Visto para sentencia el juicio contra El Chicle por el homicidio de Diana Quer
Ahora el jurado popular dirimirá si es culpable de los delitos de detención ilegal, asesinato y agresión sexual, en los que insiste la Fiscalía
El único acusado por el crimen de la joven Diana Quer, José Enrique Abuín Gey, El Chicle, ha aprovechado su derecho a la última palabra en el juicio que se ha seguido contra él y ha quedado hoy visto para sentencia, para pedir “perdón por sus actos”, mientras que su abogada dijo que no debe ser castigado con la pena de prisión permanente revisable.
Los cinco hombres y cuatro mujeres que forman parte del jurado popular que dirimirá el grado de culpabilidad de Abuín Gey en la muerte violenta de la madrileña de 18 años delibera desde esta tarde si es el responsable de los delitos de detención ilegal, asesinato y agresión sexual.
Una vez concluya esta tarea y el caso quede visto para sentencia, se pondrá fin a un juicio que se ha prolongado durante once sesiones en la sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, con sede en Santiago. Un proceso con un gran seguimiento mediático para conocer los detalles del crimen perpetrado en el verano de 2016 y por el que la acusación particular, ejercida por los padres de Diana, y el Ministerio Fiscal, exigen para el acusado la condena máxima.
En el extremo opuesto, Fernanda Álvarez, abogada que por el turno de oficio representa al Chicle, ha persistido en su petición de dos años y medio por homicidio imprudente, aunque contempla como subsidiaria la solicitud de homicidio doloso con una condena de entre cinco y siete años.
“No es inocente, pero...”
Durante la presentación de sus conclusiones en la última sesión del juicio, la letrada ha subrayado que su patrocinado “no es inocente” y, de hecho, “es culpable” del dolor permanente que padece la familia Quer por el fallecimiento de su hija y hermana pero el cual, sin embargo, “no justifica la prisión permanente”.
Ha asegurado que la intención de su defendido no era “hacer daño a la familia” y, por ello, confesó el paradero del cuerpo. “Nadie está obligado a confesarse culpable y aquí se ha reconocido desde el minuto uno que (El Chicle) es el responsable de la muerte de Diana Quer”, ha argumentado.
Asimismo, ha insistido en que la defensa “en absoluto es insensible y ajena al dolor de la familia” aunque ello no le ha impedido criticar un procedimiento que, a su parecer, ha estado marcado “por una investigación poco rigurosa y por un juicio mediático paralelo”.
Su petición de pena la ha basado en una muerte accidental en la que no existía móvil sexual alguno porque El Chicle, “por mucho que se diga en los medios de comunicación que es un depredador sexual y un asesino en serie”, no lo es, ha ahondado, y en sus antecedentes no constaba “delito contra las personas” pues únicamente acarreaba “delitos por conducir sin puntos o por tráfico de droga”.
“Hubo muchos misterios. Incluso alguna tomadura de pelo. Aquí se ha mentido”, ha destacado la abogada, y ha empezado a cuestionar detalles de esa investigación, como la cadena de custodia de la brida, de la cual ha insistido además en que no es el arma homicida.
“A pesar de que miraron milimétricamente el cadáver en busca de algo que reforzara la idea de que era un violador, no vieron nada”, ha continuado.
“Ni abuso ni premeditación”
Con esto, se ha esforzado en hacer ver que no existió ni abuso ni tampoco premeditación y sí una acción impulsiva. Ha reiterado que Diana Quer vio a Abuín Gey robando y él “creyó que lo iba a delatar” y le apretó el cuello.
Ha añadido igualmente que a la nave de Asados, en Rianxo (A Coruña) en cuyo pozo Abuín Gey depositó el cuerpo, Diana no llegó viva. “Una persona se caería. Y no hay ninguna herida”.
“Ante la tragedia de matar a una niña, o te pegas un tiro y te matas, o confiesas, o te callas e intentas hacer una vida normal”, ha relatado, y ha recordado que Abuín Gey, del que pide que se beneficie de la atenuante de confesión, es padre de una adolescente.
Tras la vehemente intervención de la letrada, el Chicle, sin levantarse de la silla, ha hecho uso de su derecho a la última palabra y ante el jurado popular ha pedido de manera sucinta perdón a la familia de la víctima.
“No tengo nada más que añadir a lo que dijo mi abogada, pedir nuevamente perdón”, ha dicho para poner fin a una vista en la que han prestado declaración medio centenar de testigos y 40 peritos para tratar de aportar luz a un suceso ocurrido el 22 de agosto de 2016. Diana fue a una fiesta en A Pobra (A Coruña), donde veraneaba, y no regresó.