Cómo disfrutar del verano más inflado sin gastar tanto dinero
Es difícil, pero no imposible. El alza de los precios está obligando a cambiar los planes, recortarlos o directamente cancelarlos. Por ello es importante conocer y encontrar las alternativas más baratas.
Este verano toca apretarse el cinturón. Una de las épocas más esperadas del año pero que para algunos, por la situación económica, sus expectativas han tenido que adaptarse a la realidad. Cambios de última hora provocados principalmente por una inflación por encima del 10% y los precios de los carburantes amenazando con instalarse por encima de los dos euros por litro. Por ello, mientras unos han tenido que recortar, otros directamente han cancelado sus planes de cara a un otoño-invierno que ya los expertos prevén complicado.
En concreto, según la plataforma global de investigación de mercados Appinio, el 30% de los españoles ha cancelado sus vacaciones a causa de la inflación, el 40% se ha visto obligado a posponer sus planes y más de la mitad, un 57%, ha decidido acortar la duración de sus días libres.
“El turismo y el ahorro son bastante incompatibles, por sí mismo, el turismo significa un mayor gasto”, califica a El HuffPost Pablo Díaz, profesor de la Universitat Oberta de Catalunya y experto en turismo. Además, añade que hay un factor más allá de la inflación y que también hace “mucho daño” a los bolsillos que es la subida de los tipos de interés anunciada para los próximos meses. “Eso puede estar asustando a familias que andan justas y ven que, además de los precios, la hipoteca les va a subir de media 100 euros al mes”. Todo ello, asegura, provoca que empiecen a pensar en privarse del ocio y los viajes y prioricen el ahorro.
Un fenómeno que este año, al contrario que durante las dos últimas temporadas, se está viendo sobre todo en el turismo interno. Desde el portal turístico Destinia son conscientes de que estos cambios de planes han provocado una ralentización de las reservas en las últimas semanas y es notable principalmente en destinos tradicionalmente de turismo nacional como Roquetas de Mar, Lloret de Mar o Benidorm.
No obstante, esta caída compensa con el aumento en las reservas de turistas extranjeros que siguen eligiendo España como lugar de vacaciones y que realmente son los que van a “salvar el verano”. Es por ello que en destinos como Fuengirola, Playa del Inglés, Palma de Mallorca, Mojácar o Salou los alojamientos están con las cifras más altas de ocupación.
“Llevábamos unas semanas muy buenas que nos hacían augurar un verano récord y que van a hacernos salvar la temporada, sin embargo, no sabemos qué pasará en septiembre cuando la bolsa de ahorros se haya gastado”, apunta Ricardo Fernández, managing director de Destinia.
En esa misma línea responde a El HuffPost Andrea Carreras-Candi, directora de la Asociación Española de Asesores y Planificadores Financieros (EFPA España) que vaticina que “lo más duro lo viviremos a la vuelta de las vacaciones con el regreso a la normalidad”. Según explica, debido a los años de pandemia, tanto agencias de viajes como profesionales del sector coinciden en que existe “una euforia” a viajar pese a la inflación. Por ello advierte que, para muchos, esa euforia les va a llevar a disminuir “su capacidad adquisitiva y ahorros” en el otoño.
Presupuestos que asustan
El coste de la vida se ha encarecido en los últimos meses hasta niveles que no se veían en décadas promovidos en parte por el alza en el precio del gas y los combustibles disparados desde el inicio de la invasión a Ucrania. Esto provoca un efecto en cadena que repercute en el coste de bienes y servicios y resiente los bolsillos.
Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), su portavoz Enrique García destaca que los “servicios turísticos han subido de precio de una forma muy notable”. Aun así, apunta que muchos tenían ya contratadas sus vacaciones y pese a los precios, tras los dos años de pandemia, “han decido marcharse cueste lo que cueste”.
No obstante, aunque la subida es generalizada, no todos los precios han crecido de la misma forma respecto a la temporada pasada.
Los combustibles. La gasolina y el gasóleo han vuelto a caer en los últimos siete días hasta registrar precios medios de 1,872 y 1,822 euros el litro (aplicando el descuento de 20 céntimos del Gobierno), y mantienen la tendencia a la baja de las últimas semanas, coincidiendo con el inicio del verano.
Aun así, con los precios actuales, llenar un depósito supone un gasto extra comparado con el inicio del año. Un tanque medio de 55 litros con gasolina alcanza actualmente los 103 euros, mientras que con gasóleo se sitúa en 100 euros, lo que supone pagar cerca de 22 euros más que a principios de 2022 si se utiliza gasolina, y 26 euros si se elige gasóleo.
La energía. En comparación con 2021, el precio medio con el límite al gas incluido ha estado cerca de triplicarse frente a los 88,4 euros que marcó entre el 15 de junio y el 15 de julio del ejercicio anterior.
