Yo recuso
Tuvo que ir a Madrid el Comisario Reynders para ver in situ el problema, que ya constituye una seria preocupación en Bruselas por su posible deriva a la polaca o a la húngara.
Si hoy es martes ayer fue lunes y dimitió, supongo que asqueado, o por impotencia o por sentido del ridículo, porque así suele ser cuando dimiten las personas con ambición y un tope moral, aunque flexible, ante las ‘trapalladas’— permítaseme este apropiado el galicismo— el ya, por lo tanto, ex presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes.
Tarde fue: habían pasado 1.300 y pico días de prórroga ilegal del CGPJ mediante el boicot continuado del Partido Popular a través de sus consejeros afines, convertidos en obedientes marionetas ‘sí buana’. Finalmente, el ‘grupo de los ocho’ —algunos ya emplean el sinónimo de ‘banda’, que retrotrae a la de ‘los cuatro’ que dirigieron la gran crisis de la revolución cultural en la República Popular China— también se opone, ‘a mayores’ a la renovación del Tribunal Constitucional. El titular de El País fue un reflejo fiel de la situación: ‘El bloqueo del PP empuja la justicia al precipicio’. Bueno, en realidad le da un empujón mortal, salvo milagro, político y laico, por supuesto.
Hasta ahora, a pesar de que la autoría intelectual no está, como diría Aznar “en desiertos remotos ni en montañas lejanas”, una de sus muchas malvadas frases e imputaciones desmontadas por los hechos y por la verdad judicial, sino en Génova 13, suele hablarse, y escribirse, del plante de los jueces ‘conservadores’ como responsable de uno de los más graves atentados constitucionales.
Pero estos funcionarios de la Justicia no son solo ‘conservadores’, que lo son en una de las acepciones naturales, pues está claro que sobre todas las cosas quieren conservar sus puestos, tanto por su capacidad de bloqueo con impunidad y alevosía a favor de una facción con intereses demostradamente espurios, como por el cobro de unos suculentos salarios. Unos euros a los que desde el día, hace más de 1.300 jornadas, en que tuvo que formalizarse la renovación quinquenal perdieron todo derecho.
Francamente hablando, dicho sea sin retintín lo de francamente, además de esta condición conservadora, o de la que atañe a las costumbres, sea en la economía en ideologías reaccionarias, son como los ‘hombrecillos’ verdes de Putin en Ucrania: fuerzas irregulares del ‘proyecto Warner’ que hacían el trabajo sucio para preparar la invasión oficial. Si bien esta estrategia le salió rana al presidente ruso, durante unas semanas desvió, en efecto, la atención y permitió hacer labores de penetración subversiva e inteligencia en el terreno que se pretendía ‘reconquistar’.
Lo asombroso es la falta de pudor y cómo se retuerce la realidad: como una toalla lavada a mano. Tuvo que ir a Madrid el Comisario de la UE Didier Reynders para ver in situ el problema, que ya constituye una seria preocupación en Bruselas por su posible deriva a la polaca o a la húngara manera, pues ya se sabe que todo lo que puede empeorar suele empeorar sin remedio.
Pues entonces, si la autoridad comunitaria dejó claro, a pesar de las intoxicaciones de los ‘predicadores’ populares en Europa, que el relevo del órgano de gobierno de los jueces es prioritario, y que después, pero de inmediato, hay que adecuar el modo de elección para que los jueces que representen al estamento judicial sean elegidos por los propios jueces, ya se verá como, y con qué cuotas de representación… el mensaje del PP y de los medios adictos enteros o de los despistados en los rincones y los laberintos de la Villa y Corte es el contrario: intoxican y desinforman al sostener que Reynders consideró prioritaria la reforma. Esta versión, de entrada considera tontos de remate a los juristas, abogados, estudiantes de Derecho y población en general.
En esas estábamos, y seguimos estando, cuando el nuevo líder popular, quizás afectado por el reflejo del oro y el olor del incienso, la mirra y los laureles, Alberto Núñez Feijóo, critica el apoyo del PSOE a ERC en Cataluña, una vez que el independentismo se ha partido en dos y los ultras de Puigdemont se han fugado esta vez del Govern, no precisamente gracias al patriotismo constitucional y a la visión y estrategia inteligente de la derecha, y defiende, el flamante líder, con impostado gesto de convencimiento severo, que “el constitucionalismo es el camino”.
