Vox es lo contrario a España
La extrema derecha exige la retirada de la estrella de las Brigadas Internacionales de una rotonda de mi pueblo, Puerto Real, en Cádiz.
Otra vez más, la extrema derecha quiere imponer a toda costa sus ideas sectarias, retrógradas y clasistas. En esta ocasión, pretende hacerlo exigiendo dictatorialmente la retirada de la estrella de las Brigadas Internacionales de una rotonda de mi pueblo, Puerto Real, en Cádiz.
Seguro que os preguntáis al igual que yo ¿por qué lo hace? La verdad es que no tiene fácil respuesta, o a lo mejor sí y es más sencilla de lo que pensamos.
El partido ultraderechista lo pide para hacer daño. Hacer daño a una parte de la sociedad a la que odia, a la que no soporta, pero en el fondo lo que le pasa es que le tiene miedo a esa otra España”. Le aterra porque esa estrella roja de la rotonda significa libertad. Vox y la libertad son incompatibles.
El partido más extremista de toda Europa no es compatible por naturaleza con la idea de las Brigadas Internacionales, que fueron aproximadamente 40.000 personas de nacionalidad no española que llegaron para defender la República, que se alistaron para luchar en favor de la democracia y contra el fascismo durante la Guerra Civil.
Esos 40.000 luchadores y luchadoras son más o menos el número de habitantes que tiene Puerto Real. Al igual que esos hombres y mujeres que defendieron la democracia hace 80 años, mi pueblo sigue diciendo no a las políticas del miedo y del resentimiento. Porque desde este pueblo de la bahía gaditana defendemos nuestras raíces andaluzas, nuestra autonomía, nuestra forma de ser, nuestra libertad para amar a quien queramos, el feminismo, la democracia y el Estado de derecho, con las mejores armas que se puedan tener: nuestra voz y nuestro voto.
Una estrella roja de tres puntas, tres extremos que podríamos asimilar a la democracia, al Estado de derecho y al feminismo, el antagonismo de este partido extremo.
″¿Demo… qué?”, se preguntarán en Vox, porque no les gusta. Ellos son más de otro tipo de regímenes. Se sienten más cómodos, más fuertes, más ellos mismos en un régimen totalitario y de ello presumen cada vez que pueden, hasta en el mayor símbolo de nuestra democracia, como es el Congreso de los Diputados.
Se dice que la democracia es imperfecta y puede que los que lo afirman lleven razón, porque una democracia perfecta no permitiría semejantes pensamientos excluyentes en su seno.
Al Estado de derecho del que disfrutamos todos y todas, extremistas incluidos, suelen confundirlo con el Estado de derechas, que es el único que ellos valoran y reconocen. Piensan que el poder es suyo y solo suyo y que cuando gana la izquierda es porque se lo han robado.
Ellos votan en contra de leyes que han hecho mejor país a España, pero luego son los primeros en usarlas, porque no son demócratas, son oportunistas.
Por último y no por ello menos importante, repitan conmigo en Vox: F E M I N I S M O. Una palabra a la que temen con todos sus miedos y atacan con todas sus fuerzas. Le temen y atacan, sin preámbulos, porque son machistas.
La igualdad entre hombres y mujeres es la base de toda civilización que quiera ser democrática. La extrema derecha de este país no es feminista, por lo que básicamente, no son democráticos.
En Puerto Real, en una rotonda, una estrella roja de las Brigadas Internacionales con tres puntas, más pronto que tarde, acabará con VOX.
Nuestro municipio, un pueblo obrero, trabajador y luchador, que ya acalló a la derecha y a la extrema derecha en todas las elecciones, sí tiene memoria histórica y, por eso, cierra las puertas a la formación ultraderechista sin otorgarle representación municipal. Vox quería protagonismo con una rotonda y ha entrado en un carril de salida que no tiene retorno.
Vox es lo contrario a libertad, a democracia, a Estado de derecho y a feminismo. Vox es lo contrario a España.