Víctimas de 'La desbandá', reconocimiento y reparación democrática
En nuestro país se ha construido la historia más reciente de forma sesgada, obviando una parte de ella, silenciando lo que vivieron millones de españoles en la Guerra Civil Española y en la dictadura.
En España teníamos un déficit democrático y estos días en el Congreso hemos podido comprobarlo y a la vez corregirlo. Un pueblo como el nuestro, o como cualquier otro, construye su historia como un elemento de su identidad con el conjunto de las experiencias vividas como comunidad humana que nos amoldan y definen. En nuestro país se ha construido la historia más reciente de forma sesgada, obviando una parte de ella, silenciando lo que vivieron millones de españoles en la Guerra Civil Española y en la dictadura. A nuestra identidad le faltan datos, imágenes, historias.
Sirva como ejemplo de esta realidad el caso de la Calle Crucero Baleares de Madrid. La inmensa mayoría de la población no sabe que esa embarcación fue la que bombardeó desde el mar al primer y mayor éxodo de la Guerra Civil española, conocido como “La Desbandá” que sucedió entre el 7 y el 14 de febrero de 1937 entre la carretera Málaga-Almería de 1937 en los que en torno a 150.000 personas huyeron de Málaga del terror de las tropas franquistas. Mas de 5000 de ellos fallecieron.
Aquel éxodo bombardeado lo documentó fotográficamente un médico canadiense, Norman Bethune. Junto a esos documentos gráficos también disponemos de los testimonios de quienes lo vivieron en primera persona: “Aquello no se puede contar con palabras, eso había que vivirlo para saber lo que fue”, es una frase en la que coinciden muchas de las víctimas inocentes que sufrieron las bombas que marcarían para siempre sus vidas. Solo imaginarlo, da escalofríos y más aún cuando se ve lo que sucede en Ucrania.
Lo que en cualquier país sería impensable en España sucede. El buque que bombardeó civiles tiene una calle dedicada. A las víctimas nunca se las reconoció como debieran y aquellos hechos están fuera de la memoria colectiva nacional. En Alemania no es posible pensar que una plaza sea llamada Plaza Luftwaffe (fuerzas aéreas nazis) pero aquí sí sucede. La diferencia entre Alemania y España es que allí no hubo cuarenta años de régimen fascista que educaran varias generaciones de ciudadanos sesgando la historia. Aquí sí y eso explica muchas cosas, entre ellas que el Ayuntamiento de Madrid se permita este dislate.
En estos días en el Congreso de los Diputados hemos podido debatir y aprobar una iniciativa que hemos presentado desde el Grupo Parlamentario Socialista para dar reparación, reconocimiento y dignidad a las víctimas de la Desbandá y pueda declararse Lugar de Memoria Democrática. Lo hemos presentado, debatido, votado y aprobado. Un poco de decencia y dignidad colectiva siempre viene bien y más cuando parte desde la sede de la soberanía popular.
En el debate un diputado de Vox se atrevió a cuestionar la historia, a dudar de los testimonios de las víctimas y a culpar a la República de que los fascistas bombardearan a mujeres, niños y ancianos que huían de la guerra porque no organizaron bien la huida. A este paso, algún diputado de Vox culpará en algún momento a una mujer que sea golpeada por su expareja por haberla dejado. El argumento es el mismo. Los fundamentos son la indecencia y la miserabilidad una extrema derecha que solo pretende en el fondo que el silencio que impuso el franquismo continúe para poder seguir construyendo una identidad nacional sesgada de historia.
Al Partido Popular, que tardó 25 años en condenar el franquismo, le sigue incomodando que se cuente la historia que fue ocultada durante el franquismo al grito de mejor no hablar del pasado. Como si lo que le pasó a este país en su pasado no fuera importante para construir el futuro. Su abstención es un gesto de cobardía impropia de un partido que aspira a representar a una mayoría social. El reconocimiento y la dignidad de víctimas civiles de una masacre no merece una abstención. De la extrema derecha uno puede suponerlo, pero de un partido que aspira a representar mayorías no. En Málaga tendrán que bajar la mirada ante miles de ciudadanos por su abstención.
Por suerte hay más conciencia democrática en el Congreso que la que representan PP y Vox. Mas de 200 votos a favor de la iniciativa socialista han hecho posible sacarla adelante, dando dignidad, reconocimiento y justicias a las víctimas de una barbarie que sucedió en nuestro país, en Andalucía y que ya nunca nadie podrá borrar de la Historia.