Una cumbre para construir el mundo que vendrá
Los bancos de desarrollo buscan compromisos globales para que la prosperidad deje de ser una promesa.
Existe un grupo de instituciones cuyos activos equivalen a más del doble de lo que costaría comprar Apple, Microsoft, Alphabet (la empresa matriz de Google), Amazon y Facebook. Un total de 11,2 billones (*) de dólares, de los cuales invierten 2.300 mil millones al año.
Las instituciones a las que me refiero son los bancos públicos de desarrollo, organismos con estatus legal independiente y autonomía financiera, que proveen capital de riesgo para financiar proyectos que no suelen ser atractivos o rentables para la banca comercial.
Estos bancos pueden ser nacionales (cuando su ámbito es todo un país), subnacionales (cuando operan en una provincia, estado, o departamento), regionales, internacionales (integrados por dos países), y multilaterales (con varios países miembros).
En el mundo hay unas 450 de estas instituciones. Las más importantes en América Latina y el Caribe son el BID, CAF - Banco de Desarrollo, el BCIE, y FONPLATA Banco de Desarrollo, la institución multilateral que tengo el honor de presidir.
Estos bancos tienen un mandato que busca, fundamentalmente, compensar las inconsistencias del mercado. Por eso sus principales áreas de financiamiento son MIPyMES, zonas rurales, mujeres, infancia y obras de infraestructura, entre otros sectores y grupos vulnerables.
La recuperación económica post pandemia requerirá que estos 450 bancos, con más de 11 billones de dólares en activos y un mandato a favor de los más vulnerables, hagan un esfuerzo coordinado para potenciar su impacto en las tareas pendientes.
Por eso la Federación Internacional de Instituciones Financieras y el Club Internacional de Finanzas para el Desarrollo, nos han convocado a encontrarnos virtualmente o en persona del 10 al 12 de noviembre en París.
El evento se llama Finance in Common y es la primera cumbre mundial de todos los bancos públicos de desarrollo del planeta. El propósito es construir una nueva coalición global para dar respuesta a los desafíos económicos del planeta.
Muchos de estos desafíos son anteriores a la pandemia. Otros están asociados al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo de Naciones Unidas (ODS), una ambiciosa agenda global para avanzar hacia un mundo más justo, incluyente y sostenible.
El frenazo económico asociado a las medidas de confinamiento a raíz de la COVID-19 puede significar para muchas naciones en desarrollo no alcanzar los ODS, o, peor aún, un retroceso en conquistas sociales fundamentales.
Los organizadores de la cumbre creen que los bancos públicos de desarrollo saben cómo conectar las necesidades a corto plazo con las transformaciones a largo plazo, y pueden reorientar los flujos financieros hacia los objetivos de desarrollo sostenible.
El encuentro estará precedido de una conferencia de académicos (9 y 10 de noviembre) en el que instituciones educativas de alto nivel presentarán investigaciones e ideas sobre cómo los bancos públicos de desarrollo pueden producir mejores finanzas a largo plazo.
Se trata de un encuentro sin precedentes en la historia de la banca de desarrollo, del mismo modo que tampoco tiene precedentes el enorme reto que estamos enfrentando como instituciones y como humanidad.
Será, además, un paso hacia la unión de toda la comunidad financiera en torno a la acción por el clima y los ODS, y dará paso a eventos cruciales en 2021: la Cumbre Climática (COP26), la Cumbre de Biodiversidad (COP15) y el Foro Generación Igualdad.
Con activos por más de 11 billones de dólares y una inversión anual superior a los 2.300 mil millones de dólares, es mucho lo que los bancos de desarrollo podemos lograr si trabajamos de manera coordinada, y en el marco de los ODS de Naciones Unidas.
Es un esfuerzo que apoyamos desde FONPLATA Banco de Desarrollo, y en el que estoy empeñado personalmente como su presidente ejecutivo. Por eso estaremos en París. Para ayudar a construir el mundo que vendrá.
(*) 11.200 billones anglosajones.