Zarzuela y Moncloa sopesan una salida de Juan Carlos I de Palacio para alejarle de Felipe VI
Según 'El Confidencial', el actual monarca ha pedido opinión a algunos miembros del Gobierno sobre cómo preservar la institución.
Los días de Juan Carlos I en Palacio pueden estar contados. Según adelanta este jueves El Confidencial, la casa real y el Gobierno sopesan una salida del rey emérito de Zarzuela para alejarle de Felipe VI. Este movimiento llega justo cuando la Fiscalía investiga los movimientos de dinero del anterior jefe del Estado por la sospechas de que manejó cantidades millonarias en paraísos fiscales procedentes de una supuesta comisión ilegal que él refiere como donación.
El rey Felipe VI ha pedido opinión a diferentes miembros del Gobierno, según este mismo diario, sobre cómo preservar la corona ante el terremoto de las últimas informaciones que han puesto a Juan Carlos I en el ojo del huracán. Los poderes del Estado ya han empezado a estudiar salidas.
La “solución” que se está explorando es que Juan Carlos I cambie de residencia o se exilie del país directamente, algo que ha recomendado el exdirector del diario monárquico ABC, José Antonio Zarzalejos, aunque ahora no lo ve viable, ya que se encuentra sometido a investigación por parte del fiscal del Supremo Juan Ignacio Campos.
La corona no es la única institución que está marcando distancias respecto al anterior jefe del Estado, el Ejecutivo también. Este miércoles, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fue contundente y calificó de “inquietantes” y “perturbadoras” las informaciones sobre las actividades del rey emérito. Un gesto que le ha valido el aplauso de Unidas Podemos, que reconoce la “valentía” de giro del dirigente socialista hacia la monarquía.
El jefe del Ejecutivo no restó un ápice de credibilidad a las informaciones periodísticas, a las que aplaudió. Y reiteró el mensaje de que la Justicia es igual para todos —en línea con lo que ha venido manifestando el Gobierno en estos últimos días—. Pero también respaldó a Felipe VI, a quien también agradeció que esté poniendo tierra de por medio con su padre.
Sánchez nunca había sido tan tajante con una asunto tan sensible. El cambio de estrategia fue total, incluso en su reconocimiento a la labor de los medios hubo un mensaje vedado a Pablo Iglesias tras su incidente con Vicente Vallés. El presidente acababa con una serie de mensajes tibios y casi de carril de su Ejecutivo, para mostrar más si cabe el corte con el pasado y evidenciar la inquietud de la Moncloa.
El Gobierno, en boca de su portavoz, María Jesús Montero, insistió en que “la justicia es igual para todos” y que son jueces y fiscales quienes tienen que “dictaminar las consecuencias y las responsabilidades” de quienes se enfrentan a la Justicia. La casa real sabe que la presión sube a medida que las pesquisas avanzan y trascienden a la prensa.
Es previsible, según adelantó la Cadena SER, que Juan Ignacio Campos, el Fiscal del Supremo que investiga al rey emérito, decida a finales de agosto si abre la vía penal contra Juan Carlos I y eleva una querella contra el anterior jefel del estado a la sala segunda del alto tribunal, dada la condición de aforado del monarca.
Vida en Zarzuela, sin asignación y sin respaldo
Juan Carlos sigue viviendo en dependencias de la Zarzuela, cerca de los reyes, la Princesa de Asturias y la infanta Sofía. No obstante, su hijo, el rey Felipe VI, le retiró el 15 de marzo su asignación, sostenida con fondos públicos recogidos en los presupuestos generales del Estado. El rey emérito ha percibido este año solo 33.000 euros y ha dejado de cobrar alrededor 161.036,34 que la casa real ha destinado al fondo de contingencia como establece la ley de estabilidad presupuestaria.
Una cantidad similar a la que ya no va a recibir Juan Carlos I, alrededor de 160.000 euros, ha desembolsado la monarquía en preparar al Palacio para el teletrabajo por los trastornos ocasionados por el coronavirus (compra de ordenadores y software de sistemas).
Ningún partido con representación parlamentaria ha respaldado públicamente al anterior monarca. Ni tan siquiera Vox, la formación que defiende a ultranza la monarquía. El líder del PP, Pablo Casado, se ha limitado a defender la gestión del actual rey Felipe. Y cerca del 20% del actual Congreso está compuesto por formaciones marcadamente republicanas.
La casa real, mientras tanto, sigue resguardándose en el comunicado que emitió el pasado 15 de marzo y en el que anunció que Juan Carlos I dejaría de percibir su asignación anual. También que su hijo, Felipe VI, renuncia a la herencia de su padre, reconociendo, así, el origen cuestionable de la fortuna del anterior jefe del Estado.
Un camino difícil pendiente de la Justicia
La clave de qué le puede pasar a Juan Carlos I ahora está en si la Fiscalía considera probado que el monarca delinquió con posterioridad al día en que se hizo efectiva su abdicación, el 19 de junio de 2014. Si eso ocurre, el incierto viacrucis judicial del rey emérito, de 82 años, no habría hecho más que empezar.
El Ministerio Público no ha tipificado aún los hechos delictivos que se podrían imputar a Juan Carlos I, pero los que han trascendido en las últimas informaciones apuntarían a delitos de fraude fiscal —desde un año a seis de cárcel— y blanqueo de capitales —desde seis meses a seis años— y multa.
A pesar de su condición de aforado, no existe impedimento legal para investigarle, juzgarle y condenarle por sus hechos tras la abdicación. No así por los actos que realizó durante su reinado, dada la inviolabilidad que la Constitución concede al jefe del Estado.