Von der Leyen plantea si dar las competencias de salud a la UE y refuerza su agenda verde
La presidenta de la Comisión Europea, en el debate sobre el estado de la Unión, aboga por la solidaridad y por no dejar a nadie atrás
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, ha dado esta mañana su primer discurso en el Debate sobre el Estado de la Unión y ha dejado clara su agenda inmediata: salud, ecología, economía e inmigración son sus claves. En un momento de pandemia mundial por el coronavirus, ha sido especialmente llamativa su apuesta por una “Unión de la salud más fuerte”, dejando sobre la mesa el debate de si las competencias debe ser comunitarias en un área tan sensible. Tan diferente a la atomización que reclaman algunas regiones, empezando por España.
La que fuera ministra de Defensa germana anunció que ha enviado una carta al presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, y a la canciller alemana, Angela Merkel -que además de amiga y mentora preside este semestre el Consejo-, detallando las iniciativas legislativas que la Comisión quiere presentar en el año 2021. Se trata de 44 “propuestas clave” en ámbitos como la transición ecológica o la digital, el capítulo económico o la promoción de los valores fundamentales europeos.
El secretario de Estado para la UE alemán, Michael Roth, pidió a Von der Leyen que no espere “que el Consejo (los países) apoye todas sus propuestas sin reservas”, pero reconoció que es importante “que en tiempo de crisis se manden señales de cohesión y de que permaneceremos juntos”.
Von der Leyen ha dicho que ha llegado la hora de discutir si dotar a la UE de competencias en materia de Sanidad para poder abordar amenazas como una pandemia. “Está más claro que nunca que debemos discutir la cuestión de las competencias en Sanidad”, ha dicho, tras hacer una especial mención a los profesionales sanitarios que se juegan la vida en tiempos de pandemia.
La presidenta de la Comisión propuso la creación de una reserva estratégica para evitar la dependencia de la UE de terceros países, en particular en relación con los medicamentos, y de una nueva agencia para abordar las amenazas y emergencias sanitarias.
Con más de 180.000 muertos en Europa en los últimos seis meses debido a la Covid-19, era obligado que empezase con esta materia, en un tono sensible y con el deseo, dice, de no dejar a nadie atrás en esta pelea. Un “virus mil veces más pequeño que un grano de arena” pero que ha puesto en jaque “los límites del modelo europeo”, y que ha revelado lo “vulnerable que puede ser la vida” y “la fragilidad” del continente, añade.
“Es el momento de que Europa lidere el camino desde esta fragilidad a una nueva vitalidad. Hemos redescubierto el valor de lo que tenemos en común (...), mostrado lo que es posible cuando confiamos unos en otros y en nuestras instituciones europeas”, dijo Von der Leyen.
En la UE, las competencias en Sanidad recaen en su casi totalidad en los Estados miembros y son también ellos los que deben ponerse de acuerdo para cederlas a Bruselas, un extremo que podría conllevar cambios en los tratados.
Otras medidas que planteó para prepararse mejor para próximas crisis sanitarias son el refuerzo de la Agencia Europea del Medicamento y el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades, que ha centralizado la emisión de datos sobre la Covid-19 y de recomendaciones sanitarias en los últimos meses.
Mencionó, además, la necesidad de crear una reserva estratégica para evitar la dependencia de la UE de terceros países, en particular en relación con los medicamentos, y propuso la creación de una nueva agencia para abordar las amenazas y emergencias sanitarias.
Además, explicó que tiene previsto convocar una cumbre mundial de salud para tratar de extraer lecciones de la pandemia.
“Debido a que fue una crisis global, necesitamos aprender las lecciones globales. Por eso, junto con el primer ministro (italiano, Giuseppe) Conte y la presidencia italiana del G20 el próximo año, convocaré una cumbre mundial de salud en Italia el próximo año”, dijo.
Todos a reducir emisiones
La esperada propuesta de incrementar el objetivo de reducción de emisiones contaminantes para 2030, que pasaría del 40 % a “al menos el 55 %” frente al nivel de 1990, ha sido el centro del capítulo climático del discurso de Von der Leyen, quien advirtió de que el statu quo no servirá para cumplir con el Acuerdo de París.
