Will Smith y la masculinidad tóxica y Chris Rock y el humor como 'bullying': lecciones de los Oscar
"No hay que negar la emoción pero de ahí a justificar su violencia hay un gran trecho".
Son las 9:00 de la mañana y observo la escena en redes sociales de Will Smith abofeteando al presentador de los Oscar Chris Rock. Mi primera reacción es: “No puede ser”, “¿Cómo es posible?; “Será fake seguro”. Pero cuando iba viéndolo y analizando la escena, pude comprobar que era real por las reacciones de los acompañantes que estaban presentes en ese mismo momento, por la cara agresiva del propio Will y por las imágenes de Denzel Washington, entre otros, yendo al rescate hacia éste con un sentimiento compungido.
Lo que refleja esta escena son muchas cosas. En primer lugar la reacción de Smith proviene del mismo conjunto de prácticas todas ligadas a la masculinidad tóxica que luego intenta justificar en su discurso al recibir la estatuilla señalando que se espera que las personas que se encuentran en este “negocio” acepten el abuso, justificando en cierta forma su actitud.
Seguido de estos pensamientos y después de derramar algunas lágrimas, abordó su necesidad de proteger a su familia y a los suyos, sugiriendo que quiere “ser un referente de ese tipo de amor, cuidado y preocupación”, y declaró que “el amor te hará hacer cosas locas”.
Por otro lado, no debemos de ignorar y tenemos que llamar a la palestra al segundo elemento de esta historia, Chris Rock, por la libertad de burlarse de una mujer que sufre de alopecia cuando ella misma en el 2018 había reconocido que tenía problemas psicológicos por ello. Nadie tiene la libertad de meterse con nuestro físico y hacerlo objeto de burla de forma privada o pública, porque precisamente estaríamos justificando un acto de acoso y seriamos participes de esa conducta con nuestra presencia, risas o mirada hacia otro lado. Además del trastorno emocional que supone para quien lo sufre.
Centrándome un poco más en la cara de Smith mientras grita improperios a Rock en el escenario se puede observar la ira, la humillación y la tensión que en ese mismo momento siente. No hay que negar la emoción pero de ahí a justificar su violencia hay un gran trecho.
Es importante resaltar lo que está esto produciendo a nivel social, y observamos la reacción en redes de forma dispar, por un lado gente justificando la acción de Will, por otro lado culpabilizándolo, desde otro punto de vista, pidiendo un castigo ejemplar por parte de la Academia y un largo etc. Pero, al final ¿qué nos demuestra todo esto? La falta de concienciación y sensibilización por parte de un gran porcentaje de la sociedad. Meterse con el físico de una persona que además es consecuencia de una enfermedad, es más bullying que humor, justificar un acto de violencia porque es alguien de tu propiedad o porque ella no se ha podido defender tampoco lo es. No podemos dar pie a justificar la agresión de uno por parte de otro.
Todo esto también nos hace ver la importancia de la prevención de las conductas violentas y sobre todo pone de manifiesto la importancia de la educación para que cada uno pueda saber qué es correcto y que no lo es. En fin, queda un largo camino que recorrer.
Con diseño azul empolvado de Armani Privé.
Con un conjunto de Valentino Alta Costura.
Con vestido cargado de volantes de Louis Vuitton.
Jamie Lee Curtis, con lazo de apoyo a los refugiados.
Alberto Iglesias y Cristina Hortigüela
Jude Hill, el joven protagonista de 'Belfast'
Enric Valls es psicólogo y conferenciante especializado en salud y educación. Además es divulgador y colaborador activo en medios de comunicación con el objetivo incansable de normalizar la psicología y salud mental.