Vuelta al cole: lo que piden epidemiólogos y docentes para repetir el éxito del año pasado
Animan a calcar las medidas del curso 2020-2021 y echan en falta una bajada de ratios: “España lo hizo bien el año anterior”.
Finales de agosto es, para madres, padres, alumnos y profesores, sinónimo de preparativos del próximo curso académico. Desde 2020, los epidemiólogos también entran en esa ecuación, y los planes comienzan a elaborarse antes.
El pasado mes de mayo, el Ministerio de Educación y las comunidades autónomas acordaron un protocolo de medidas anticovid para una vuelta a las aulas segura. Este miércoles, ambas partes han vuelto a reunirse para repasar ese documento, y la conclusión ha sido prácticamente la misma.
“Apostaremos por la máxima presencialidad en todas las etapas”, ha anunciado la ministra del ramo, Pilar Alegría, tras la reunión. Además de una mayor presencialidad para este año, el acuerdo contempla que la distancia interpersonal no sea necesariamente de 1,5 metros como el curso pasado, sino de 1,2. El Ministerio se apoya en la estrategia de vacunación como “herramienta fundamental” para la seguridad de este curso, cuando seis de cada diez adolescentes de entre 12 y 19 años ya han recibido al menos una dosis.
Dónde queda la reducción de alumnos por aula
Profesores y epidemiólogos también celebran el hito vacunal, pero echan algo en falta en el nuevo protocolo anticovid: la bajada de ratios en las aulas. Si bien el Ministerio de Educación ha pedido a las comunidades que mantengan el profesorado que fue contratado como refuerzo el curso pasado —unos 35.000—, este miércoles Pilar Alegría no ha hecho mención a una reducción de alumnos por clase, que queda en manos de las comunidades. Algunas, como Madrid, ya han dicho que ven “imposible” esta medida.
“Lo único bueno que trajo el covid fue la reducción de las ratios”, señala Pilu Hernández Dopico, maestra, formadora de formadores y CEO de El Pupitre de Pilu, que lamenta que esto se pierda de un año para otro, siendo una demanda histórica en el ámbito educativo.
Desde Comisiones Obreras (CCOO) ven “insuficiente” lo acordado este miércoles. “La bajada de ratios y el refuerzo de personal demostraron ser efectivos”, recuerda Héctor Adsuar López, secretario de enseñanza pública no universitaria de la Federación de Enseñanza de CCOO. El sindicato considera un error que no se mantengan estas medidas: en primer lugar porque “todavía estamos en pandemia”, y en segundo lugar porque, ya antes del coronavirus, la comunidad educativa pedía una rebaja en el número de alumnos para atender mejor las necesidades de cada uno.
Con menos estudiantes por clase, “hemos visto que los niños evolucionan mejor, que tienen atención más individualizada”, explica Pilu Hernández. “No es lo mismo tener 20 niños que cinco más y, ya que no ha cambiado nada [de la epidemia] desde junio a septiembre, nos gustaría que esto continuara”, coincide.
El curso pasado, se recomendó un máximo de 20 alumnos por aula en Infantil y 25 en Primaria. Este año, los centros, en función de los protocolos de cada comunidad, podrán volver a niveles prepandemia, de hasta 25 o 30 alumnos por clase según la edad.
Los ‘grupos burbuja’ y las mascarillas se quedan
Lo que sí permanece este curso son los grupos de convivencia estable o ‘grupos burbuja’, así como la mascarilla obligatoria desde los 6 años “con posibilidad de valorar su uso en ciertas actividades al aire libre”. Los epidemiólogos consultados por El HuffPost respaldan esta decisión.
“Con las cifras que manejamos actualmente, me parece prudente empezar el curso con estas medidas”, opina Mario Fontán Vela, médico especialista en Medicina Preventiva. Fontán destaca que España “lo hizo bien el año pasado”, con lo cual “hay que repetir lo que funciona”.
España fue de los pocos países que mantuvo la presencialidad en las aulas, en mayor o menor medida, durante todo el curso pasado, y los resultados fueron positivos. Incluso en el peor momento de la pandemia, en enero de 2021, sólo el 2% de las clases tuvo que entrar en cuarentena.
Fontán no entiende, por ello, cierto discurso alarmista que sitúa la vuelta al cole como el inicio de una nueva ola pandémica. “Evidentemente, algún contagio y algún brote puede haber, pero, en términos generales, la actuación que se hizo el año pasado en los colegios fue muy positiva”, destaca. “Tenemos a una gran parte de la población vacunada. La transmisión y la repercusión en términos clínicos serán presumiblemente menores que el año pasado”, augura el epidemiólogo.
No obstante, a renglón seguido Fontán advierte de que no se puede fiar todo a las vacunas. “La vacunación por sí sola no nos va a permitir estar en un escenario de 2019”, señala. “Hay que seguir manteniendo las medidas”, dice el preventivista, que cita las ratios, la distancia, las mascarillas y la vigilancia y el control de casos que se hizo en los colegios.
La vacunación avanza a buen ritmo entre los adolescentes (el 63,4% tiene al menos una dosis y el 18,3% la pauta completa), pero también es este el grupo de edad que tiene una incidencia más alta, con 609 casos por 100.000 habitantes, más del doble que la media. Preocupa también que los niños menores de 12 años no están vacunados porque todavía no se ha aprobado ningún suero para su edad.
En base a la experiencia del año anterior, Fontán confía en que la cosa “no se va a descontrolar demasiado” en los colegios, pero también reconoce su inquietud. “Aunque sabemos que las poblaciones jóvenes se contagian menos, especialmente por debajo de 10-12 años, y que sus consecuencias son mucho más benignas y leves que las de las poblaciones adultas, esto no quiere decir que la transmisión esté controlada”, apunta. El epidemiólogo apuesta por ir revisando las medidas de prevención en función de cómo vaya avanzando el curso y la situación epidemiológica en los diferentes puntos del país.
“Hay que mantener las mismas medidas que el año pasado”
Su colega Fernando Rodríguez Artalejo, catedrático de Salud Pública en la Universidad Autónoma de Madrid, tiene una postura muy similar: “Hay que mantener las mismas medidas que el año pasado”. Rodríguez Artalejo destaca que estas “funcionaron bien”, pero además menciona un componente nuevo de cara a este curso: “La variante delta, que es extremadamente contagiosa”.
“Al menos por un tiempo, habría que llevar mascarilla y mantener distancias y aforos”, recomienda el salubrista. “Sabremos que se pueden relajar esas medidas cuando haya mayor porcentaje de vacunados y cuando se reduzcan drásticamente las hospitalizaciones y los ingresos en UCI, porque significará que el comportamiento de la infección empieza a ser el de una enfermedad benigna”, abunda. “Pero de momento no”, zanja.
“Al virus le cuesta mucho penetrar cuando se encuentra con una serie de medidas de prevención sencillas pero bien implementadas”, explicaba hace unos días a El HuffPost Quique Bassat, pediatra y epidemiólogo que coordinó el Grupo de Trabajo de la Asociación Española de Pediatría para la Reapertura de la Escolarización tras la pandemia. “Lo que no debemos hacer ahora es relajar las medidas”, recalcaba entonces Bassat.
Al fin y al cabo, profesores y epidemiólogos no difieren en su análisis. “Se deberían seguir manteniendo al menos las medidas que hubo el año pasado”, pide Pilu Hernández. “El curso lo hemos salvado entre todos”, recuerda.