¡Vaya por Dios!, que escribe derecho con renglones torcidos. El expresidente de la Xunta de Galicia defendiendo el ‘constitucionalismo’ en esta coyuntura en la que se juntan todas las adversidades imaginables y en la que el PP está golpeando con saña a la Constitución en el corazón, el hígado y otros órganos sensibles.
La derecha, con sus tentáculos, está en modo sedicioso: desobedece, hasta la frontera del delito, el mandato expreso del artículo 117 de la Constitución Española del 78 que establece que los jueces y magistrados integrantes del poder judicial han de ser, obligatoriamente, “independientes, inamovibles, responsables” y “sometidos únicamente al imperio de la ley”. Que excluye, como es natural, las injerencias ajenas. Pues por lo que estamos viendo, o bien hay algunos y algunas que no han leído este artículo o se lo toman a frikismo, pitorreo o una estúpida excentricidad de ‘progres trasnochados’ desdeñable y opresiva. Porque inamovibles, sí; y en exceso, aunque ya se sabe por experiencia que el veneno es la dosis. Pero… ¿independientes?, ¿responsables?, ¿sometidos “únicamente” al imperio de la ley?. Pues va a ser que no. Ni el PP, ni sus brazos ejecutores respetan este mandato tan claro y concretito.
Tampoco asumen y aplican el artículo 122.3, que ‘ordena’ que el rey nombre a los miembros del CGPJ “por un periodo de cinco años”. Cinco, no ocho. A estas horas más de 1.300 días mamando de la teta dulce.
Todo esto tiene algunas graves derivadas, como que deja sin contenido a la exigencia, pues este es el espíritu de la letra, del juez predeterminado. Al romperse la secuencia temporal con dilaciones indebidas y trucos trileros, ya los nombramientos no son los predeterminados por el sistema sino resultado de intereses inconfesables o caprichos, amaños e intereses políticos. Que Feijóo diga que lo que se pretende es evitar la politización de la justicia cuando es el PP quien ha conseguido con la mayor desvergüenza haciendo encaje de bolillos con la prevaricación más burda montar una mayoría inconstitucional e ilegítima es de nota cum laude… para un examen de caradura.
No es lo único que repugna a la inteligencia constitucional. Empecemos por el principio: Art. 1: “España se constituye en un Estado social y democrático de derecho”. Pues veamos: ¿qué parte de ‘social’ o de ‘derecho’ no entienden estos pedazo de presuntos constitucionalistas que juran la Constitución en vano?
Estos días, los grandes políticos de la derecha, a veces con la visible nostalgia de la derechona que, como decía Jefferson, era la mutación de la aristocracia, la han cogido contra el aumento de las pensiones públicas. Que si el Gobierno nos va a hundir, que si ese incremento es imposible porque no cuadran las cuentas, que si, como siempre, predicen con suficiencia de tienda china de chucherías “tendremos que venir nosotros a arreglar el estropicio”, cuando, por el contrario, un cronograma de los ciclos económicos demuestra que han sido los gobiernos de la derecha los que han originado las condiciones para que las crisis en España tengan una especial virulencia. Un hecho demostrable: durante los mandatos de Rajoy y ante el aumento de la brecha social, de la pobreza, de la conflictividad, la diferencia del esfuerzo fiscal con los países del entorno… casi todos los organismos internacionales, UE incluida, se han venido preocupando y lanzando apremiantes señales de alerta. Desde aquella burbuja tan famosa.
Hasta la patronal ha sido más sensata y prudente que unos ‘populares’ que no son impopulares sin duda por su dominio de la técnica, ¡qué digo!, del arte, de la propaganda, las profecías catastróficas, y la desinformación.
Volvamos a las pensiones, artículo 50: “Los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad...”. Palabras clave: ‘pensiones adecuadas’, ‘periódicamente actualizadas’, ‘suficiencia económica’ de la tercera edad…. Bienestar de los mayores.
Estos son imperativos constitucionales, aprobados con una apabullante mayoría parlamentaria y ratificados en referéndum.
Pregunto: ¿puede presumir este PP de esta época casi bíblica en desgracias y cataclismos de constitucionalista? O incluso de meramente constitucional.
Pues a estos jueces, y a sus mandantes y ventrílocuos, los recuso y desprecio. Por tramposos, por su mal ejemplo, por no ser honestos ni parecerlo siquiera, por no tener vergüenza, por ilegítimos… y por disfrazados de lo que no son o, al menos no lo parecen. Demócratas y constitucionalistas.