Una charla con el cajero del súper para combatir la soledad
Una cadena con tiendas en Holanda y Bélgica abre 200 puntos en los que el cliente podrá departir con el trabajador mientras le cobra.
Los hay que hacen la compra mirando el reloj y una lista con lo justo y necesario, e incluso optan por el servicio automático para pagar. Otros van sin prisa, recorren pasillos y prefieren que les cobre un dependiente. Una cadena de supermercados abrirá en los Países Bajos 200 cajas destinadas a “charlar” con los clientes y combatir la soledad.
La cadena Jumbo, con establecimientos en los Países Bajos y Bélgica, ha anunciado la apertura de lo que llama “cajas para charlar” (kletskassa, en neerlandés) destinadas “especialmente a personas que no van con prisa y a las que les gustaría charlar durante el proceso de pago”, con el objetivo de “contribuir a reducir y prevenir la soledad” no deseada entre los neerlandeses.
Aunque no se completará la apertura de las 200 cajas hasta el próximo año, Jumbo ha comenzado a poner en marcha esta iniciativa coincidiendo con la Semana contra la Soledad en los Países Bajos, que se convoca entre el 30 de septiembre y 7 de octubre, con un programa de acción desde 2018 y a la que se han afiliado 255 municipios.
Esta idea de cajas contra la soledad se originó ya hace más de dos años, en verano de 2019, cuando se abrió la primera kletskassa en Vlijmen, en la provincia neerlandesa de Brabante, pero la cadena considera que, después de las “reacciones positivas entre los clientes” tras esa primera caja, “ha llegado el momento de ampliar aún más esta iniciativa”.
No está claro dónde se establecerán estas cajas destinadas a charlar con los clientes, pero “al elegir las tiendas, se consideran cuidadosamente las áreas donde la soledad es un factor importante”.
“Muchas personas, especialmente las mayores, a veces se sienten solas. Como empresa familiar y cadena de supermercados, estamos en el corazón de la sociedad. Nuestras tiendas son un lugar de encuentro importante para muchos y queremos desempeñar un papel en la identificación y reducción de la soledad”, subraya Colette Cloosterman-van Eerd, directora de atención al cliente.
No faltan dependientes que quieran sentarse detrás de estas cajas; “apoyan la iniciativa y quieren ayudar a las personas a establecer un contacto real con ellos por un interés genuino”, lo que añade a su trabajo “un pequeño gesto, pero muy valioso, especialmente en un mundo que se digitaliza y se vuelve cada vez más rápido”.
Jumbo es también miembro de la Coalición Nacional contra la Soledad, una iniciativa “para luchar contra la soledad” de la que forman parte empresas, organizaciones sociales e instituciones gubernamentales, y que está dirigida por el Ministerio de Sanidad, Bienestar y Deporte, liderado por el democristiano Hugo de Jonge.
Según datos oficiales, uno de cada diez adultos en los Países Bajos se siente “muy solo” y uno de cada tres sufre en su lucha contra la soledad. Además, más de la mitad de los mayores de 75 años, conviven con la soledad, algo que la pandemia, con su distanciamiento social, incertidumbre y miedos, no ha hecho más que acentuar desde marzo del año pasado.
“Debido al confinamiento, tuvimos menos problemas para hablar de la soledad, porque al fin y al cabo, nos pasó a todos. Ahora que volvemos a trabajar, celebrar los cumpleaños o ir al club deportivo, eso vuelve a cambiar: el umbral para decir que te sientes solo vuelve a subir”, asegura Anja Machielse, miembro del comité asesor científico contra la soledad.
De Jonge lamentó que “nadie pueda solucionar la soledad”, pero subrayó que “todos pueden hacer algo para romper la soledad de otros”, lo que ha llevado a los ciudadanos a poner en marcha iniciativas que incluyen puestos para sentarse y escuchar a la gente en las estaciones, o “salones móviles” que se trasladan a los barrios para charlar con los vecinos que lo necesiten.
El Ministerio insta, con la etiqueta KleinGebaar (pequeño gesto), a prestar atención al propio entorno: una taza de té con un vecino, o una visita a una tía o amigo a quien no ves desde hace tiempo, “puede marcar la diferencia”. La soledad, recuerdan las autoridades, es una queja emocional, pero puede incluso provocar molestias físicas, como dolores de cabeza.