Una presidencia de Le Pen o Mélenchon en Francia, la opción que más inquieta a los inversores

Una presidencia de Le Pen o Mélenchon en Francia, la opción que más inquieta a los inversores

La prima de riesgo tuvo un repunte significativo cuando se empezó a hablar de una caída de Fillon.

REUTERS

La hipótesis, improbable pero no imposible, de que el próximo presidente de Francia sea la ultraderechista Marine Le Pen o el radical de izquierdas Jean-Luc Mélenchon, inquieta a los mercados, como ha quedado en evidencia con cada inflexión significativa en las encuestas.

El principal indicador que se ha tomado como referencia para evaluar esos vaivenes es la prima de riesgo, la diferencia de rentabilidad del bono de deuda pública francesa a diez años con respecto al alemán, que sirve de referencia.

La prima de riesgo tuvo un repunte significativo (desde menos de 50 a casi 80 puntos básicos) a comienzos del pasado febrero, cuando las encuestas empezaron a mostrar el hundimiento en intención de voto del candidato conservador, François Fillon.

El que había sido el favorito indiscutible desde que en noviembre de 2016 ganó las primarias de la derecha con un programa abiertamente liberal en lo económico se vino abajo con las revelaciones sobre los supuestos empleos ficticios que atribuyó durante años a su mujer y dos de sus hijos con dinero público.

Después de que la tensión bajara algo en marzo, la situación volvió a tensarse desde el 9 de abril, con una ronda de sondeos que constataban el tirón de Mélenchon hasta el punto de situarlo por encima de Fillon.

La prima de riesgo volvió a superar entonces el umbral simbólico de los 75 puntos. En respuesta al nerviosismo que este ambiente ha generado en los inversores, los gabinetes de estudios financieros han multiplicado las notas y los estudios estos últimos días para tratar de aclarar los escenarios posibles y sus consecuencias.

Tanto el banco francés Société Générale como el alemán Deutsche Bank señalaron que, aunque hay una brecha entre los dos favoritos para la primera vuelta (Le Pen y el socioliberal Emmanuel Macron) y Mélenchon, si este último continúa con la tónica ascendente, las cosas podrían cambiar y tornarse preocupantes.

Porque mientras un triunfo final de Macron o de Fillon reduciría la prima de riesgo francesa, según Deutsche Bank, a entre 20 y 30 puntos, el escenario de una segunda vuelta entre Le Pen y Mélenchon causa escalofríos al sector financiero.

Para el banco alemán, si la líder de la ultraderecha llegara al Elíseo, la sacudida podría elevar el tipo de interés que países como España o Italia pagan por sus deudas a niveles similares a los momentos álgidos de la crisis del euro en 2011, las bolsas bajarían en torno al 10 % y el euro se depreciaría respecto al dólar, el franco suizo y el yen.

Una de las promesas estrella de Le Pen es negociar la salida del euro, al que acusa de una pérdida de competitividad de Francia, algo que los expertos coinciden en que tendría como consecuencia una devaluación de la nueva divisa, que podría alcanzar entre el 30 y el 40%.

Para protegerse, hasta la prensa económica francesa ha hecho recomendaciones para sus lectores más adinerados, y el producto estrella son los contratos de inversión domiciliados en Luxemburgo.

Para poner cifras a la amenaza del abandono de la moneda única, el presidente del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau, estimó en febrero que la financiación de la deuda pública le costaría a su país al menos 30.000 millones de euros suplementarios en intereses.

Eso sin contar con los posibles procesos que muchos tenedores de deuda, sobre todo extranjeros, estarían tentados de lanzar -como ocurrió en Argentina a comienzos de siglo- para impedir que se transformaran sus contratos en "nuevos francos".

En marzo, el Centro de Estudios Prospectivos e Informaciones Internacionales (CEPII) consideró en un estudio que una salida de Francia del euro implicaría un reajuste de los tipos de cambio con los otros países miembros, y que si bien el nuevo franco se devaluaría con respecto a Irlanda, Alemania, Holanda y Luxemburgo, se apreciaría con el resto.

En términos de comercio exterior, Francia saldría perjudicada porque mientras al primer grupo van dirigidas el 45% de sus exportaciones en la eurozona, al segundo (los países del sur y del centro de Europa) van destinadas el 55%.

Además, el CEPII hizo notar que, dada la posición deudora de los bancos franceses frente a entidades de países como Alemania, Suiza o Estados Unidos, "es casi seguro que restablecer el franco engendraría una crisis bancaria" hasta el punto de que "instaurar controles de capital sería una necesidad".

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