Vacaciones: Lo que recuerdas del viaje
¿Qué te proporcionará más felicidad a largo plazo: el smartphone o las escapadas de fin de semana con amigos con el mismo dinero?
Las vacaciones de verano son época de viajes. Recientemente vi un anuncio de una naviera, Balearia donde ponen el acento en los recuerdos y los viajes. Me dio que pensar para hacer este artículo.
Hoy sabemos de la gran importancia de vivir las experiencias. Así una investigación de mis colegas Paulina Pchelin & Ryan T. Howel del departamento de psicología de la Universidad Estatal de San Francisco (publicada en 2014) concluyo que aquellas personas que emplean su dinero en experiencias en lugar de objetos sienten mayor bienestar. Lo que sentimos positivamente después de comprar un objeto deseado se desvanece rápidamente y, sin embargo, una experiencia nos deja un poso mucho más positivo y duradero: los recuerdos
Ahora te propongo cojas papel y lápiz que anotes lo que invertirías en hacer una escapada con tus amigos cada dos o tres meses durante todo el año. ¿Lo tienes? Ahora, piensa y escribe lo que duraría en meses tu alegría al tener la última versión del smartphone de tu marca preferida y por otro lado lo bien que te lo pasas cuando sales de fin de semana con amigos. Ahora responde a esta pregunta:
¿Qué te proporcionará más felicidad a largo plazo: el smartphone o las escapadas de fin de semana con amigos con el mismo dinero?
Sabiendo esto, en la próxima ocasión que pienses comprar algo costoso, seguro que te lo pensarás dos veces si por hacerla vas a tenerte que renunciar a esos viajes con tus amigos. El móvil un día acabará obsoleto y sin apenas batería, pero los momentos vividos con tus amigos estarán ahí para siempre.
Tener bienestar es mejor que hacer “postureo”.
Si te dan a elegir entre una prenda de ropa carísima y un billete en barco a Menorca, ¿qué elegirías? De la ropa te cansaras al cabo de un tiempo, no te lo pondrás, sin embargo, un viaje puede ayudarte a liberar el estrés, disfrutar y mejorar tu ánimo. ¿Y ahora qué piensas de ese móvil nuevo por el que cambiaste un fin de semana en la playa? Lo más probable es que cuando estabas desbordado por el estrés y querías desconectar el móvil no fue nada útil como lo hubiera hecho el relajarte junto al mar.
Al recordar revivimos las experiencias
Una investigación de las universidades de Birmingham y Bonn publicada en abril de 2019 en la revista Nature Communications. por B. Staresina y F. Mormann concluyó que cuando queremos guardar en la memoria las experiencias, las dividimos previamente dependiendo de qué ocurrió, dónde fue, y qué sentimos en ese momento. Posteriormente, el cerebro reúne todos estos elementos y archiva la experiencia en nuestra memoria con determinada coherencia. Llega incluso incorporar algunos elementos de otros recuerdos similares para darle más precisión al recuerdo guardado. Así, por ejemplo, si vemos una foto de un fin de semana en la playa, podremos incluso sentir el olor y la brisa del mar sobre nuestro cuerpo.
De este modo de proceder no somos conscientes, nuestra mente añade elementos informativos para autocompletar al igual que los procesadores de texto nos ayudan a completar la frase cuando escribimos. Estos elementos añadidos nos ayudan a revivir más fácilmente el recuerdo de una experiencia vivida. A nivel neurológico los investigadores constataron que las neuronas del hipocampo se activan intensamente al recordar una experiencia, y al igual que en la corteza entorrinal, cuya función es formar una red amplia tanto para la memoria y como la orientación. Dicho procedimiento se intensifica aún más en ambas regiones del cerebro cuando, además, hay que vincular un elemento físico con el acontecimiento recordado.
En definitiva, recordar activa las neuronas de un modo muy similar a su activación durante la experiencia real.
¿Las redes sociales mejoran o empeoran el recuerdo de lo vivido?
Existen estudios a favor y en contra de la repercusión de las redes sociales a la hora de recordar.
A favor estaría una investigación de Q. Wang, de la Universidad de Cornell (EE UU) publicado en 2016 que concluye que recordamos mejor lo que publicamos online. Si en Facebook, Instagram o en nuestro blog plasmamos nuestras experiencias, será más fácil que posteriormente lo recordemos. La investigadora argumenta que sería el mismo efecto de llevar un diario o relatar a un amigo lo que hemos experimentado. Los datos mostraron que después de una o dos semanas compartir la experiencia en redes sociales tenían una probabilidad mayor de ser recordada pasado el tiempo.
En contra estaría una investigación de la Universidad de Princeton publicada en mayo 2018 en el Journal of Experimental Social Psychology en la que concluyen que el uso de las redes sociales está afectando a nuestra memoria de una manera negativa. El aporte principal de esta investigación es que aquellas personas que comparten sus experiencias en Facebook, Instagram, Twitter y otras redes sociales construyen recuerdos menos precisos de las experiencias vividas.
Durante el estudio comprobaron que los datos corroboraban que compartir notas, fotos y vídeos en las redes sociales disminuye un 10% los recuerdos de las experiencias vividas. Los investigadores consideran que el problema no se encuentra en las redes sociales, sino en el hecho de enviar la experiencia a las redes sociales en forma de nota, foto o vídeo. De este modo hace que se reste parte de la experiencia original y que la recordemos de manera menos precisa.
Así, recomiendo que:
- Si quieres recordar las experiencias especiales de tu vida, vívelas intensamente y minimiza el hacer fotos y vídeos para las redes sociales.
- Recuerdas más y mejor lo que sientes.
La emoción y el recuerdo son elementos muy relacionados. Esta interrelación es en ambas direcciones, así los recuerdos te provocan emociones, y recuerdas mejor o peor un suceso en relación a la intensidad de las emociones que experimentas cuando lo vives.
Hay más probabilidad de recordar más y mejor los acontecimientos en los que sientes emociones agradables que negativas, y esto es aún más frecuente en edades avanzadas.
Sabemos desde la psicología que los recuerdos no se fundamentan exclusivamente en lo que aconteció en el momento, sino también en lo que sentiste en ese momento; así, el significado e intensidad de las emociones experimentadas en el instante son los elementos fundamentales que hacen que el recuerdo se mantenga en el tiempo.
Incluso en determinadas circunstancias la memoria de lo que sientes en una experiencia hace que lo recuerdes mejor que lo que realmente ocurrió.
Recordamos lo que sentimos y no lo que pasó.
Tus recuerdos personales más fuertes suelen estar relacionados a emociones tanto positivas como negativas muy intensas. Tendemos a recordar cómo nos sentimos a nivel fisiológico en un momento dado más que los acontecimientos acaecidos.
Sentir intensamente en ocasiones también pueden bloquear un recuerdo. Esto tiene que ver con la atención que muestras en la experiencia, de este modo las experiencias que se producen bajo mucha ansiedad dificultan una consolidación adecuada de la información.
También tu estado de ánimo influye a la hora de elegir qué es lo que almacenarás en la memoria: determinarás que información será más relevante para posteriormente evocarla. De este modo, si te encuentras bien centrarás tu atención en aquello que consideras positivo, y estos eventos positivos serán los que más fácilmente recordaras a posteriori.
El psicólogo Bower propone que podemos recordar más fácilmente experiencias emocionalmente positivas si nos sentimos alegres y más experiencias negativas si estamos tristes.