el norte, de desiertos en el oeste, selvas tropicales en el este y océanos en el sur”.
Por lo tanto, una potencial invasión debería llegar desde el mar. Pero India lo sabe, por ello posee en sus aguas “submarinos convencionales y nucleares, 150 buques y 300 aeronaves”. Semejante armamento permite al país poder combatir incluso dos fuerzas invasoras de forma simultánea.
Afganistán, el ‘cementerio de los imperios’
El tercer país imposible de invadir es Afganistán. Y está comprobado. A este país se le conoce con el sobrenombre del ‘cementerio de los imperios’ por haber resistido a los ataques de Estados Unidos, la Unión Soviética y el Imperio británico.
Su fortaleza reside en sus “desiertos inhóspitos con montañas difíciles de penetrar”. De esta forma, la única manera de atacar el país es a pie. Y, obviamente, nadie conoce mejor que los propios afganos cómo sacarle provecho a su complicado territorio.