Votaré a Susana Díaz, decididamente
Los militantes socialistas hemos vivido unos meses de infarto a cuenta de la elección directa a la secretaría general del PSOE. Unos meses en los que hemos tenido que aguantar el tirón, soportar continuas interpelaciones, llamamientos a nuestra inteligencia e incluso insultos a la misma. Una competición siempre genera tensión, aunque está vez hemos pasado la delgada línea que separa la discrepancia de la violencia.
Votaré a Susana Díaz; lo haré convencido y libre, como no podía ser de otro modo. No tolero que pongan en cuestión ni mi capacidad para decidir ni mi libertad para apostar por lo que creo mejor; yo soy uno de esos más de 60.000 avales que dieron la cara por Susana Díaz, soy uno de esos a los que nadie presionó, a los que nadie fiscalizó. Muchos compañeros se han empeñado en este tiempo en hacer creer a la opinión pública que a Susana Díaz solo la sustentan los "cargos", el "aparato" y no sé cuántas fantasías más.
Han intentado deslizar en el imaginario colectivo que Susana tenía avales presos y militantes maniatados; y yo me pregunto, ¿los militantes del PSC no han sido libres? Los 6000 militantes del PSC que han avalado a Sánchez están muy lejos de los casi 1000 que lo hicieron por Susana Díaz. ¿Podemos deducir entonces que en el PSC hay presiones para avalar a Sánchez? Yo defiendo firmemente que no, que todos los militantes son libres, sean militantes socialistas catalanes o andaluces. Pero parece que es más cómodo y más rentable ir una vez más contra los andaluces, como si no tuvieran criterio, como si se dejaran convencer y presionar casi gustosamente.
Susana Díaz romperá por fin el techo de cristal, o mejor dicho, le hará un agujero más grande y es que Carme Chacón contribuyó a romper buena parte de ese techo e hizo estallar numerosos cristales. Pero es Susana quien tiene que completar la tarea del feminismo dentro del PSOE, del empoderamiento femenino efectivo para con la sociedad española; también por eso la votaré. No porque sea mujer, que es importante en tanto y en cuanto será ejemplo para otras mujeres, sino más bien porque su proyecto es nítidamente feminista.
La socialdemocracia está en un momento de profunda crisis, con necesidad de una honda revisión. Vemos cómo la deriva de los partidos socialdemócratas en toda Europa ha hecho que nuestro proyecto, el de los socialistas, se desdibuje, que aparezca como una caricatura de lo que fue. Nos hemos dejado intoxicar por los populismos, llegando incluso a implementarlos dentro de nuestras organizaciones, de nuestro ideario. Ningún líder debe ser más grande que un partido socialdemócrata, a ningún líder le compete dictar las normas ni imponer criterios; nadie que aspire a liderar la socialdemocracia en España debería fomentar el odio y la trinchera entre compañeros.
Votaré a Susana Díaz porque apuesto por un partido más fraternal, donde no haya más calificativo que el de compañero o compañera; porque una candidatura en la que pueden convivir Alfonso Guerra y Felipe González, Bono y Zapatero o Rubalcaba y Chacón, es garantía de fraternidad y cohesión, garantía de futuro.
Sin injerencias, en defensa del proyecto socialdemócrata, combatiendo los populismos de dentro y de fuera del PSOE, apostando por liderazgos colectivos frente a liderazgos personalistas, convencido de que el PSOE es mucho PSOE; y sonriendo. Así votaré por Susana Díaz Pacheco este domingo 21 de mayo de 2017 en la elección directa a la secretaría general del PSOE.