Un factor a tener muy en cuenta a la hora de programar las vacaciones principalmente en segundas residencias, sobre todo por las dos olas de calor en lo que va de verano y que supone un incremento en la factura del 8% de media en cada grado que se baja del aire acondicionado.
Transportes. En este caso, García detalla que la subida no ha afectado tanto debido a que hay muchas tarifas de rutas de tren y de autobús son reguladas. Es diferente en el caso de los aviones donde se ha visto una subida entre diferentes rutas en base a la atracción de clientes que busquen las compañías.
Festivales. Los abonos de los conciertos y festivales han subido de precio lo que provoca que el público festivalero esté gastando más de su bolsillo. La demanda embalsada de los dos últimos años se ha sumado a la necesidad de una industria de recuperar en 2022 lo perdido en los años anteriores.
Hoteles y restaurantes. Según los datos del INE, los precios de los hoteles se han incrementado en un 44% respecto a la temporada anterior, recuperando cifras prepandemia e incluso superándolas. Esto también impulsado por una presión de la demanda de un turismo extranjero que mira a España en lugar de otros destinos al este de Europa o norte de África.
Más baja ha sido la subida en el caso de la restauración donde se observan cifras de crecimiento de hasta el 20%. Los menús y las bebidas de los restaurantes sufren el efecto cadena de la subida de los precios de la cesta de la compra.
Disfrutar de lo ‘barato’
Desde la OCU son conscientes de que a todas las familias no les afecta esta situación por igual. Según sus encuestas, casi la mitad de la población considera que la situación es peor a la de hace un año. No obstante, ante esta situación, el 57% de los españoles cuenta con ahorros para poder ‘capear’ el problema frente al 34% que no tiene ahorros.
Además, su portavoz insiste en que el hecho de que casi un quinto de los consumidores haya modificado sus vacaciones por la subida de precios anticipa una “fuerte contracción de la demanda”.
“Ahora mismo, esquivar la subida de precios, como es muy generalizada, resulta muy complicado”, reconoce García.
En ese sentido, Díaz recuerda también que, junto a las ganas de hacer turismo, está “algo de ahorro” por parte de las familias de lo que no gastaron durante la pandemia. Del mismo modo, Carreras-Candi propone “fijar un presupuesto y adaptar tus vacaciones a tus posibilidades”.
Por ello, los tres expertos dejan varias recomendaciones para tratar de aliviar esta situación. Por un lado, destacan el uso de los comparadores como la manera más eficaz a la hora de realizar búsquedas tanto de alojamientos, como de restaurantes o gasolineras “para encontrar los mejores precios”.
“Si vamos a realizar un viaje largo por carretera, merece la pena consultar cuáles son las gasolineras que en el origen, destino y durante el trayecto de nuestro viaje ofrecen los mejores precios”, señala la directora de EFPA.
En OCU, por ejemplo, cuentan con un comparador de este tipo para ver los precios durante la ruta. “Las lowcost y las vinculadas a los supermercados siguen siendo comparativamente más baratas”, detalla su portavoz.
En segunda opción es importante buscar alternativas al turismo tradicional. Es el caso del uso de plataformas como HomeExchange sobre el intercambio de casas. Otras opciones, según apunta Díaz, que ofrece la economía compartida y que asegura haber utilizado alguna vez son Couchsourfing (para alojar a personas en tu casa) o Blablacar (sobre desplazamientos). En ambos casos, percibe que se están reactivando en los últimos meses por la situación económica.
Luego hay mitos, como la premisa de esperar a última hora, que no siempre funcionan. Por ejemplo, en el caso de reservar un vuelo, el precio más barato se encuentra dos meses antes de que se realice y no a última hora. Caso diferente es el de los alojamientos, más teniendo en cuenta las políticas de cancelación gratuita hasta un día antes que se popularizó durante la pandemia. Ante esas situaciones, Díaz sí recomienda, si se consigue y no supone ningún coste adicional, cambiar las reservas por otras más baratas en el último momento.
También es importante el destino. Apostar por destinos turísticos menos masificados y alternativos reduce el precio de las vacaciones, según los expertos. “La elección de destino es determinante. Por ejemplo, la costa de Cádiz ha subido de precio a nivel nacional. Buscar otras alternativas similares y más baratas, reduce el gasto”, recomienda García.
Con todo ello, también es importante prestar atención a las estafas frente a los chollos. A este respecto, desde OCU consideran que su aumento no está vinculado directamente a la inflación, aunque reconocen que es un incentivo sobre todo en la contratación de servicios turísticos en Internet. “El gancho de los precios es significativo y puede haber estafa principalmente en alquileres vacaciones que es donde más se dan”.
Por último, desde EFPA recuerdan la importancia de que a la vuelta de las vacaciones repases tu planificación financiera de cara a final de año y así evitar sorpresas.