Los vecinos del 'scalextric' de Vallecas: "Respiramos mierda"
La infraestructura se siente como una frontera con el resto de la ciudad y les obliga a convivir con ruido y contaminación constantes.
En Madrid, las obras dominan el entorno de la estación de metro de Pacífico, de las líneas 1 y 6. Por ese lugar pasaba hasta hace muy poco un scalextric (paso elevado de vehículos) de Doctor Esquerdo, que ya ha sido demolido. Si uno quiere hacerse una idea de cómo era antes esta calle, basta con desplazarse unos cientos de metros, donde acaba el distrito de Retiro y empieza el de Puente de Vallecas.
Allí se levanta un paso elevado que trae de cabeza a los vecinos desde hace más de veinte años. Tiene 10 carriles de circulación y de a ratos hace imposible escuchar las palabras de José Rodríguez, cuyo quiosco de prensa se encuentra pegado a la infraestructura: “Aparte del ruido, lo peor es que respiramos mierda”. Cuenta mientras los bocinazos y el zumbar de los coches y autobuses lo inundan todo.
Es uno de los 241.000 vecinos de Puente de Vallecas que tendrá que seguir esperando para ver cómo esta mastodóntica infraestructura desaparece de una vez por todas. El Partido Popular votó a favor junto con el resto de los grupos municipales para derribarlo. Sin embargo, el alcalde, José Luis Martínez Almeida, afirma ahora que la medida es “inviable” y que “no compensa”.
Desde la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM), califican las palabras del regidor como “falsas”, ya que el estudio en el que se ha basado para rechazar la medida data de 2004, es decir, de hace 18 años, cuando gobernaba Alberto Ruiz Gallardón.
“Claro que ese plan es inviable, data de 2004, desde entonces los parámetros de movilidad y sostenibilidad han cambiado por completo. Lo que le afeamos al gobierno municipal es que no haya puesto en marcha un nuevo estudio que iniciara un proceso con el que se comprometieron”, cuenta Jorge Nacarino, portavoz de la FRAVM en conversación con El HuffPost.
Isabel, Francisca e Isabel (casi capicúas) son tres vecinas de Puente de Vallecas que este miércoles se encontraban paseando por el barrio, concretamente en la calle Francisco Iglesias. En cuanto se les menciona el Scalextric, empiezan las quejas: “Nos convierte en ciudadanos de segunda, hace de barrera entre el barrio de Retiro y el nuestro y nos mantiene al margen del resto de la ciudad”.
La realidad es que el paso elevado sí separa dos realidades sociales diametralmente opuestas. A un lado, en el distrito de Retiro, la renta por hogar alcanza los 56.302 euros, mientras que en Puente de Vallecas es de 27.714, según los datos del Ayuntamiento de Madrid. La tasa de paro en el primero es del 4,78%, y en el segundo de 9,57%. Nacarino abunda en que el paso elevado acentúa estas “desigualdades”.
Las vecinas señalan también el ruido, la contaminación y la estética horrenda que tiene la barrera. Tienen familiares que viven pegados a los diez carriles de la discordia. “Es insufrible, no puedes abrir las ventanas, ahí vivían los padres de mi nuera y una vez me quedé allí con ellos y no pude pegar ojo”, cuenta una de ellas.
El tema no se escapó al pleno celebrado en el Ayuntamiento este martes, la portavoz del grupo de Más Madrid, Rita Maestre, preguntó sobre los incumplimientos de las promesas a Borja Fanjul, concejal de Puente de Vallecas y miembro de la Comisión de Medio Ambiente y Movilidad, al tiempo que acusaba al equipo de gobierno de la ciudad de “despreciar” a los vallecanos.
Fanjul respondió afirmando que en realidad es el plan de Más Madrid (que puede consultarse aquí) el que condenaría a los vecinos a estar “aislados”, negando de facto que la infraestructura sea un elemento separador entre Vallecas y el resto de la ciudad. Con respecto al scalextric, el concejal se limitó a decir que seguirían “trabajando en más estudios”.
“La sensación es de que realmente el PP votó a favor en su momento para no quedarse fuera de la foto, ya que Ciudadanos había anunciado que iba a votar a favor”, opina Nacarino. Sin embargo, hasta la fecha lo único que han hecho ha sido “retrasar la toma de decisiones y la elaboración de los planes”, añade el portavoz vecinal.
La solución demandada: zonas verdes y menos tráfico
Rodríguez, el quiosquero, asegura que, si por él fuera, lo demolerían mañana mismo. Pero se pregunta si sería posible, debido a que es una obra muy difícil debido a que es un nudo de comunicaciones por donde pasa mucho tráfico, líneas de autobuses, el metro y un colector de aguas.
Sin negar la complejidad, Nacarino incide en que sería una oportunidad para adecuar el entorno a los nuevos parámetros de sostenibilidad: “Por la M-30 pasa buena parte de todo el tráfico nacional de mercancías, solo por el scalextric circulan diariamente 170.000 vehículos”.
El portavoz de la FRAVM ve la situación como anacrónica, y apunta a que sería conveniente desviar el tráfico a otras radiales como la M-40 o la M-50, que no pasan por el centro de la ciudad.
Los barrios de San Diego y Numancia de Puente de Vallecas que lindan con la infraestructura tienen calles estrechas y edificios de varias plantas, muchos de construcción antigua, que imposibilitan la creación de nuevas zonas verdes y espacios al aire libre, continúa Nacarino.
A su juicio, la sustitución de esta infraestructura por zonas verdes supondría un alivio para estas zonas que “en verano registran algunos de los picos de temperatura más altos de toda la ciudad”, asegura. Esa vía beneficiaría también a los vecinos de Retiro, que se han mostrado a favor de esa reconversión del entorno.
Isabel, una de las vecinas admite también que es una obra complicada, pero también recuerda que hubo otros scalextric por la ciudad y que con el tiempo han ido desapareciendo, como el de Atocha, Santa María de la Cabeza o lo que hoy es Madrid Río. La portavoz de Más Madrid se hizo eco de esto mismo en sus redes sociales.
Juan Pérez pasea a su perro en el lado de Retiro que linda con el scalextric, pero es de Puente Vallecas, aunque de una zona que está casi en Moratalaz: “Si ya han quitado el de Doctor Esquerdo no sé a qué esperan para quitar este”.
Coincide en que la infraestructura mantiene a los vallecanos al margen, y a los gobiernos de la ciudad, que según los vecinos hacen poco más que alargar los plazos con idas y venidas, les manda un recado: “Que encuentren el modo, pero tienen que acabar con esto ya”.