Vox expulsa de su formación a la concejala que montaba caceroladas ante la casa de Iglesias y Montero
También ha sido expulsado su marido, que era afiliado del partido.
Vox ha expulsado a la concejala de Galapagar (Madrid) Cristina Gómez de su formación que ha impulsado caceroladas en los últimos meses ante la casa de Pablo Iglesias e Irene Montero, tras una denuncia interpuesta ante la Guardia Civil por un conocido de la familia. También ha sido expulsado su marido, Miguel Abolafía, que era afiliado del partido
La formación de ultraderecha liderada por Santiago Abascal ha anunciado este jueves la expulsión de ambos, que se decretó al conocer que una persona cercana había denunciado ante la Guardia Civil haber sido testigo de comportamientos inapropiados de la pareja en presencia de sus hijos menores de edad.
Según relata el partido, el cese de Cristina Gómez y Miguel Abolafía se produjo el pasado martes pocas horas después de tener conocimiento de los hechos.
Pero además, el Director Nacional de Seguridad del partido, José Hidalgo, acudió al cuartel de la Guardia Civil de Galapagar para brindar la asistencia de la formación y de sus servicios jurídicos a todas las víctimas de los hechos denunciados. Y este miércoles se amplió la denuncia con nuevas informaciones de los testigos.
Vox subraya que ha tardado solo doce horas desde el conocimiento de los hechos hasta la expulsión de los implicados. Y denuncia que mientras Podemos “lleva meses bloqueando” la investigación sobre abusos de menores en centros de acogida en las Islas Baleares.
Esta concejala ya había sido protagonista de varias polémicas por sus acciones frente a la casa del vicepresidente segundo del Gobierno y la ministra de Igualdad, quien ha denunció ante los tribunales por acoacciones y acoso tanto en los alrededores de su domicilio como en redes sociales, aunque después el juez archivó la querella.
Además, Vox ya había abierto expediente disciplinario contra Cristina Gómez por varios comportamientos que el partido consideraba inapropiados, como las caceroladas frente a la casa de Iglesias y Montero o unas declaraciones “totalmente inapropiadas” contra el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.