Aunque reconoció que la tasa del 55 % es escasa para algunos y excesiva para otros, dijo que esta meta “pone a la Unión Europea en el camino firme para la neutralidad climática en 2050” y “liderar con el ejemplo” para los países terceros que “están lejos de ese punto”.
“Para nosotros, el objetivo de 2030 es ambicioso, factible y beneficioso para Europa. Aunque las emisiones han caído un 25 % desde 1990, nuestra economía se ha expandido más del 60 %”, dijo Von der Leyen.
Para lograrlo, la alemana prometió revisar antes del próximo verano toda la legislación sobre clima y energía para ajustarla a la nueva meta de reducción de emisiones, aún pendiente de la aprobación del Parlamento Europeo, que pide un 60 %, y el Consejo (los países) más reacio a incrementar estos porcentajes.
En este sentido, anunció que quiere que un 37 % de las inversiones del plan de recuperación europeo tras el coronavirus, dotado con 750.000 millones de euros, se gaste de forma directa en los objetivos del Pacto Verde, y que un 30 % de los fondos del plan, que se financiará al completo a través de la emisión de deuda, lleguen “a través de bonos verdes”.
Las espinas de las alambradas
A la espera de que la Comisión presente la próxima semana su nuevo texto para reformar el sistema migratorio europeo, Von der Leyen no adelantó ningún detalle de esta propuesta, aunque sí dijo que “hay que hacer una diferencia entre quienes tienen derecho a quedarse y quienes no”.
También avanzó que “abolirá” la regulación de Dublín que hasta ahora concentraba las normas de la gestión migratoria europea y que determina que los migrantes llegados a Europa deben solicitar asilo en el país por el que entran, lo cual sobrecarga a los países del sur del continente.
El capítulo migratorio provocó una confrontación directa entre Von der Leyen y el líder de la ultraderechista Alternativa para Alemania en el PE, Jörg Meuthen, quien la interrumpió cuando la presidenta de la CE criticaba el odio que fomenta la extrema derecha en Europa contra los migrantes.
Aunque los comentarios de Meuthen, a apenas unos metros de Von der Leyen, no alcanzaron a escucharse, la alemana le señaló y apuntó que “les enfada” que se hable de que la ultraderecha tiene una “visión diferente” sobre la dignidad de los seres humanos.
“Esto es democracia, no puedes aguantar la contradicción de que tú estás promoviendo el odio y nosotros queremos una solución”, le espetó Von der Leyen entre los aplausos de la cámara.
Pese a estas palabras, la presidenta apenas hizo una breve mención al final de su discurso al incendio en el campo de refugiados más grande de Europa, en Moria (Grecia), sin hacer referencia a la petición de que los países europeos acojan a los menores no acompañados en este campo.
Concluido el discurso que da inicio al curso político en Bruselas, la Comisión comenzará ahora a poner en negro sobre blanco estas promesas y estrenará el otoño con una presentación este mismo jueves de los detalles para alcanzar las nuevas metas de reducción de emisiones y continuará la próxima semana con el nuevo plan migratorio.
Citando a Thatcher
La presidenta de la Comisión Europea también recalcó este miércoles al Reino Unido que no puede “unilateralmente” cambiar o incumplir el acuerdo del Brexit, y recordó las palabras de la ex primera ministra británica Margaret Thatcher de que su país “no rompe tratados”.
“Este acuerdo ha sido ratificado por esta Cámara y la Cámara de los Comunes. No puede ser cambiado, ignorado o no aplicado unilateralmente. Es una cuestión de ley, confianza y buena voluntad”, declaró. Recordó que no lo dice ella solo, sino que Thatcher ya pronunció unas palabras similares, para lo que citó a la ex primera ministra (1979-1990): “Gran Bretaña no rompe tratados. Sería malo para Gran Bretaña, malo para sus relaciones con el resto del mundo y malo para cualquier futuro tratado comercial”.
“Era verdad entonces y es verdad hoy. La confianza es la base de una asociación fuerte”, añadió la presidenta de la CE.