Una experta en comunicación no verbal lanza una advertencia a la Casa Real tras el discurso del rey
"Ya no son sólo críticas de una republicana".
La experta en comunicación no verbal y especialmente en estética política, Patricia Centeno, ha publicado un extenso análisis sobre el discurso de Navidad del rey Felipe VI, emitido —como ya es tradición— este 24 de diciembre.
“Le advierto a Casa Real que la sensación de ‘tostón’ (12.25 minutos dando la chapa cuando todo ello se podía resumir en 4 minutos) y la triste puesta en escena que acompaña al discurso ya no son sólo críticas de una republicana (a mí si el cuento me lo venden bien vestido quizá no lo compre, pero no tengo problema en reconocer un buen trabajo comunicativo. Spoiler: no es el caso)”, ha asegurado Centeno en el primer párrafo del análisis en su blog.
En cuanto al lenguaje corporal del monarca, la experta ha hecho hincapié en el primer plano que ofreció el rey sentado con las piernas abiertas. “Por suerte, ha tenido la consideración de colocarse las manitas delante cubriendo los genitales”, ha apostillado.
Y, aunque ha añadido que solo ocurrió en los primeros segundos, ya que después las piernas no se han visto en pantalla, “debía haber cruzado las piernas”, ha señalado. “Es muy desagradable toparse nada más empezar un discurso navideño con la entrepierna de nadie, por muy majestad y designación seminal en la que se basa el cargo que ocupa”, ha sentenciado.
Gestualmente, ha apuntado, este año ha estado más comedido, que el plano cortaba parte del mensaje de sus manos, por lo que ha tomado más control en sus expresiones faciales y manuales. Sin embargo, “cuando le toca referirse a los sacrificios reales de las familias para llegar a fin de mes (y aunque intentara reflejarlo verbalmente con todo lujo de detalles), al monarca se le escapa un tan sincero y pertinente encogerse de brazos (qué sabré yo). Pues eso, querido, qué sabrás tú de llegar a fin de mes”, ha destacado.
Centeno, además, no ha dudado en asegurar que en “algún momento parecía una parodia de Joaquín Reyes”. “No ayuda el exceso de maquillaje (...), sus contundentes cejas y su esperpéntica dentadura”, ha agregado.
La experta también ha dedicado algunas palabras a la realización de la retransmisión, y se ha quejado de haya tenido que ser el propio monarca el que marcara los cambios de tema en su discurso redirigiendo su cuerpo y cabeza.
Le ha llamado la atención a su vez la escenografía y la presencia de un simbolo como la bandera de España. “El rey es el jefe de Estado y ya es un símbolo como la bandera de España. Colocar dos símbolos que significan lo mismo queda reiterativo y demuestra complejo como nación. ¿Cuándo habéis visto una bandera en el mensaje de Navidad de Isabel II? No tiene sentido”, ha señalado.
“Al final se ha convertido en un juego y, visto el despropósito de todo lo demás, casi se me antoja curioso y divertido. Colocar una fotografía en el fondo donde se verá diminuta y los espectadores tengan que esforzarse y dejarse la vista en reconocer qué instantánea es”, ha añadido sobre la fotografía de la cena ofrecida por los reyes a los miembros de la cumbre de la OTAN en el Palacio Real que se vislumbraba tras el rey.