¿Y si la gestión de lo público dejan de llevarla políticos y enchufados, y pasa a manos expertas?
Tenemos la desgracia de que pocos son los ejemplos de liderazgo por parte de expertos.
Mientras en nuestras queridas instituciones tenemos cientos de políticos de segunda, dirigiendo la gestión y tomando decisiones sobre sectores e industrias que conocen de oídas, tenemos la desgracia de que pocos son los ejemplos de liderazgo por parte de expertos.
Pero hay ciertas áreas en las que, por reparo, o quizás porque hay mayor visibilidad de posibles talentos a retornar y tenemos mucha gente valida llamando a la puerta de la dirección y gestión, no sucede con tanta asiduidad.
Cuando el bioquímico Mariano Barbacid volvió a España para dirigir el CNIO entre 1998 y 2011, nos sonaba a fichaje galáctico, así como su reemplazo, María Blasco, que aún sigue dirigiendo este centro de referencia dedicada a la investigación, diagnóstico y tratamiento del cáncer.
Esta institución se libra del nepotismo y endogamia que campa por la península. Me alegra especialmente alguno de sus últimos fichajes, como la polivalente investigadora Eva Ortega-Paino, que ha retornado a su Madrid natal tras una larga carrera en Suecia y Noruega para dirigir el Biobanco del CNIO.
Con Eva he tenido el placer de compartir ratos en el Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior, ella representando a Suecia, y yo a Reino Unido. Pero mi admiración por Eva, va más allá y abarca su trabajo voluntario en la creación de la Red de Asociaciones de Investigadores Científicos Españoles en Exterior (RAICEX), ahora como secretaria general, y en la que trabajo desde el principio con Eduardo Oliver, o Javier Escudero.
Esta organización a nivel global tiene su germen en una de mis organizaciones favoritas en Reino Unido. Esta organización es Científicos Españoles en Reino Unido (CERU/SRUK), dirigida ahora mismo por Rocío Gaudioso.
Esta asociación representa a los residentes españoles que trabajan en el sector de la investigación, y cuenta con una organización sectorial pionera, y que lidera el empoderamiento de los nuestros investigadores, sirviendo de apoyo a todos ellos.
CERU/SRUK se creó en 2012, con Lorenzo Melchor como presidente fundador y, en el presente, coordinador científico en nuestra Embajada en Londres. CERU y RAICEX ponen cara a un sector hiperespecializado, formado por emigrantes, que no solo son emigrantes por causas económicas, sino también, emigrantes por necesidad de trabajar en “lo suyo”, ya que de “lo suyo” no hay trabajo en nuestro país, ni se le espera.
Cuando hay unión, se te tiene más en cuenta, y esto es el caso con los investigadores. No solo han sido recibidos en el Congreso de los Diputados, sino que se les escuchó cuando se creó el Plan Retorno. Gran proporción de las medidas anunciadas en noviembre tenían como objetivo facilitar el retorno de nuestros investigadores (¿Retornar a qué? ¿Al paro?).
Las oportunidades y empleos de nuestros trabajadores en el exterior no son un problema para atraer de vuelta al talento en el presente, sino que aún mas importante: afectan a largo plazo su futuro y las posibilidades de retornar a nuestro país, y con el tiempo su posible retorno se debilita más y más.
Equipos en los que no sufren un escaso presupuesto corto-placista, sino que cuentan con medios materiales, así como posibilidades de contratos a muy largo plazo, y en mercados en los que hay ofertas de puestos de trabajo similares accesibles a personal cualificado… si pierdes un trabajo no pasas al limbo eterno del paro.
Es triste, pero muchas veces, nuestros compatriotas conocen estas asociaciones, por anécdotas, y no por la gran labor que hacen.
Esta semana, el Palacio de la Zarzuela invitó a nuestros científicos en el exterior, a través de la Red de Asociaciones de Investigadores y Científicos Españoles en el Exterior (Raicex), a una audiencia con Felipe VI.
La gran noticia, no era en los medios la audiencia en sí, o el reconocimiento a la labor de RAICEX, sino que su presidenta, Alicia Pérez-Porro, bióloga marina afincada en Estados Unidos, atendió a la audiencia con su bebe recién nacido.
Bienvenida sea que los grandes medios se hagan más eco de la noticia por este hecho. Bienvenido sea que se visibilice más y más a las grandes profesionales en todos los ámbitos, que aparte de liderar en sus sectores, muestran que el esfuerzo no se queda en el ámbito profesional, sino que lo compaginan con el de sus familias, y ser madre no significa que no puedan liderar.
Alicia, como muchas de sus compañeras en Europa, seguramente no tenga todas las trabas por las que pasan las mujeres en nuestro país, cuando quieren formar una familia. Seguramente en las muchas entrevistas en Alemania, Reino Unido, o Suiza, no pasen por la pregunta de si “quieren formar familia” que tanto se siguen dando en una España, muchas veces, de pandereta. Una España que no deja atrás formas y estructuras patriarcales, que no ayudan a la plena inclusión de las mujeres, sean madres o no, en la gestión y dirección de empresas, y organismos públicos.
Me niego a pensar que el alto porcentaje de mujeres con las que he compartido clase y que sacaban las mejores notas durante la carrera, una vez diplomadas o licenciadas perdieran su valía intelectual, y que, por arte de magia, muchos cenutrios pasaran a ser capaces de incorporase en posiciones de poder a la velocidad de la luz.
Ni unas perdieron capacidad, ni los otros, de repente y por gracia divina (de la muerte), pasaron a ser lo mejor de lo mejor, la flor y nata de nuestras provincias, aun cuando nunca destacaron intelectualmente (¿o quizás tenían la capacidad de hacerse pasar como torpes muy bien?) …y los tenemos ahí arriba, liderando, marca España.
La España de 2019 debería ser la que nos presentan instituciones como el CNIO, organizaciones como RAICEX, grupos de voluntarias como Oficina Precaria Escocia que son referencia en Edimburgo, o las muchas madres y algún padre que se han arremangado para sacar escuelas suplementarias sin ayuda de nuestro Gobierno en ciudades como Leeds. No necesitamos de políticos liderando y gestionando, y menos necesitamos de estructuras de hace 40 años… solo hay que abrir los ojos y mirar lo que funciona sin dietas, salarios estratosféricos, y enchufes.