Urdangarin elige una pequeña cárcel de mujeres en la que estuvo preso Roldán
Solo verá al funcionario que le lleve la comida, ya que no puede participar en las actividades comunes de las presas.
La cárcel de Brieva, en la que ha ingresado esta mañana Iñaki Urdangarin para cumplir condena, se encuentra a las afueras de Ávila -a unos siete kilómetros- y es un centro penitenciario de mujeres aunque dispone de un módulo complementario en el que cumplió condena el exdirector general de la Guardia CivilLuis Roldán.
La prisión, construida en 1989, dispone de 162 celdas y otras 18 en el citado módulo complementario dentro de una superficie total construida de 43.540 metros cuadrados en una parcela de 98.484 metros cuadrados en total, según los datos del Ministerio del Interior. La cárcel de Brieva se encuentra a menos de dos horas de los aeropuertos de Madrid y Valladolid.
Luis Roldán permaneció en solitario en el módulo complementario, que actualmente está vacío y que será el destino de Urdangarin si Instituciones Penitenciarias confirma que Brieva es la prisión en la que cumplirá su condena de cinco años y diez meses por el caso Nóos.
La etarra Idoia López Riaño, La Tigresa, condenada por más de veinte asesinatos, o la que fuera teniente de alcalde Marbella Isabel García Marcos, condenada por el caso Malaya, fueran otras inquilinas ilustres de esta pequeña prisión.
Según la página web de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, el procedimiento de ingreso al que se somete Urdangarin desde primera hora de la mañana comienza con la identificación personal del recluso, reseña alfabética, dactilar y fotográfica.
El segundo paso es la inscripción en el registro de ingresos y la apertura del expediente personal, seguido del cacheo y registro de pertenencias; las no autorizadas se le retiran, se guardan en el centro y se entrega al recluso un recibo por ellas.
El cuarto paso es la información al interno de sus derechos y obligaciones, tanto por escrito como con asistencia personal para resolver las posibles dudas.
Finalmente el recluso es trasladado a una celda de ingresos, donde la estancia máxima es de cinco días, y allí se le somete a un reconocimiento médico y se entrevista con los técnicos que deciden su ubicación definitiva en función de su personalidad e historial delictivo.
Según fuentes penitenciarias citadas por la Cadena SER, en su día a día Urdangarin solo verá al funcionario que le lleve la comida, ya que no puede participar en las actividades comunes de las presas, ni siquiera en las actividades del patio. Para ello, el módulo cuenta con su propio pequeño espacio para salir de la celda.