Del bluff de López al pase en negro de Díaz
Si lo que vive el PSOE no fuera una de las peores crisis políticas y orgánicas de cuantas ha padecido en democracia, uno diría que sus dirigentes andan más entretenidos en una partida de póker que en buscar soluciones a los problemas de la desnortada socialdemocracia española. La timba hace tiempo que ha empezado y todos juegan sus cartas aunque unos son más de bluff y otros, de pases en negro.
Si lo que vive el PSOE no fuera una de las peores crisis políticas y orgánicas de cuantas ha padecido en democracia, uno diría que sus dirigentes andan más entretenidos en una partida de póker que en buscar soluciones a los problemas de la desnortada socialdemocracia española. La timba hace tiempo que ha empezado y todos juegan sus cartas aunque unos son más de bluff y otros, de pases en negro.
Atentos a la última secuencia: una tribuna de opinión ("Nuevo proyecto para un nuevo siglo") con una llamada en portada ("Patxi López presenta su plan para reconstruir el PSOE") y una información que apuntala al vasco como aspirante a renovar el liderazgo... Se armó de nuevo el lío. Y no precisamente por el contenido de lo escrito por el diputado vasco ni porque su reflexión abriera un debate ideológico de alcance, sino porque su mera presencia en las páginas del diario "El País" con semejante alarde tipográfico, reabría el debate por el liderazgo justo en un momento en el que la gestora y los barones de mayor peso orgánico se habían conjurado para anteponer el debate de ideas al de los nombres.
El artículo de marras dio para todo tipo de interpretaciones: que si el ex lehendakari removía las turbulentas aguas del socialismo; que si pedía paso; que si su intención era reivindicarse de cara al próximo congreso federal; que si poco ha tardado en desmarcarse del "sanchismo"; que si hacía lo correcto teniendo en cuenta el calculado silencio de Susana Díaz y que el ex secretario general anda bajo mínimos después de su "suicidio" ante las cámaras de LaSexta.
El firmante no daba crédito: "Simplemente es una reflexión personal de por dónde creo que tenemos que orientar el nuevo proyecto. Aunque no lo crean, no hay nada más detrás [del artículo]". Lo cierto es que López, eterno aspirante a la secretaría general, se ha descartado en varias ocasiones para la carrera de la sucesión. Lo hizo también en una reciente entrevista con El Huffington Post ("Uno ya tiene que pensar que igual es tiempo para otra gente y que si quieren que les ayude, siempre estoy dispuesto a ayudar y colaborar").
Aún así algunos han visto en un simple artículo de opinión un intento descarado por capitalizar en beneficio propio los rescoldos del "no es no" que Sánchez abanderó frente a Rajoy con el propósito de encabezar una tercera vía entre el ex secretario general y Susana Díaz que entierre la división provocada en la militancia y en los cuadros del partido. No en vano, la tribuna se publicó pocos días después de que el secretario general del PSE en Vizcaya, Mikel Torres, lanzara el nombre del ex lehendkari como la mejor opción para liderar el PSOE.
Pero no hay nada de eso. López tiene sobrada experiencia política como para saber que en el PSOE los que se disparan en la primera parte de la carrera no suelen llegar a la meta, y que la mejor forma de quemar un candidato es que su nombre asome antes de tiempo para que le arrolle el pelotón.
Lo que algunos han visto, por tanto, como un bluff, farol o apuesta a futuro sin posibilidades de ganar la mano a otro jugador, no fue más que el desmarque del "pedrismo" de un socialista con cultura de partido que por lealtad al ex secretario general permaneció a su lado hasta los últimos días de su mandato, a pesar de no compartir muchas de sus decisiones políticas y orgánicas. Esto además de buscar subir su cotización para estar en una posición de fuerza para cuando llegue el congreso federal.
La irrupción de López en el debate público debilita, en todo caso, el apoyo orgánico al "sanchismo" que, tras la finta también de Miquel Iceta este fin de semana, queda reducido a los secretarios generales de Castilla y León y Madrid, Luis Tudanca y Sara Herández, respectivamente. Ni el uno ni la otra controlan la mayoría de sus federaciones y prueba de ello es que la secretaria general del PSM pretendió el sábado sin éxito que se votara una resolución política en su Comité Regional que diera aliento a Pedro Sánchez. Con López fuera de la casilla del "pedrismo", nadie duda de que la número uno del PSE, Idoia Mendía, saldrá también del sector alineado con el ex secretario general.
Para cuando la gestora convoque el congreso federal -no antes de mayo o junio-, el recuerdo de Sánchez se habrá diluido entre los cuadros y también entre una militancia decidida a pasar cuanto antes la página de seis derrotas electorales, una fractura interna sin precedentes y un socialista para el que, según declaró antes tres millones de espectadores, Podemos no es populista, Cataluña es una nación y los independentistas, socios viables para llegar a La Moncloa.
Hasta entonces, Susana Díaz permanecerá agazapada en San Telmo y dedicada a la reconstrucción de una imagen pública que, tras la batalla interna con Sánchez, ha quedado menoscabada. Claro que si en esta partida de póker, la última jugada de López ha resultado un bluff, la de la presidenta de Andalucía corre el riesgo de quedarse en pase negro, que es la de un jugador con buenas cartas, que se resiste a mostrar lo que tiene, se arriesga a ocultarlo el mayor tiempo posible y, al final, se queda sin sacar partido a su buen juego. En ese caso, sólo le quedaría aceptar su error y tirar las cartas. Y ya se sabe que en política, como en el póker, todo depende del curso de la partida. Pues eso...